21 Abr 2017 07:36 AM

Los padres y el rendimiento académicos de sus hijos

Alerta
Tolima

Las mujeres tienen mejor rendimiento académico que los hombres; la agresión verbal de los padres, el bajo nivel educativo de éstos y la “autoridad permisiva” de ellos determinan el bajo rendimiento académico de los estudiantes, según la investigación que realizó la estudiante de maestría en educación de la Universidad del Tolima, Norma Constanza González Arias, bajo la dirección de Carlos Alfonso Quimbayo Valderrama, del grupo de investigación en Gestión Escolar de la universidad.

Ya son más de 35 investigaciones las realizadas por el grupo de investigación en Gestión Escolar, y tres de estas se relacionan con la participación de los padres en la formación de sus hijos. La investigación de González Arias se realizó con padres de familia y estudiantes de la institución educativa Papagalá, municipio de Sandaña, donde ejerce la docencia la autora de la investigación que lleva por título “Factores familiares que inciden en el rendimiento académico de los estudiantes de la institución educativa Papagalá”.

Se seleccionaron 18 estudiantes de bajo rendimiento académico e igual número de buen rendimiento a los que se le aplicó una encuesta cuyos datos cuantitativos fueron procesados por la prueba Chi cuadrado para establecer la relación o asociación existente entre variables objeto de estudio. Se entrevistaron 14 padres de familia para encontrar de qué manera las características de las familias influyen en el rendimiento académico de sus hijos; cómo son las relaciones en el ámbito familiar y las características del clima psicológico y social en el hogar; la actitud de los padres frente a la actividad académica de sus hijos y las expectativas que padres e hijos tienen sobre la actividad escolar.

Son varios los estudios realizados en diferentes lugares del mundo que han llegado a la conclusión de que la participación de los padres en el proceso educativo de sus hijos es uno los factores relevantes en el buen desempeño académico de los estudiantes. Al respecto, la UNESCO (2004), con la autoría de Ofelia Reveco, dice en uno de estos estudios sobre la Participación de las familias en la educación infantil en Latinoamérica: “Los primeros educadores de los niños y niñas son las madres y los padres. El espacio de aprendizaje, por excelencia es el hogar, el barrio, la comuna, la ciudad”.

 

LA FORMACIÓN ACADÉMICA DE LOS PADRES Y LA AGRESIVIDAD DE ESTOS.

 

“Existe una relación entre el nivel educativo de los padres y el rendimiento académico, puesto que los padres que han alcanzado unos niveles de educación superior o por lo menos han cursado el nivel de educación secundaria, contribuyen de mejor manera en la orientación académica de sus hijos”, dice el informe de investigación.

Amanda Rodríguez, una de las madres entrevistadas, cursó hasta cuarto de primaria; uno de sus hijos estudia el grado noveno, y es uno de los estudiantes de bajo rendimiento académico. En cuanto a su vida, su hogar y relaciones de pareja, Amanda dice: “Mi mamá no nos pudo dar más estudio. Tengo seis hijos, el mayor es de un padre y los cinco restantes son de otro. Soy una ama de casa y me sostengo económicamente de la cría de cerdos, pollos y peces. David, no vive conmigo, debido a que yo me separé de su padre porque él me traicionó con otra, y yo decidí irme a vivir a una finca.

Decían que en esa finca asustaban, como David es muy miedoso, él no quiso ir a vivir conmigo, vive con el papá, los abuelos, una tía y un tío. Soy la que vengo a las reuniones de padres y citaciones que hacen los profesores cuando él va mal académicamente. Cuando llamo a su padre para que se dé cuenta de lo mal que va ese muchacho, lo que hace es formar pelea.  David, en las tardes se la pasa veciniando. Si necesita averiguar tareas en internet,  Hierde  tantas materias consigo. cuando . Si necesita va ese muvhacho, o que hace es formar pelea.

yo bajo al pueblo y se las consigo. Cuando pierde tantas materias, como ha pasado en los últimos años, pues se le castiga; le he llegado a pegar, pero ya ni el juete le hace”.

Una de las conclusiones de esta investigación es que el tipo de autoridad ejercida por los padres es considerado una condición determinante del bajo rendimiento académico de los estudiantes. La autoridad permisiva es la que da más bajo rendimiento, en razón de que los estudiantes sienten que nadie los cuestiona. Mayoritariamente, los estudiantes que tienen bajo rendimiento académico, presentan conductas disruptivas dentro del aula (comportamientos que perturban el desarrollo de las clases), ausentismo escolar y rechazo a la autoridad.

Hay resultados de la investigación que aparentemente son contradictorios. Por ejemplo, que la separación de las parejas no presenta una relación de influencia con el rendimiento académico de los estudiantes, esto es, que “los estudiantes cuyos padres son separados por diferentes razones, no presentan bajo rendimiento

De otra parte, los padres que asumen una actitud negativa frente al fracaso escolar de sus hijos, no inciden positivamente en el rendimiento académico de sus hijos. De los 18 estudiantes de bajo rendimiento encuestados, 12 manifestaron que en la jornada contraria a las clases dedicaban su tiempo al juego y al ocio, y ese es un factor que incide directamente en que obtengan bajas calificaciones. El gusto por el estudio no es suficiente para obtener un buen rendimiento académico. Se requiere, además, de disciplina y compromiso para que el rendimiento académico sea bueno.

Son hallazgos que generan interrogantes diversos. Se puede inferir, por ejemplo, que no todas las tareas que asignan los docentes para ser realizadas durante el tiempo libre tienen mayor influencia sobre el rendimiento académico. En ello se estaría de acuerdo con la eliminación de las tareas que se deben realizar fuera del aula. Sorprende, además, el resultado de que la unidad familiar (padres y madres juntos en el mismo hogar) no es necesaria como requisito para que los estudiantes tengan buen rendimiento académico.

La investigación encontró, además, que de los 18 estudiantes de bajo rendimiento que hicieron parte de la muestra, 11 (el 61 por ciento) reprobaron, es decir, “perdieron el año”, y seis de los reprobados, se matricularon como repitentes.  Ello implica que del total de reprobados sólo la mitad siguió estudiando. ¿Qué pasó con los restantes?

 

luiseduardochamorro10@gmail.com