
La búsqueda de las personas desaparecidas en el marco del conflicto armado continúa avanzando en el sur del Huila. Dos equipos forenses de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) llevaron a cabo la segunda fase de intervención en el Cementerio San Antonio de Padua de Pitalito, que desde marzo de 2025 cuenta con medidas de protección decretadas por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
En este lugar fueron recuperados 17 cuerpos que podrían corresponder a víctimas del conflicto armado, una labor que da un paso más hacia el anhelo de verdad y dignidad que reclaman las familias.
La intervención hace parte de la investigación humanitaria y extrajudicial que lidera la UBPD en el departamento del Huila, donde se estima que más de 1.500 personas permanecen desaparecidas, dejando a sus familias en una prolongada incertidumbre.
Y es que la misión en Pitalito tenía como objetivo recuperar entre 10 y 12 cuerpos en nueve fosas previamente identificadas; sin embargo, los equipos técnicos lograron superar la meta gracias al esfuerzo de campo y al compromiso de los profesionales forenses.
Laura Vásquez, antropóloga, líder de la Unidad en el Huila, indicó que “pese a las dificultades climáticas que incluyeron intensas lluvias durante las jornadas de excavación, el trabajo adelantado permitió intervenir 11 fosas, algunas de ellas con sepulturas colectivas. Este hallazgo incrementó la cifra de cuerpos recuperados a 17”.
La temporalidad de los cuerpos recuperados indica que fueron traídos a este camposanto entre 1998 y 2012, luego de haber fallecido en hechos del conflicto armado ocurridos en municipios como San Agustín, Acevedo, Palestina y Pitalito, en el sur del Huila, y también en Santa Rosa, Cauca.
“El proceso de recuperación no solo implica la exhumación de los cuerpos, sino también una metodología rigurosa que garantice la cadena de custodia y el respeto por la dignidad de las víctimas. Tres de los cuerpos recuperados fueron remitidos al Instituto Nacional de Medicina Legal, donde se adelantarán pruebas genéticas que permitan confirmar identidades”, agregó la antropóloga.
Los otros 14 cuerpos permanecen de manera transitoria en bóvedas y osarios facilitados por la parroquia San Antonio de Padua, garantizando su protección en espera de las siguientes fases de análisis.
En los próximos meses, la UBPD adelantará el proceso de verificación de correspondencia post mortem, una técnica que busca relacionar la información física hallada en los cuerpos con datos aportados por familiares y documentos oficiales.
La intervención en el cementerio antiguo de Pitalito no solo es un esfuerzo técnico, sino también un acto humanitario que busca devolver tranquilidad y cerrar ciclos de dolor. Las familias de los desaparecidos han acompañado con expectativa cada fase del proceso, conscientes de que en cada exhumación puede encontrarse la respuesta a años de búsqueda.
“La Unidad de Búsqueda prevé una nueva intervención en otro sector del cementerio, donde podrían encontrarse más cuerpos de interés para la misión humanitaria, y una jornada para localizar posibles lugares adicionales”, puntualizó la antropóloga.