
Seis comparecientes ante la JEP apoyan por primera vez en intervención a Cementerio de Pitalito
En medio del silencio solemne que envuelve al cementerio San Antonio de Padua, en Pitalito, Huila, avanza la intervención humanitaria y extrajudicial liderada por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), y el acompañamiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), busca dar respuesta a cientos de familias que, durante años, han vivido bajo la incertidumbre del paradero de sus seres queridos.
Entre el 19 y el 29 de agosto, este espacio se convierte en un escenario de memoria, verdad y reconciliación, con un componente sin precedentes, la participación de seis máximos responsables imputados por asesinatos y desapariciones forzadas presentadas falsamente como bajas en combate en el Huila.
La presencia de los comparecientes, que ya reconocieron su responsabilidad en estos hechos, marca un hito dentro del proceso de justicia transicional en Colombia. Ellos participan directamente en las labores de limpieza y preparación del terreno, apoyando el trabajo técnico forense que permitirá la exhumación de cuerpos.
“Seis de los 29 comparecientes que reconocieron su responsabilidad participan en las labores de búsqueda en este cementerio. Apoyan la construcción de infraestructura para garantizar una inhumación digna de las víctimas y contribuyen a la memoria y al restablecimiento del buen nombre de quienes fueron asesinados y falsamente presentados como bajas en combate”, señaló el magistrado auxiliar de la JEP, Camilo Vela
Este gesto, aunque no borra el dolor causado, representa un paso hacia la reparación simbólica y la construcción de confianza con las víctimas, al involucrarse activamente en la búsqueda de quienes fueron desaparecidos por acciones en las que ellos mismos tuvieron responsabilidad..
El investigador humanitario de la UBPD en Huila, Isaac Giraldo, explicó que “durante dos semanas se intervendrán diez sitios en tierra, donde podrían hallarse entre 10 y 12 cuerpos no identificados ni reclamados, todos en contexto del conflicto armado”.
Y es que según las cifras de la Unidad, en el Huila más de 1.575 personas permanecen desaparecidas. En el Subcaso Huila del caso 03, se imputó a 36 integrantes del Ejército Nacional como máximos responsables de 200 asesinatos, 32 desapariciones forzadas y 8 tentativas de homicidio, donde de ellos, 29 reconocieron su responsabilidad.
Uno de los ejemplos del trabajo realizado es el de José Gregorio Cárcamo, el cual fue asesinado en 2006 por miembros del Batallón Magdalena y presentado falsamente como baja en combate. Tras 19 años de búsqueda incansable por parte de familiares, sus restos fueron recuperados en este mismo cementerio pero en jornadas anteriores, identificados y prontos a ser entregados a sus seres queridos.
En el cementerio San Antonio de Padua, la UBPD ha documentado un registro de al menos 87 cuerpos que corresponderían a personas dadas por desaparecidas en distintos lugares del país. Los restos provienen de departamentos como Meta, Cesar, Valle del Cauca, Risaralda, Putumayo, Caquetá, Huila, Tolima y Nariño, además de municipios cercanos del propio Huila.
La intervención en Pitalito también revela la importancia de la articulación institucional. La JEP, como órgano de justicia transicional, acompaña estas labores para garantizar que los compromisos de los comparecientes con la verdad se materialicen en acciones concretas que beneficien a las víctimas.
A su vez, la UBPD, con un enfoque estrictamente humanitario, se centra en encontrar y devolver los cuerpos a las familias, sin importar quién fue el responsable, pues su misión fundamental es aliviar el sufrimiento de los buscadores.
“Todos los cementerios son distintos, tanto en sus historias de memoria como en las formas de recuperación y de intervención forense. En Pitalito, por ejemplo, hemos recuperado 23 cuerpos de víctimas de desaparición forzada en diferentes circunstancias del conflicto armado”, explicó Diego Sevilla Cortés, coordinador del Grupo Interno de Trabajo Territorial Huila de la UBPD.
La participación de los seis comparecientes imputados en estas labores abre una discusión sobre el verdadero alcance de la justicia restaurativa. Si bien no sustituye las sanciones propias del marco judicial, su contribución en tareas de búsqueda ofrece un valor incalculable para quienes, durante años, han esperado una verdad que parecía inalcanzable