
En el Tolima se vive un fenómeno climático inusual: lluvias intensas y múltiples incendios forestales al mismo tiempo. La situación ha llevado a que las autoridades de la Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo mantengan una vigilancia constante y activen planes de contingencia en distintos puntos del departamento.
La directora de la dependencia, Andrea Mayorquín, explicó que el departamento atraviesa una etapa de transición climática, en la que los cambios de temperatura y humedad están provocando condiciones extremas en periodos muy cortos de tiempo.
“En municipios con altas temperaturas estamos registrando incendios con mayor frecuencia, especialmente en Ibagué, donde recibimos entre 30 y 40 conatos diarios. Al mismo tiempo, en algunos sectores hemos tenido vendavales y fuertes lluvias, lo que demuestra que en un mismo territorio podemos enfrentar emergencias opuestas”, señaló Mayorquín.
La funcionaria advirtió que el sur del Tolima es otra zona crítica, con puntos ya identificados donde los focos de incendio se repiten cada temporada seca. Estos eventos, conocidos como conatos, son incendios pequeños que, de no ser controlados rápidamente, pueden transformarse en emergencias de gran magnitud, amenazando cultivos, viviendas y ecosistemas naturales.
Según el IDEAM, el país experimenta dos temporadas de más lluvias y dos temporadas de menos lluvias cada año. En este momento, el Tolima se encuentra en el tránsito entre la primera temporada seca y la segunda temporada de menos lluvias, para luego cerrar el año con una etapa de precipitaciones más intensas.
“Nos estamos preparando no solamente para los incendios forestales, sino también para la temporada de lluvias de fin de año. Existe la probabilidad de que esta llegue acompañada de un fenómeno de La Niña, que históricamente ha incrementado el riesgo de inundaciones, desbordamientos de ríos y deslizamientos de tierra”, añadió Mayorquín.
En municipios como Chaparral, Natagaima, Coyaima y Purificación, el aumento de las temperaturas ha favorecido la propagación de incendios en zonas de pastizales y bosques. En contraste, localidades como Honda, Mariquita y Fresno han reportado tormentas y crecientes súbitas en quebradas, lo que obliga a los organismos de socorro a atender emergencias por causas opuestas en cuestión de horas.
En Ibagué, la situación es particularmente compleja. La combinación de altas temperaturas en el día y lluvias en la noche crea un ciclo que reseca rápidamente la vegetación y, al mismo tiempo, provoca caída de árboles y afectaciones a la infraestructura. “En una misma jornada podemos recibir reportes de techos desprendidos por vendavales y, unas horas después, brigadas de bomberos atendiendo llamadas por incendios en zona rural y urbana”, relató un integrante de los cuerpos de emergencia.
La Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo ha intensificado el trabajo con los 47 municipios del Tolima, activando planes de prevención y respuesta rápida. Esto incluye el monitoreo constante de áreas con alerta roja por incendios forestales y la limpieza de quebradas y alcantarillas para reducir el riesgo de inundaciones.
Los coordinadores municipales de gestión del riesgo también están recibiendo capacitaciones para identificar zonas vulnerables y reforzar campañas comunitarias sobre el manejo responsable del fuego y la disposición de basuras. Se ha insistido a la ciudadanía en evitar las quemas de rastrojo, no arrojar colillas de cigarrillo en áreas verdes y reportar cualquier señal de incendio a las autoridades.
Además, los planes contemplan la activación de maquinaria amarilla en caso de deslizamientos y la instalación de albergues temporales si las lluvias generan evacuaciones preventivas. “Estamos preparando un doble frente de atención, porque sabemos que la temporada que viene será exigente tanto en el manejo de incendios como en la respuesta a lluvias torrenciales”, afirmó Mayorquín.
La funcionaria concluyó reiterando que la colaboración ciudadana será clave para evitar tragedias: “No podemos bajar la guardia. Un incendio que empieza como un conato puede crecer en minutos y una quebrada que parece tranquila puede desbordarse en segundos. Necesitamos que las comunidades estén atentas y actúen de inmediato avisando a las autoridades”.
Con el fenómeno de La Niña en el horizonte y los termómetros alcanzando niveles extremos en varias zonas, el Tolima se prepara para enfrentar un cierre de año marcado por retos climáticos en los que el fuego y el agua podrían ser protagonistas.
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