Ibagué elige vivir: cultura, crisis y esperanza en la salud mental de una ciudad que resiste

Estrategias gubernamentales y comunitarias

La Secretaría de Salud de Ibagué ha desarrollado programas como "En Ibagué elegimos vivir", que ofrece atención integral a estudiantes en riesgo, beneficiando a más de 180 niños y niñas de las comunas más vulnerables. Además, se han establecido líneas de atención como "Yo te escucho" (123), disponibles las 24 horas para brindar apoyo psicológico.

Otras iniciativas como el "Escuadrón Defensores de la Vida" y "Psicólogo en tu Barrio" han acercado la atención en salud mental a las comunidades, haciendo énfasis en la intervención temprana y el acompañamiento psicosocial.

Influencia cultural en la salud mental

La cultura ibaguereña, ligada a la música, las festividades y la vida comunitaria, ofrece un terreno positivo para la promoción de la salud mental. Eventos como el Festival Folclórico Colombiano, festival de música, entre otros eventos, no solo reafirman la identidad local, sino que también pueden convertirse en espacios terapéuticos y de integración.

Sin embargo, también existen aspectos culturales que dificultan el abordaje del tema. El estigma asociado a los trastornos mentales sigue siendo fuerte, lo que impide que muchas personas busquen ayuda a tiempo. Además, en sectores tradicionales aún se percibe la salud mental como una "debilidad", lo que refuerza el silencio y la invisibilización del sufrimiento emocional.

Impacto económico

Desde el punto de vista económico, Ibagué presenta altos niveles de informalidad laboral y desempleo juvenil, factores directamente asociados al deterioro de la salud mental. La inseguridad económica genera ansiedad, frustración y baja autoestima, especialmente entre los jóvenes y mujeres cabeza de hogar.

A esto se suma una distribución presupuestaria cuestionada: en 2023, la ciudad invirtió $9.000 millones en festividades y solo $1.500 millones en salud mental, lo que ha generado críticas por parte de organizaciones civiles que exigen un equilibrio entre la promoción cultural y la atención a problemáticas sociales.

No obstante, el desarrollo económico también puede ser parte de la solución. Un enfoque inclusivo en políticas de empleo, apoyo a emprendimientos juveniles y programas de educación financiera podría aliviar parte de la presión emocional que sienten muchos ibaguereños.

Propuestas futuras

Para consolidar los avances, se ha propuesto la creación de un Observatorio de Salud Mental, que permitiría articular datos, alertas tempranas y políticas públicas más efectivas. También se espera que los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS), contemplados en la reforma de salud, integren servicios psicosociales y recorran tanto zonas urbanas como rurales.

La mejora en las cifras de suicidio en Ibagué demuestra que las estrategias implementadas están dando frutos. Sin embargo, para garantizar un cambio sostenible, es fundamental integrar el factor cultural y económico en las soluciones. La salud mental no se trata solo de atención médica, sino de construir una ciudad que brinde oportunidades, reduzca estigmas y valore la vida en todas sus expresiones. Ibagué está en camino, pero el compromiso debe ser colectivo, constante y profundamente humano, debemos trabajar como ciudad que respeta y cuida de sus coterráneos como raza Pijao.

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