
Concejal denuncia privatización de las fiestas en Mariquita: ‘La gente humilde queda por fuera’
El municipio de San Sebastián de Mariquita vive por estos días una fuerte controversia en torno a la organización de sus fiestas patronales. El concejal Andrés Sánchez, del partido Dignidad y Compromiso, denunció que la instalación de palcos en los espacios públicos para ver los conciertos podría convertirse en una forma de privatización encubierta de las celebraciones populares.
La discusión surgió en medio de un debate de control político en el Concejo Municipal, donde se citó a la Oficina de Cultura y Turismo para rendir cuentas sobre la contratación de la entidad encargada de coordinar las festividades. Según Sánchez, al revisar los documentos del convenio, encontró varias irregularidades que ponen en tela de juicio la transparencia y el objetivo social del evento.
“En los estudios previos y en el convenio con la entidad sin ánimo de lucro no aparece en ninguna parte la obligación de instalar palcos como fuente de financiación. Eso me lleva a pensar que se podría estar configurando un detrimento patrimonial, porque el recurso principal de las fiestas es dinero del municipio, es decir, de todos los mariquiteños”, señaló.
El concejal insistió en que la instalación de palcos no solo carece de soporte legal, sino que además afecta directamente a la población de bajos recursos, quienes tradicionalmente disfrutan de las fiestas como un espacio gratuito y abierto.
“Al poner palcos se margina a la gente humilde, porque no todos pueden pagar. ¿De qué sirve traer artistas de talla internacional si la mayoría de la comunidad no podrá tener acceso directo a ellos? Las fiestas deberían ser un encuentro popular, no un evento privado”, enfatizó Sánchez.
Este año, dentro de la programación, se anunció la presentación del reconocido artista Yeison Jiménez, quien tiene trayectoria no solo a nivel nacional, sino también internacional. Para el concejal, la contratación de un artista de ese nivel debería representar un beneficio cultural y recreativo para toda la comunidad, y no convertirse en un privilegio para quienes tengan la capacidad económica de pagar por un palco.
El trasfondo del debate gira en torno a la figura jurídica que se utilizó para contratar la organización de las fiestas. Según lo expuesto en la plenaria, la administración municipal firmó un convenio con una entidad sin ánimo de lucro, lo que le permitió un margen de acción distinto al de una licitación pública. Sin embargo, para Sánchez, esa vía no justifica la aparición de elementos que nunca fueron contemplados en el contrato original, como la comercialización del espacio público mediante palcos.
“Aquí hay que preguntarse qué es lo que está pasando. Si los palcos no estaban estipulados, entonces ¿quién los autorizó y bajo qué condiciones? Esto puede significar que el municipio está dejando de percibir recursos, y por eso hablo de un posible detrimento patrimonial”, explicó.
Además del tema legal, el concejal puso sobre la mesa el impacto social. Históricamente, las fiestas patronales en Mariquita han sido un punto de encuentro popular, donde la gente del casco urbano y de las veredas se reúne alrededor de la música, el folclor y la cultura. “Si ahora el acceso depende de pagar, ¿qué pasa con los campesinos, los jóvenes o las familias de escasos recursos que esperan todo el año para participar en estas celebraciones? Simplemente se quedarían por fuera”, agregó.
El debate también despertó una reflexión más amplia: ¿qué tipo de fiestas quiere Mariquita? Para algunos, la instalación de palcos es un mecanismo legítimo de financiación que alivia las cargas del presupuesto municipal. Para otros, como el concejal Sánchez, se trata de una clara privatización de lo público, que rompe con el carácter popular de las celebraciones.
La discusión no quedó solo en el recinto del Concejo. El cabildante anunció que dejará constancia en el acta de la sesión y pondrá el caso en conocimiento de los entes de control, para que sean ellos quienes determinen si hubo irregularidades o posibles faltas en la ejecución del convenio.
Mientras tanto, en las calles y redes sociales del municipio, los comentarios se multiplican. Hay quienes apoyan la denuncia, argumentando que el pueblo debe ser el verdadero protagonista de sus fiestas; otros consideran que los palcos son una estrategia necesaria para garantizar espectáculos de mayor nivel.
Lo cierto es que, por ahora, la polémica está abierta y la pregunta sigue en el aire: ¿se están convirtiendo las fiestas patronales de Mariquita en un evento privado, al alcance solo de quienes pueden pagar?
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