
Pantallas con propósito: cómo la tecnología bien usada potencia el desarrollo de los niños
En un mundo donde las pantallas están en todas partes, desde el aula hasta el comedor, el debate sobre su impacto en la infancia se ha vuelto inevitable. Sin embargo, no todo uso de la tecnología es negativo. Cada vez más padres, docentes y especialistas coinciden en que, cuando se usan con intención y acompañamiento, las pantallas pueden ser aliadas del aprendizaje, la creatividad y el desarrollo emocional.
El problema no es la herramienta, sino cómo se usa. Y en 2025, hay suficientes recursos, investigaciones y experiencias que demuestran que la tecnología puede ser formativa, siempre que esté guiada con criterio y propósito.
Aprender jugando: plataformas que sí funcionan
Existen cientos de aplicaciones y plataformas diseñadas específicamente para estimular habilidades cognitivas, lingüísticas y socioemocionales en niños. Algunas, como Duolingo Kids, Lingokids, Khan Academy Kids o Lightbot, han sido evaluadas por expertos en educación infantil y neurociencia, y muestran beneficios concretos.
Estas herramientas promueven el pensamiento lógico, la lectoescritura temprana, la resolución de problemas y hasta la empatía, todo a través del juego. Además, plataformas como YouTube Kids —configurada adecuadamente— permiten acceder a contenido educativo audiovisual que complementa la educación formal.
Lo importante, según la Asociación Colombiana de Pediatría, no es prohibir las pantallas, sino elegir bien qué se consume, en qué momento y por cuánto tiempo.
El rol de los padres como mediadores digitales
Los expertos en crianza coinciden en que los niños no deben tener acceso irrestricto a dispositivos. Pero también insisten en que el acompañamiento adulto es mucho más efectivo que la restricción absoluta. Padres y cuidadores deben guiar el uso, conversar sobre los contenidos y enseñar a reflexionar sobre lo que se ve.
Por ejemplo, ver un video juntos y luego hacer preguntas como “¿qué aprendiste?”, “¿te gustó?”, “¿cómo te sentiste con eso?” puede convertir una experiencia pasiva en una interacción activa y significativa. Además, establecer rutinas como “pantallas solo después de tareas” o “sin dispositivos en la mesa” ayuda a crear límites saludables sin demonizar la tecnología.
Tecnología con intención: claves para una infancia conectada
La UNICEF y la Organización Mundial de la Salud coinciden en varias recomendaciones prácticas para un uso responsable de pantallas en niños:
- No exponer a menores de 2 años a pantallas salvo para videollamadas.
- Para niños entre 3 y 5 años, máximo una hora al día, con contenido educativo y supervisión.
- Para mayores de 6 años, establecer tiempos, espacios libres de pantallas (como la habitación) y fomentar otras actividades como lectura, juego libre o deporte.
- Usar controles parentales, pero también educar en el autocuidado digital.
Lo ideal es que la tecnología no sea la niñera, sino una herramienta más en el entorno de aprendizaje.
Más allá del miedo: educar, no prohibir
Demonizar el uso de pantallas puede generar miedo y culpa, pero no resuelve el problema. Lo realmente transformador es educar en el uso consciente. Así como enseñamos a cruzar una calle o a usar un cuchillo con cuidado, también debemos enseñar a navegar el mundo digital con responsabilidad y criterio.
Las habilidades digitales serán fundamentales para el futuro laboral, social y académico de los niños. Negarles el acceso no los prepara: guiarlos sí.
Por eso, cada vez más instituciones educativas incorporan la educación digital como una competencia transversal. Programación básica, pensamiento computacional, alfabetización mediática y manejo de emociones en línea ya hacen parte de currículos innovadores en Colombia y Latinoamérica.
Alerta Tolima te mantiene informado, tus comentarios, denuncias, historias son importantes para nosotros, conviértete en nuestros ojos donde la noticia se esté desarrollando, escríbenos al WhatsApp a través de este link
¿Quieres mantenerte informado? Agrégate a nuestro Grupo de Noticias haciendo clic aquí