
El caucho centenario respira 45 días más, suspenden tala tras protesta ciudadana en Neiva
En medio del bullicio citadino y el calor del mediodía, una escena cargada de simbolismo volvió a capturar la atención de los neivanos. Una joven ambientalista, decidida a impedir la tala de un imponente caucho de más de un siglo de vida, trepó nuevamente a su tronco en un acto de resistencia pacífica.
El árbol, que se alza majestuoso en la calle 14 con carrera 6, se encuentra dentro de un predio privado donde se adelantan trabajos de intervención que incluyen su corte. La decisión ha provocado una fuerte controversia y reacciones de indignación entre colectivos ambientales y ciudadanos, quienes consideran que la pérdida de este ejemplar sería una herida profunda para la memoria ecológica y el paisaje urbano de Neiva.
“Mi compañera que fue la que se subió al árbol es de Ciencias Sociales y Naturales, lo que intentamos es mostrar el impacto ambiental que se generaría si talan el árbol. Según indica la Cam hay un proceso, se entregaron ya los árboles que plantarán en reemplazo de este árbol, pero lo harán fuera de la ciudad, eso es incoherente, el impacto ambiental es dentro de la ciudad”, indicó Angélica García, estudiante de ciencias sociales y naturales de la Universidad Surcolombiana.
Y es que no era la primera vez que la joven protagonizaba una acción semejante. Días atrás, ya había escalado el mismo árbol cuando las motosierras amenazaban con iniciar la tala; sin embargo, al ver que los trabajos se reanudaban, decidió repetir su protesta, esta vez acompañada por otros jóvenes y activistas que se congregaron en el lugar para exigir respeto por la vida del caucho y la creación de un espacio de diálogo con las autoridades.
Sin embargo, la tala se estaba realizando con los debidos permisos, ya que según indica el dueño del lote, “ese árbol está afectando el vecindario, ya que las raíces se están dañando algunas casas y hasta una piscina, tanto así que un juzgado me puso una tutela que debo cumplir, ante esto la CAM me dio el permiso, tengo todos los papeles en regla”, agregó David Vargas, dueño del lote.
La manifestación derivó en la intervención de organismos institucionales. Representantes de la Defensoría del Pueblo y la Personería de Neiva hicieron presencia en el sitio, con el propósito de mediar entre la comunidad y las entidades responsables. Su gestión permitió abrir un espacio de concertación en el que también participó la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM).
El resultado fue la adopción de una medida temporal, la suspensión de la tala por un periodo de 45 días. Durante ese tiempo, estudiantes y autoridades adelantará estudios técnicos para determinar si es posible conservar el árbol o si, en caso contrario, se deberá proceder con medidas de compensación ambiental.
“Fueron once acuerdos a los que llegamos, el primero el censo de arbolado, crear un parque de ciudad, socialización de la tala de árboles, al realización de un foro, que se compensen con árboles nativos y que se siembren en el casco urbano de Neiva y se suspenderá por 45 días la tala del árbol y así demostrar que el árbol tiene una antigüedad”, agregó Angélica.
El acuerdo contempla además varios compromisos complementarios. Entre ellos, la realización de un censo del arbolado urbano de Neiva, la socialización de las licencias ambientales otorgadas, la implementación de estrategias pedagógicas sobre la conservación y, en caso de ser inevitable la tala, la siembra de especies nativas equivalentes como medida compensatoria.
La Personería confirmó que la joven no sufrió afectaciones a su integridad física y que, tras la instalación de la mesa de diálogo, descendió del árbol. No obstante, anunció que continuará participando activamente en el seguimiento de los compromisos pactados, como veedora ciudadana del proceso.
“Neiva no cuenta con un plan de silvicultura urbana, no tenemos conocimiento de dónde están sembrados los árboles de la ciudad, cuáles son las especies que se pueden sembrar en Neiva o al condición fitosanitaria de los árboles, además no hay claridades alrededor de los planes de compensación”, indicó el concejal Humberto Perdomo.
La historia de este caucho centenario se ha convertido en un símbolo de resistencia y conciencia ambiental. Su destino sigue siendo incierto, pero su caso ya abrió un debate necesario sobre la relación de Neiva con su entorno natural. En una ciudad donde el desarrollo urbano suele imponerse sobre los espacios verdes, la lucha de esta joven y de quienes la acompañan recuerda que la protección de un solo árbol puede representar la defensa de toda una forma de vida.
Por ahora, el gigante de raíces profundas y ramas amplias seguirá en pie, respirando junto a la ciudad que ha visto crecer durante más de cien años. Los próximos 45 días serán decisivos, no solo para su supervivencia, sino para el compromiso real de las autoridades y la comunidad con el cuidado del patrimonio ambiental que aún queda en la capital huilense.