Mujeres de la Comuna 9 fortalecen su liderazgo en taller contra violencias

La jornada se centró en dos grandes componentes: la identificación de violencias basadas en género y el fortalecimiento emocional mediante herramientas prácticas. En el primer eje, las profesionales explicaron cómo reconocer las diferentes formas de violencia —psicológica, económica, física, sexual, patrimonial y simbólica—, detallando situaciones cotidianas que pueden pasar desapercibidas y que, sin embargo, afectan gravemente la calidad de vida de las mujeres.

A través de ejemplos, dramatizaciones cortas y guías impresas, las asistentes aprendieron a distinguir entre una situación riesgosa y una vulneración directa, así como las rutas institucionales a las que pueden acudir para recibir orientación, activar una denuncia o solicitar acompañamiento. Para muchas, este momento resultó revelador. Varias expresaron que desconocían que ciertos comportamientos de familiares o parejas eran formas de violencia. Otras, que habían guardado silencio por años, aprovecharon el espacio para nombrar por primera vez aquello que había sido doloroso.

En el segundo componente, la conversación giró hacia el autocuidado emocional. El equipo psicosocial introdujo ejercicios de respiración consciente, técnicas de regulación emocional y actividades de expresión corporal orientadas a liberar tensiones acumuladas. La psicóloga Johana Chantré, integrante del equipo de la Secretaría de la Mujer, destacó la importancia de este enfoque:

“La importancia de esta formación es que las mujeres puedan identificar las violencias, generar impacto en la comunidad y replicar estos conocimientos a otras mujeres del territorio”, señaló.

Chantré enfatizó que la presencia institucional en la Comuna 9 responde a un compromiso por llegar a sectores priorizados donde, en ocasiones, las mujeres no acceden con facilidad a información, orientación o acompañamiento especializado. “Nuestro trabajo es llegar a los barrios, no esperar a que las mujeres vengan a nosotros. La prevención empieza cuando la información circula en las calles, en las casas y en las conversaciones cotidianas”, añadió.

El taller también incluyó momentos de conversación abierta en los que las participantes compartieron no solo preocupaciones, sino también historias de superación, estrategias de apoyo entre vecinas y acciones comunitarias que han impulsado en sus barrios. Para muchas, fue un espacio para reconocer que no están solas, que existen redes de apoyo y que pueden acudir a la Casa de la Mujer sin miedo a ser juzgadas.

La respuesta fue ampliamente positiva. Varias asistentes expresaron su intención de replicar lo aprendido con amigas, vecinas y familiares. Otras manifestaron interés en participar en próximos encuentros, cursos o procesos de formación que promueve la Secretaría de la Mujer. El equipo organizador afirmó que este tipo de talleres continuarán realizándose en diferentes sectores de la ciudad, con el objetivo de ampliar el alcance y fomentar comunidades cada vez más informadas, empoderadas y resilientes.

Al finalizar la jornada, las participantes formaron un círculo, tomaron sus velas nuevamente y realizaron un compromiso simbólico: buscar ayuda cuando la necesiten, acompañar a otras mujeres y reconocer su propio valor. Un gesto sencillo que, sin embargo, renovó la fuerza colectiva de quienes asistieron y reafirmó la importancia de seguir generando estos espacios.

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