
Suspensión del servicio de EMCOSALUD deja a 42.000 docentes sin atención en Huila y Tolima
El sistema de salud del magisterio atraviesa una nueva crisis en Huila y Tolima. Desde este 1 de octubre, Emcosalud, la entidad que venía prestando servicios médicos a los docentes y sus familias por 26 años en ambos departamentos, anunció la suspensión de la atención en sus 16 sedes, tras no lograr un acuerdo tarifario con el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag).
La medida afecta directamente a 42.000 maestros y beneficiarios que dependían de esta red para acceder a consultas médicas, medicamentos y servicios de primer nivel.
Y es que la decisión fue notificada en la noche del 30 de septiembre por Aldo Enrique Cadena, vicepresidente del Fomag. En la comunicación, se ordenó suspender la prestación del servicio debido a que las negociaciones con Emcosalud no prosperaron. El desacuerdo se centró en la tarifa por cápita que la entidad debía recibir para garantizar la atención.
"El Fomag propuso un pago mensual de $48.000 por afiliado, una cifra que no cubre los costos reales de operación. Nuestros estudios financieros muestran que los gastos ascienden a $52.000, dado que contamos con sedes exclusivas y personal formalizado con contratos a término indefinido”, señaló el gerente de Emcosalud, Abel Sepúlveda.
La entidad insistió en que no busca ganancias excesivas, pues se trata de una institución sin ánimo de lucro; sin embargo, advirtió que aceptar la tarifa propuesta habría implicado comprometer la calidad del servicio, deteriorar las condiciones laborales de médicos, enfermeras y odontólogos, y poner en riesgo la atención misma de los docentes.
Como ejemplo, indicaron que una consulta de medicina general tiene un costo aproximado de $26.000 (costos del salario de los médicos y gastos generales), mientras el Fomag solo reconoce $14.000, valor que ni siquiera cubre el salario del médico, que es cercano a los $18.000.
“La propuesta que tenían es que nosotros no hiciéramos 20.000 citas, sino 10.000 y 12.000, casi el -35% de citas, eso va a afectar al maestro, ya que el número de citas que damos por día es superior a lo propuesto por el Fomag, y es que en reunión técnica realizada el 9 de abril nos informaron extraoficialmente que más del 95% de los maestros habían escogido a Emcosalud en el Huila y Tolima, por tanto la decisión del Fomag viola el principio de libre elección”, indicó el gerente.
Emcosalud brindaba servicios de atención primaria en salud como medicina genera, odontología general, laboratorio clínico, terapias, radiología básica, y algunas especialidades básicas como obstetricia, pediatría, medicina familias, interna, y psicología; asimismo, modelo que busca gestionar el riesgo en salud y el riesgo financiero.
“La decisión del Fomag no tuvo en consideración el derecho a la salud de los maestros y debió crear un modelo de transición para que el maestro no se viera afectado. La repercusión para nosotros es económica, ya que era un contrato que generaba ingresos que estaban soportando el plan de cargos para soportar la población, lo que afecta a los profesionales de la salud”, puntualizó el gerente.
Por su parte, Jan Jefferson Pacheco, presidente de la ADIH, criticó duramente la situación y acusó al Fomag de jugar con el derecho fundamental a la salud de los maestros, “lo que nosotros presumimos producto de esta situación es que se está jugando con el derecho fundamental de la salud y la vida de los maestros, colocando una excusa y generando caos para presionar y alcanzar mejores acuerdos desde lo económico para esa cápita”.
Pacheco recordó que el modelo de salud del magisterio es un régimen exceptuado y que, por cada docente, el Estado paga mensualmente alrededor de $150.000, sumando los distintos niveles de atención.
A su juicio, esta suma debería garantizar una prestación integral y de calidad, pero en la práctica los recursos se diluyen en un sistema sin regulación tarifaria nacional y con cobros excesivos de clínicas e IPS en niveles de mayor complejidad.
“Desde luego no es viable para el fondo, porque por aparte ya todas las atenciones de segundo, tercer, cuarto nivel se pagan por evento que son mucho más costosas, por lo cual es necesario regular esas tarifas y establecer un manual tarifario, lo cual no hay a nivel nacional. En los otros niveles de atención, las clínicas y las IPS están cobrando valores como ellos consideran, esto hay que regularlo, hay precios supremamente exagerados.”, agregó Pacheco.
Frente al vacío que deja la situación, activaron un plan de contingencia para que los docentes puedan acceder a servicios básicos en otras instituciones de salud. No obstante, el proceso no está exento de dificultades.
“Ya se estableció con el gerente, que la entidad de salud se comunica directamente con la previsora, para que el maestro no tenga que voltear con una autorización, sino que pueda pedir su cita normalmente, y así, en cada uno de los municipios donde está EMCOSALUD, con el otro prestador, los maestros tienen que dirigirse al otro prestador para pedir la cita médica y tener la puerta de ingreso al sistema”, indicó Pacheco.
La ADI anunció que llevará la situación a la Junta Nacional de Fecode, con el fin de analizar acciones conjuntas frente a lo que consideran un incumplimiento hacia el magisterio, conociendo que no solamente está pasando en el Huila, sino en gran parte del país.
“En Neiva, los maestros deberán acudir a la ESE Carmen Emilia Ospina, Salud Vital o Acuerdos de Vida; en Garzón, a la ESE María Auxiliadora y Salud Vital; en La Plata, a la ESE San Sebastián; Pitalito la ESE Manuel Castro Tovar y Salud Vital; Campoalegre la ESE del Rosario; Guadalupe la ESE Nuestra Señora de Guadalupe; San Agustin la ESE Arsenio Repizo; Gigante la ESE San Antonio de Gigante y el resto de municipios solo las ESE municipales”, explicó Pacheco.
Mientras tanto, la incertidumbre reina entre los maestros y sus familias. Con la suspensión de Emcosalud, no solo se interrumpe la atención en medicina general y especialidades básicas, sino que también se abre la puerta a un mayor colapso en el sistema, ya saturado por demoras en citas, falta de medicamentos y problemas administrativos.
La suspensión marca un nuevo capítulo en la crisis del sistema de salud del magisterio, que refleja las tensiones entre sostenibilidad financiera y garantía del derecho a la salud. Por ahora, miles de docentes en Huila y Tolima deberán adaptarse a un cambio abrupto que deja más preguntas que respuestas.