
A la fecha en Neiva se han intervenido cerca de 400 árboles en riesgo por colapso
En un esfuerzo por proteger a la ciudadanía y garantizar la seguridad en espacios públicos, la Secretaría de Gestión del Riesgo de Neiva ha intensificado sus labores de manejo del arbolado urbano. Hasta la fecha, han sido intervenidos más de 400 árboles en distintas zonas de la ciudad, como parte de una estrategia preventiva frente a posibles emergencias causadas por caídas de ramas o colapsos totales.
Amelia Monrroy, secretaria de Gestión del Riesgo del municipio, explicó “hemos priorizado los sectores con alta circulación peatonal y vehicular, así como los entornos residenciales donde el riesgo por árboles deteriorados es mayor. La intervención no significa tala indiscriminada, sino una medida de protección para evitar tragedias”.
Según información de bomberos oficiales, durante las últimas dos semanas se ejecutaron 54 intervenciones, 31 de ellas sobre vías públicas ubicadas en las comunas 4, 3 y 9, 8 fueron en árboles cercanos o en contacto directo con viviendas, 3 en zonas verdes y espacios abiertos, y se realizaron en total 62 cortes estructurales o de emergencia.
“Estas labores forman parte de una planificación que comenzó en 2024, año en el cual se atendieron 328 árboles que presentaban riesgos inminentes. En muchos casos, los árboles intervenidos estaban enfermos, presentaban daños en su estructura por plagas, hongos o impactos, o se encontraban en su fase final de vida útil”, agregó la secretaria.
Sin embargo, para una gestión integral del arbolado urbano, la administración municipal necesita iniciar un estudio de silvicultura urbana, un análisis técnico que permitirá elaborar un inventario detallado de los árboles que existen en la ciudad, incluyendo información sobre su especie, edad, estado de salud, localización y valor ecológico.
“El estudio de silvicultura es fundamental para tomar decisiones responsables. No se trata solo de cortar árboles, sino de entender su estado y planificar su mantenimiento con criterios científicos, que permitan también su reemplazo cuando sea necesario. Buscamos un equilibrio entre la seguridad y la sostenibilidad ambiental”, enfatizó Monrroy.
La ciudadanía ha mostrado diversas reacciones frente a las intervenciones. Mientras algunos vecinos han agradecido la reducción del riesgo en sus sectores, otros han manifestado preocupación por la disminución del número de árboles y la sombra natural en las calles.
Ante esto, la Secretaría aseguró que cada intervención se realiza con soporte técnico y ambiental, y que por cada árbol retirado se contempla la siembra de nuevos ejemplares, más adecuados al entorno urbano y menos propensos a generar riesgos.
“De igual forma, se ha hecho un llamado a la comunidad para reportar oportunamente árboles en mal estado, especialmente aquellos que presenten inclinación pronunciada, ramas secas o señales de deterioro en el tronco. Estos reportes son recibidos por las líneas de atención de Gestión del Riesgo y canalizados para su verificación y posible inclusión en las jornadas de intervención”, puntualizó la secretaria.
La iniciativa se enmarca en un enfoque de prevención del riesgo y adaptación al cambio climático, donde el arbolado urbano cumple un rol esencial, no solo en términos paisajísticos o estéticos, sino también como regulador térmico, barrera de viento y hábitat de especies urbanas.