Barrio Alcalá, Neiva
Barrio Alcalá, Neiva
Comunidad Barrio Alcalá
9 Jun 2025 09:55 AM

Más de 300 familias afectadas dejan inundaciones en barrio de Palermo tras creciente del Magdalena

Paula Andrea
García Cerón
Con motobombas autoridades trabajan para sacar el agua del barrio Alcalá.

Las fuertes lluvias registradas en el departamento del Huila durante los últimos días han generado una grave emergencia en distintos municipios, dejando a cientos de familias afectadas por inundaciones.

Uno de los puntos más críticos se presenta en el barrio Alcalá, jurisdicción de Palermo, donde más de 300 familias viven desde hace más de cuatro días bajo el impacto de las aguas del río Magdalena, que ingresaron a sus viviendas a través del sistema de alcantarillado.

El aumento del caudal del río Magdalena, como consecuencia de las lluvias constantes en la región, y la apertura de las compuertas de Betania y el Quimbo, terminó ingresando por los ductos del alcantarillado, afectando gravemente las calles y casas del sector.

Como el río está tan cerca, el agua se entró por los ductos del alcantarillado, inundando el barrio, por lo que activamos los protocoles de emergencia, con bomberos, defensa civil, ejército, donde con barricadas hemos tapado por donde sale el agua, con 10 motobombas logramos evacuar el agua”, informó el alcalde de Palermo, Kleiver Oviedo.

Algunas de las familias damnificadas han perdido muebles, electrodomésticos, ropa y otros enseres fundamentales para su vida cotidiana, en otros lugares sólo se ha registrado el ingreso del agua en la calle. Además del impacto material, preocupa la situación sanitaria, pues el agua que inundó es altamente contaminada.

“Una vez se haya sacado toda el agua del barrio lo que prosigue es limpiar y fumigar muy bien, ya que era agua del río, combinado con aguas negras, con esta limpieza protegemos además a nuestra comunidad de futuras enfermedades que puedan derivarse de la situación”, agregó el alcalde.

Las autoridades también evalúan nuevas medidas de mitigación estructural, como la instalación de válvulas de retención en el sistema de alcantarillado y la construcción de diques provisionales. Por ahora, el temor de los habitantes persiste, ya que las lluvias no cesan, las compuertas continúan abiertas y el nivel del río sigue elevado.

“Estamos trabajando contrarreloj para mitigar esta emergencia. No se trata solo de sacar el agua, sino de proceder luego con labores de limpieza, desinfección y fumigación para evitar brotes de enfermedades”, indicó el mandatario local.

La capital del Huila no ha sido ajena a la emergencia. En Neiva, las lluvias también han generado afectaciones importantes, sobre todo en asentamientos humanos ubicados en zonas de alto riesgo. En el sector conocido como La Isla, varias familias fueron evacuadas inicialmente por la creciente del río Magdalena; sin embargo, muchas de ellas regresaron en busca de sus pertenencias y decidieron quedarse, pese al peligro inminente de nuevas inundaciones.

“Ha habido algunas afectaciones por lluvias en Neiva y sus alrededores, por temas de inundaciones, vías cerradas por deslizamientos y cultivos afectados, por lo que en coordinación con bomberos hemos llegado hasta estos lugares con el fin de atender las emergencias”, indicó la secretaria de gestión del riesgo de Neiva, Amelia Monrroy.

Se estima que cerca del 45% de los habitantes de La Isla son migrantes venezolanos que viven en condiciones precarias, sin acceso a servicios básicos, y con escaso o nulo acompañamiento institucional.

En el asentamiento Las Ceibitas, la creciente del río Las Ceibas provocó una fuerte resaca que avanzó unos 300 metros, inundando las viviendas de al menos siete familias, los habitantes buscan alternativas ya que tampoco quieren dejar la zona.

“El nivel del río ha bajado alrededor de unos 50 centímetros del nivel de la corriente que venía muy fuerte, por lo que ayuda a que nosotros podamos actuar más fácilmente y brindar soluciones a los ciudadanos”, argumentó la secretaria.

Por su parte, los equipos de salud realizarán brigadas médicas en los sectores afectados, para identificar posibles casos de infecciones cutáneas, respiratorias o gastrointestinales, producto del contacto con el agua sucia.

Mientras tanto, las comunidades afectadas siguen luchando por recuperar la normalidad en medio de la incertidumbre, el barro y la preocupación por lo que pueda traer la próxima lluvia.

Las imágenes de colchones flotando, niños descalzos entre el lodo y madres sacando agua con baldes de sus casas, se repiten en cada rincón afectado del Huila, dejando al descubierto la fragilidad de muchas zonas urbanas y rurales frente al cambio climático y la falta de planificación urbana.

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Fuente
Sistema Integrado de Información