
Paro de arroceros dejó millonarias pérdidas y toneladas de alimentos dañados en la central de abastos de Neiva
Las consecuencias del paro nacional de arroceros no solo se sintieron en las vías del país, sino también en los centros de acopio y distribución de alimentos. En Neiva, Surabastos, el principal centro de abastecimiento de la región, reportó pérdidas por más de $3.300 millones tras días de bloqueos que paralizó parcialmente la llegada y salida de productos.
De acuerdo con el gerente de la central, durante los días de la protesta se dejaron de recibir varias toneladas de mercancía, lo que representó no solo una caída en las ventas, sino también la pérdida de grandes cantidades de alimentos perecederos como papa, cebolla, piña, papaya y hierbas aromáticas, que no lograron comercializarse a tiempo.
“Cerramos con un déficit de ingreso de mercancía de 708 toneladas en los días de paro, lo que generó una reducción en ventas de $3.300 millones por los productos que no ingresos, pérdidas en productos porque se dañaron”, indicó el gerente de Surabastos, Germán Peña.
Las frutas y verduras acumuladas en las bodegas comenzaron a descomponerse por la falta de rotación y el aumento de las temperaturas. A esto se sumó la disminución significativa del número de compradores, pues muchos ciudadanos prefirieron no movilizarse por temor a quedar atrapados en medio de bloqueos o enfrentamientos.
“A raíz de los bloqueos mucha gente no viajó a Neiva a realizar sus compras por el miedo a quedar encerrado con los paros, se tuvieron que bajar muchos precios, en total bajaron un 38% aproximadamente el porcentaje de precios que se entra, es bastante dura la afectación para los comerciantes en general”, agregó el gerente.
Desde la administración de Surabastos hicieron la invitación a las familias huilenses para que retomen sus hábitos de compra en la central, con el fin de dinamizar nuevamente el flujo comercial y contribuir a la recuperación del sector.
“Esperamos que la gente ya venga con moralidad a la central para reactivarnos, volver a dinamizar la economía porque es un trabajo entre todos, ya que fueron varios sectores que salieron afectados en el departamento”, puntualizó el gerente.
Asimismo, se trabaja en una estrategia de reactivación junto con los comerciantes y productores para garantizar el abastecimiento y evitar escasez en los próximos días. La expectativa es que, con el paso de las jornadas, la entrada de camiones con carga aumente progresivamente y se recupere el ritmo habitual de trabajo.
La situación también reabre el debate sobre la vulnerabilidad de los centros de abastecimiento ante protestas prolongadas. Aunque el paro de arroceros concluyó tras alcanzar acuerdos con el Gobierno, en regiones como el Huila, los efectos todavía se sienten. La esperanza ahora está puesta en que la confianza de los consumidores regrese pronto y se estabilice el comercio, antes de que nuevas afectaciones golpeen nuevamente la economía local.