Azucena
Azucena
Alerta Tolima por Tatty Umaña
12 Jul 2025 10:49 AM

Tener loros como mascotas tiene multa de seis cifras y el decomiso de la especie

Tatty
Umaña G.
Tener loros en casa genera multa y decomiso del animal según normativa ambiental colombiana del 2025.

La tenencia de loros como animales de compañía en Colombia constituye una grave infracción que muchos ciudadanos desconocen. Esta práctica no solo pone en riesgo el bienestar de estas aves silvestres, sino que acarrea sanciones económicas significativas y consecuencias legales para los infractores. Las autoridades ambientales han establecido un marco regulatorio estricto para proteger la fauna silvestre del país.

 Marco legal establece sanciones severas para la tenencia irregular

La información oficial del Ministerio de Justicia y del Derecho es clara respecto a la prohibición de mantener especies silvestres en el hogar. Tener en casa especies como loros, tortugas, cotorros, iguanas, boas constrictoras o monos tití constituye una infracción directa al Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana establecido en la Ley 1801 de 2016.

El proceso sancionatorio puede iniciarse por cualquier ciudadano que reporte la situación a la Policía Nacional a través de la línea 123. **La autoridad policial está completamente facultada para verificar los hechos denunciados e iniciar el procedimiento sancionatorio correspondiente contra los infractores.** Esta facultad permite una respuesta rápida y efectiva ante las denuncias ciudadanas.

Multa de 393 mil pesos y decomiso inmediato del animal

Una vez que se comprueba la infracción mediante medios probatorios como inspecciones directas, testimonios de testigos o informes técnicos especializados, las consecuencias son inmediatas y costosas. La autoridad competente puede imponer una multa general tipo 3, que para el año 2025 corresponde exactamente a 393.440 pesos colombianos.

Además de la sanción económica, se procede al decomiso inmediato del animal silvestre. El procedimiento incluye la entrega del animal a las autoridades ambientales competentes para su posterior evaluación, rehabilitación o reubicación en su hábitat natural. Esta medida busca garantizar el bienestar de la especie y su reintegración al ecosistema.

Tráfico ilegal de fauna silvestre alcanza cifras alarmantes

El comercio y tenencia ilegal de fauna silvestre representa uno de los delitos ambientales más preocupantes en territorio colombiano. Los datos presentados durante la COP16 de 2024 revelan que entre enero y octubre de ese año se decomisaron más de 200 animales o partes de animales silvestres únicamente en el aeropuerto El Dorado de Bogotá.

La dimensión histórica del problema resulta aún más impactante cuando se analizan las cifras acumuladas. En los últimos ocho años, la cantidad de casos de decomiso en esta terminal aérea supera los 8.200 casos registrados. Sin embargo, las autoridades reconocen una limitación significativa en el monitoreo, ya que a nivel nacional no existe una base de datos completa que permita dimensionar con precisión la verdadera magnitud del problema.

Función ecológica fundamental de los loros en los ecosistemas

Los loros desempeñan roles ecosistémicos indispensables que van mucho más allá de su atractivo estético. Estas aves cumplen funciones clave en los ecosistemas como la dispersión de semillas y el control natural de poblaciones de insectos. Su contribución al equilibrio ecológico resulta fundamental para mantener la salud de los hábitats naturales.

La extracción de estas especies de su entorno natural genera un impacto ecológico devastador. Además del daño al equilibrio ecológico, la domesticación de animales silvestres como los loros implica sufrimiento físico y emocional para las especies afectadas. Este impacto se multiplica cuando se considera la escala del problema a nivel nacional.

Domesticación forzada genera sufrimiento animal inevitable

El proceso de domesticación de loros silvestre acarrea consecuencias devastadoras para su bienestar integral. Al ser retiradas de su entorno natural, estas aves pierden irreversiblemente la oportunidad de desarrollar comportamientos propios de su especie, como volar en libertad, reproducirse naturalmente o socializar con otras aves de su misma especie.

Muchos propietarios de loros justifican su tenencia argumentando que proporcionan cuidados adecuados, brindan cariño y alimentan correctamente a sus aves. Sin embargo, mantener estos animales en jaulas o recintos domésticos va fundamentalmente en contra de su naturaleza, independientemente de la calidad de los cuidados proporcionados.La evidencia científica respalda que el confinamiento doméstico genera sufrimiento inevitable.

Libertad natural como única forma de protección efectiva

Los expertos en fauna silvestre son categóricos al señalar que existe una única forma efectiva de proteger verdaderamente a estas especies. La mejor manera de proteger a estas aves es mantenerlas libres en su hábitat natural, donde pueden cumplir su papel ecológico y vivir conforme a su comportamiento instintivo. Esta aproximación garantiza tanto el bienestar individual como la conservación de la especie.

Historia de Azucena ilustra la diferencia entre libertad y cautiverio

La historia de Azucena, un loro que habitó durante tres décadas en una finca ubicada en una vereda del sur de Ibagué, ilustra perfectamente la diferencia entre la libertad genuina y el cautiverio doméstico. Azucena vivió 30 años en un árbol específico de la finca, llegando un día siendo muy joven y eligiendo libremente establecer allí su hogar permanente.

Este caso excepcional demuestra cómo los loros pueden coexistir con los humanos manteniendo su libertad natural. El ave nunca estuvo confinada en una jaula, se alimentaba libremente de los frutales de la finca, interactuaba con los perros y las vacas, y se burlaba de los recolectores de café durante sus labores. Sus comportamientos naturales incluían saludar y despedirse, e incluso acercarse ocasionalmente a la cocina para solicitar chocolate con pan durante el desayuno.

Respeto natural hacia la libertad de elección

Los propietarios de la finca adoptaron una actitud de respeto hacia la libertad de Azucena que resultó ejemplar. Los dueños de la finca nunca intentaron capturarla, motivados más por el temor a su afilado pico que por respeto genuino a su especie. Esta decisión permitió que la lora desarrollara completamente sus comportamientos naturales.

Azucena estableció un territorio claramente definido y lo defendió activamente. El árbol elegido se convirtió en su palacio personal, donde nunca permitió que otras aves de cualquier especie se posaran en las ramas de su dominio. Aunque nunca se observó que se hubiera apareado o puesto huevos, mantuvo sus rutinas naturales hasta su muerte, dejando de silbar a las 5:00 a.m. como lo había hecho durante décadas.

Llamado a la entrega voluntaria y educación ciudadana

Las autoridades ambientales enfatizan que los ciudadanos que actualmente mantengan loros en cautiverio pueden evitar las sanciones legales mediante la entrega voluntaria. Azucena siempre fue libre, pero eligió voluntariamente habitar en ese lugar específico, demostrando que la libertad de elección es fundamental para el bienestar de estas especies.

La educación ciudadana resulta esencial para combatir esta problemática, promoviendo el reconocimiento del valor ecológico de estas especies y desalentando su comercio ilegal. La protección efectiva de los loros requiere un compromiso colectivo que privilegie su bienestar y función ecológica por encima de los intereses particulares de tenencia doméstica.Solo así se puede garantizar la conservación de estas especies y el equilibrio de los ecosistemas colombianos.

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Fuente
Alerta Tolima