Enrique Silva Cabrera
Enrique Silva Cabrera
Suministrada por la familia
19 Jun 2025 05:32 PM

Enrique Silva Cabrera, el artífice del acuerdo por el cual existe el Festival Folclórico Colombiano

Tatty
Umaña G.
Sin su gran visión las fiestas de San Juan y San Pedro no se hubiesen hecho realidad, quizá ni existirían.

Si bien tres nombres, entre otros, siempre han estado en todos los artículos, crónicas y reportajes en los anales de la historia del festival folclórico, quienes se encargaron de generar una propuesta interesante y llena de cultura en favor de la paz, pero todo ello sin un Acuerdo Municipal, lo que hoy en día se puede comparar para ese momento con una Política Pública, sin ello,  quizá hoy en día el Festival Folclórico Colombiano podría no existir, fue Enrique Silva Cabrera, el visionario gestó 

Entre documentos y olvidos nace una verdad que duele

En los archivos polvorientos del Concejo Municipal de Ibagué reposa una verdad que ha sido sepultada por décadas bajo el peso de una historia mal contada. Una verdad que duele porque honra la memoria de quien merece el reconocimiento, pero que ha sido silenciada por el desconocimiento y la falta de rigor histórico.

Sin la intervención de Enrique Silva Cabrera, el Festival Folclórico Colombiano simplemente no existiría. Esta no es una afirmación temeraria caprichosa del cronista; es una realidad documentada que emerge de los papeles oficiales, de las resoluciones firmadas y de los testimonios que el tiempo no ha podido borrar y del llamado del nieto de este hombre su familia, que se pusieron en contacto con Alerta Tolima y nos mostraron una parte de la historia, que ha sido triste y dolorosa para los hijos de Silva Cabrera, sus hermanos y nietos, que vieron la lucha incansable de doña María Mercedes Silva Londoño, quien nunca perdió el impulso para que el nombre de su padre y su gran legado fueran reconocidos y tenidos en cuenta en la historia del Festival Folclórico.

 

El hombre que gestó la fiesta más grande del Tolima

¿Quién era este personaje cuyo nombre ha quedado relegado al olvido? Enrique Silva Cabrera no era un desconocido en su época. Nacido el 23 de febrero de 1909 en Tarqui, Huila, pero la violencia de la época hizo que sus padres migraran al Tolima y se radicaran en Ibagué, este hombre forjó su destino entre el servicio público y la visión de un Tolima que necesitaba sanar sus heridas.

Su trayectoria habla por sí misma: ingresó a la Policía en 1934, pero su espíritu inquieto lo llevó por caminos diversos. Trabajó en Panamá para una compañía americana, fue Inspector de Tránsito Municipal, funcionario de la Contraloría Departamental, gerente de la Flota Águila Ltda y de una cooperativa de transportadores. Su compromiso con lo público lo llevó a ser secretario General del Directorio Liberal del Tolima, concejal de Ibagué entre 1958 y 1960, diputado a la Asamblea del Tolima, y alcalde de Cajamarca y Líbano.

El acuerdo que cambió la historia cultural del Tolima

El 20 de enero de 1959 se escribió una página dorada en la historia cultural del departamento. Ese día, Enrique Silva Cabrera, en su calidad de presidente del Concejo Municipal de Ibagué, promovió y firmó el Acuerdo No. 25, "Por el cual se establece y reglamenta la celebración de la Semana Musical y del Folclor Tolimense en Ibagué". Héctor Bonilla Hernández, como secretario de la corporación, también rubricó el documento que daría vida a lo que hoy conocemos como Festival Folclórico Colombiano.

Este acuerdo, de apenas siete artículos, tenía la ambición de estructurar oficial y jurídicamente unas fiestas para un pueblo que necesitaba encontrar razones para celebrar después de años de violencia fratricida.

Cincuenta años después, el reconocimiento llega tarde

La justicia histórica llegó medio siglo después. El 24 de junio de 2009, la mesa directiva del Concejo Municipal de Ibagué, presidida por Humberto Quintero García, rindió un homenaje póstumo a Silva Cabrera mediante la resolución 121 de 2009. En ella se reconoce expresamente que fue él quien tuvo la iniciativa del Acuerdo 25 de enero de 1959.

La resolución es clara y contundente: "el honorable Concejo municipal de Ibagué reconoce que el exconcejal Enrique Silva Cabrera, al presentar el proyecto de Acuerdo que estableció y reglamentó la celebración de la SEMANA MUSICAL Y DEL FOLCLOR TOLIMENSE EN IBAGUÉ, nos dejó un legado para la celebración de las fiestas folclóricas en Ibagué".

La polémica que sacudió el folclor en 1999

No todos los reconocimientos llegan sin batalla. En junio de 1999, los hijos y familiares de Enrique Silva Cabrera se vieron obligados a defender la memoria de su padre. El periodista Arnulfo Sánchez López (QPD) había afirmado en su noticiero que el creador del festival había sido Adriano Tribín Piedrahita, desconociendo así la verdadera autoría de las festividades.

La carta que enviaron al comunicador no era solo un reclamo familiar; era un acto de justicia histórica. "Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", escribieron, adjuntando documentos y pruebas que demostraban que Silva Cabrera fue el promotor e impulsor de la iniciativa, mientras que Tribín Piedrahita, en su condición de director de la oficina de Turismo, fue el ejecutor y organizador del certamen.

El contexto que hizo necesaria la fiesta

Las festividades nacieron en un momento crucial para el país. Colombia salía de un periodo de violencia bipartidista que había manchado de sangre especialmente al Tolima. Las fiestas debían cumplir el papel de catalizador de esa época oscura, buscando la paz entre liberales y conservadores.

Adriano Tribín Piedrahita, quien sin duda jugó un papel fundamental como ejecutor, lo expresó con crudeza: "En la prensa nacional y en todos los medios de información extranjeros se hacía aparecer al pueblo del Tolima como una caterva de facinerosos y asesinos. Jamás se vio más escarnecida y deteriorada nuestra imagen ni afectada más hondamente nuestra propia identidad social y cultural". Se trataba de sacar dentro de una charca de sangre la cara linda del Tolima.

La visión económica de un visionario

Silva Cabrera no solo pensó en lo cultural; su visión abarcaba también el aspecto económico. El artículo 6° del Acuerdo 25 de 1959 ya distribuía los recursos que produjeran las fiestas: 30% para fomento del turismo, 30% para la Junta de Ferias, 20% para Educación Primaria, 10% para Fondos Comunes Municipales, 5% para Salud Pública y 5% para la Caja de Previsión Social del Municipio.

El acuerdo establecía que las fiestas se celebrarían anualmente en la última semana de junio, con actividades tendientes a estimular el turismo y dar a conocer la ciudad y sus costumbres en todos sus aspectos.

 

El legado que trasciende el olvido

Enrique Silva Cabrera murió el 2 de mayo de 1971, llevándose consigo la satisfacción de haber sembrado una semilla que crecería hasta convertirse en uno de los festivales folclóricos más importantes de Colombia. Su último cargo público fue el de Personero de Mariquita, pero su mayor legado fue esa idea que plasmó en siete artículos y que hoy mueve miles de personas cada año.

El reconocimiento oficial llegó también en 2024, cuando el Decreto Municipal 1000-0510 del 26 de junio hizo una exaltación póstuma a Enrique Silva Cabrera, confirmando lo que los documentos siempre habían dicho.

La justicia histórica que no debe esperar más

Los documentos no mienten. Las resoluciones hablan por sí solas. Los testimonios de quienes vivieron esos momentos son contundentes. Enrique Silva Cabrera fue el verdadero creador del Festival Folclórico Colombiano, mientras que Adriano Tribín Piedrahita fue su ejecutor y organizador, papel no menos importante pero diferente al de fundador.

Como medio responsable de contar la historia, no podemos hacer menos que dar a conocer esta verdad. No se trata de minimizar el aporte de Tribín Piedrahita, sino de dar a cada uno el reconocimiento que merece. La historia debe ser contada con rigor, con documentos, con pruebas.

 

El Festival que nació de una necesidad de paz

Hoy, cuando el Festival Folclórico Colombiano convoca a miles de personas de todo el país y del exterior, cuando Ibagué se viste de gala para recibir a delegaciones de toda Colombia, cuando la música y el folclor llenan las calles de alegría, debemos recordar que todo esto comenzó con la visión de un hombre que creyó en el poder sanador de la cultura.

Silva Cabrera y Tribín Piedrahita, cada uno desde su rol, dieron vida a una celebración que buscaba cambiar la imagen negativa que la violencia había dejado en el Tolima. Con la ayuda del expresidente Darío Echandía y el entonces gobernador Rafael Parga Cortés, lograron convencer al presidente Alberto Lleras Camargo de que Ibagué organizara su primer Festival Folclórico en medio de una época difícil en materia de orden público.

La memoria que no debe perderse

La verdad histórica no es negociable. Los documentos que reposan en los archivos del Concejo Municipal de Ibagué son testigos silenciosos de una realidad que debe ser reconocida. Enrique Silva Cabrera merece el lugar que le corresponde en la historia del Festival Folclórico Colombiano, no como una nota al pie, sino como el protagonista principal de una idea que cambió para siempre el destino cultural del Tolima.

Que esta crónica sirva para honrar la memoria de quien tuvo la visión y el coraje de imaginar un Tolima diferente, un Tolima que celebrara su cultura en lugar de llorar sus heridas. Que sirva también para recordar que la historia debe ser contada con verdad, con documentos, con el respeto que merecen quienes forjaron nuestro presente.

El Festival Folclórico Colombiano existe gracias a Enrique Silva Cabrera. Esta es la verdad que los documentos proclaman y que la justicia histórica exige reconocer.

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Fuente
Alerta Tolima