Preocupación por aumento en casos de suicidio en Risaralda
28 Mayo 2025
02:54 PM
Cuando el dolor se vuelve silencio: Reflexión ante la autólisis y su impacto emocional y social
La afectación de los amigos y seres queridos de quienes terminan con sus vidas.
Alerta Tolima, a raíz de las últimas muertes por autólisis de las últimas semanas en Ibagué, en las que se vieron involucradas personas desde los 13 hasta los 63, de distintas profesiones e ideologías, seres con amigos, familia, conocidos, subalternos, vecinos y mascotas, acudimos a la psicóloga Nohora Cecilia Medina Galeano para hablar al respecto.
"Perder a un ser querido por autólisis es atravesar una de las experiencias más complejas y dolorosas de la existencia humana. No se trata solo de la muerte de alguien amado, sino de un quiebre emocional profundo que deja marcas en quienes permanecen: familia, amistades, comunidad y hasta generaciones futuras." comentó la psicóloga ibaguereña.
¿Cómo entender el suicidio?
"Desde la psicología, se comprende que la conducta suicida no es únicamente un acto individual, sino una manifestación del sufrimiento psíquico intenso que ha superado los recursos del ser humano para hacerle frente. El suicidio, en palabras de Émile Durkheim (2003), debe analizarse también como fenómeno social, donde las condiciones del entorno influyen en la percepción de desesperanza y desconexión del individuo. Es decir, no se puede separar la acción de la red de relaciones, tensiones y soledades que lo atraviesan.
Para quienes sobreviven a esta pérdida, el duelo es aún más difícil. Como señala William Worden (2013), el duelo por suicidio suele ser más largo, más silencioso y más cargado de emociones ambivalentes como la culpa, la rabia, el desconcierto o la vergüenza. Se vuelve fundamental comprender que estas emociones son válidas y merecen ser nombradas, compartidas y atendidas sin juicio.
Socialmente, la autólisis revela la falta de espacios seguros para hablar del sufrimiento emocional. Según la teoría interpersonal del suicidio de Thomas Joiner (2010), dos factores clave que anteceden al acto suicida son: el sentimiento de ser una carga para los demás y la percepción de no pertenecer. En una sociedad marcada por el rendimiento, el aislamiento y la invisibilización del dolor, muchas personas llegan a sentirse solas, incluso estando rodeadas.
¿Qué marcas puede dejar esa decisión en la familia?
"Desde lo transgeneracional, la psicogenealogía —como la trabajó Anne Ancelin Schützenberger (2006)—, nos enseña que los traumas no resueltos pueden dejar huellas emocionales en las siguientes generaciones. La autólisis no solo marca a quienes la viven de cerca, sino que puede instalar un silencio doloroso y repetitivo en los árboles genealógicos si no se aborda desde la verdad, el amor y la elaboración emocional."
¿El suicidio es una elección egoísta?
No, dice categóricamente la doctora Medina, "por eso, este llamado es a sensibilizar y humanizar. Muchas veces es una expresión desesperada ante el deseo de dejar de sufrir. Es un grito ahogado. Un último intento de no sentir más dolor. Y por eso, como seres humanos y como sociedad, debemos comprometernos a abrir espacios de escucha, acompañamiento y contención. A mirar la salud mental como un derecho y una prioridad."
La culpa
Para quienes han perdido a alguien por esta causa: que se elimine la culpa. Que el amor evite volverse condena, sino memoria que dignifica. Que el recuerdo los fortalezca, que los impulse a hablar, a compartir, a sanar. Que puedan encontrar paz en el proceso, sin prisa, sin presión, con respeto por su tiempo emocional. Que se transforme en memoria luminosa.
Y que todos, como comunidad, aprendamos a preguntar: ¿Cómo estás de verdad? Y a quedarnos para escuchar la respuesta y con amor abrigar, con ternura declarar apoyo.
Para los dolientes:
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La culpa no es tuya:
El suicidio es multifactorial. No es resultado de "algo que no hiciste" o "algo que no viste". La mente humana en sufrimiento extremo opera desde una distorsión de la realidad donde las soluciones parecen ausentes. -
El duelo no tiene un guión:
Rabia, alivio, negación o culpa son emociones válidas. No hay una forma "correcta" de sentirlo. Como decía Worden, el objetivo no es "superar" la pérdida, sino aprender a vivir con ella de una manera que honre la vida y el dolor. -
Busca apoyo especializado:
Grupos de apoyo para supervivientes (como Red Aipis en España o AFAS en Latinoamérica) pueden ser espacios seguros donde compartir sin miedo al juicio. La terapia enfocada en trauma complejo o duelo también es crucial.
Para la sociedad:
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Hablar salva vidas:
Preguntar "¿Has pensado en quitarte la vida?" no incita al acto; por el contrario, reduce el aislamiento. Como señala Joiner, la desconexión social es un factor de riesgo clave. -
Prevención activa:
Promover políticas públicas de salud mental, acceso a terapias económicas y campañas de sensibilización
Para honrar la memoria:
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Transforma el dolor en acción:
Muchas familias crean fundaciones o proyectos de prevención (ej. talleres de salud mental en escuelas). Esto ayuda a resignificar la pérdida. -
Rituales simbólicos:
Escribir cartas, plantar un árbol o crear un espacio de memoria puede ser terapéutico. La psicogenealogía nos recuerda que sanar el pasado también es sanar el futuro.
Para quien lea esto y esté luchando: no estás solo. El dolor puede distorsionar tu perspectiva, pero hay alternativas. Permítete pedir ayuda. Para quien acompañe: escucha sin juzgar. A veces, el simple acto de decir "te creo" puede ser un salvavidas.
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Fuente
Alerta Tolima
