
Retrasos en la entrega del nuevo centro de detención agravan hacinamiento en Neiva
El hacinamiento carcelario en Neiva continúa siendo un problema grave y sin soluciones efectivas a corto plazo. A pesar de los compromisos asumidos por las autoridades para entregar un nuevo centro de detención transitorio, los plazos se han incumplido repetidamente, prolongando una situación que vulnera los derechos humanos de cientos de personas privadas de la libertad.
De acuerdo con el personero municipal, Jerson Bastidas, actualmente 257 detenidos permanecen recluidos en las antiguas bodegas de Alpina, un espacio que, según los parámetros técnicos, solo tiene capacidad para 96 personas.
Esto significa que el nivel de hacinamiento supera cerca del 165%, generando graves riesgos sanitarios, de convivencia y seguridad. A esta cifra se suman 37 personas más que se encuentran en el CAI Bogotá, un lugar diseñado para albergar únicamente a 13 detenidos
“Seguimos sosteniendo la misma situación que se ha venido presentando, por lo menos hago alusión desde el año inmediatamente anterior, desde que asumí esta responsabilidad. Estos espacios continúan presentando las mismas dificultades a nivel de infraestructura, a nivel de servicios públicos, a nivel de calidad de vida de quienes están allí”, indicó el personero Jerson Bastidas.
Y es que el nuevo centro de detención transitorio, anunciado como la principal solución a este problema, debía estar listo el 30 de agosto. Sin embargo, la fecha se incumplió, al igual que la nueva promesa de entrega para el 30 de septiembre.
“Neiva, en el marco de las mesas departamentales que lidera la Procuraduría Regional y de las mesas municipales que lidera la personería, se comprometió en un inicio que al 30 de agosto, iba a haber un nuevo lugar donde iban a ser trasladadas estas personas. Esta fecha se incumplió, luego se dijo que al 30 de septiembre, pero también se incumplió”, agregó el personero.
El retraso no solo agrava la situación de los detenidos, sino que también impacta el trabajo de las autoridades policiales y judiciales, pues los espacios actuales dificultan el ingreso de nuevos capturados, la clasificación de los internos y la custodia de los mismos.
Por ahora, los organismos de derechos humanos mantienen la alerta sobre la situación, la cual refleja un problema estructural que afecta a muchas ciudades intermedias de Colombia, la falta de infraestructura adecuada para la detención transitoria, mientras los procesos judiciales avanzan con lentitud y los centros penitenciarios siguen desbordados.
“No existen espacios adecuados que cumplan todas las condiciones técnicas. En la oportunidad anterior, se había considerado un espacio en la zona norte a efectos de poderlo adecuar, acondicionar y trasladar; lo que se nos ha informado extraoficialmente es que no han podido terminar de adecuar este espacio, tiene que haber un reforzamiento a las paredes. Hay dificultades a nivel legal, desconozco cuáles.”, puntualizó el personero.
Mientras tanto, los 294 detenidos esperan una solución que, por ahora, parece aplazarse indefinidamente. Las bodegas y los CAI siguen siendo espacios de detención improvisados, en los que el hacinamiento, la falta de ventilación y las precarias condiciones sanitarias se convierten en un recordatorio de que la justicia no solo se mide en sentencias, sino también en la forma en que se respeta la dignidad humana.
“hay un sobre hacinamiento en estos dos lugares que genera pues las diferentes situaciones a nivel de salud, a nivel de convivencia. Estas personas todo el tiempo, 24-7, están encerradas en celdas sin ninguna posibilidad de hacer ningún tipo de actividad”, finalizó el personero.