
A pesar de que la Ley 1823 de 2017, conocida como la norma que promueve la implementación de “Salas Amigas de la Familia Lactante”, establece de manera obligatoria la creación de espacios adecuados para que las madres puedan amamantar o extraer su leche en condiciones dignas, Neiva continúa mostrando un bajo cumplimiento.
A más de cinco años del plazo legal, solo tres salas de lactancia están habilitadas en instituciones públicas del municipio, lo que representa una preocupante brecha en la protección de los derechos de las madres trabajadoras y sus hijos.
Esta ley debía estar completamente implementada desde el año 2019, tanto en el sector público como en el privado. Sin embargo, la realidad en la capital del Huila evidencia una falta de voluntad institucional y empresarial para dar cumplimiento a una norma que está directamente ligada a la salud materno-infantil, al bienestar en el entorno laboral y a la equidad de género.
“Estamos trabajando en la estrategia de fomentar la lactancia materna, se hace en entornos comunitarios y laboral. Hasta el momento en Neiva tenemos la gobernación del Huila, la Fiscalía, la superintendencia de registros públicos”, indicó Lilibeth Galván, secretaria de Salud de Neiva.
Según la normativa, las entidades públicas con más de 50 trabajadores y las empresas privadas con capital igual o superior a 1.500 salarios mínimos mensuales legales vigentes, que cuenten con 30 o más mujeres empleadas, están obligadas a implementar estas salas. La medida no es optativa, sino un mandato legal que busca garantizar que las mujeres lactantes tengan acceso a espacios seguros, higiénicos y adecuados para continuar con la práctica de la lactancia.
Galván también señaló que el cumplimiento de la ley no solo es una obligación jurídica, sino también una apuesta por el desarrollo social y la salud pública. “Está demostrado que la lactancia materna mejora las defensas del bebé, reduce enfermedades respiratorias, gastrointestinales y fortalece el vínculo afectivo madre-hijo. Las empresas y entidades que implementan salas amigas también promueven entornos laborales más saludables”, enfatizó.
Desde el ámbito civil, organizaciones de mujeres y defensores de derechos han cuestionado que muchos empleadores desconozcan la norma o evadan su cumplimiento bajo argumentos como falta de recursos o espacio. Sin embargo, según el Ministerio de Salud, las salas amigas no requieren de grandes inversiones; basta con un espacio privado, limpio, con ventilación adecuada y mobiliario básico que garantice la comodidad de la madre.
“Hemos venido haciendo foros, reconocimiento a entidades. Lo más importante para garantizar la lactancia adecuada es la educación, por eso le hacemos el llamado a las IPS que hacen todo el control prenatal”, puntualizó la secretaria.
Mientras tanto, la Secretaría de Salud de Neiva continúa con una hoja de ruta que incluye visitas técnicas, campañas de pedagogía y posibles sanciones administrativas para quienes incumplen. A pesar de ello, el rezago persiste. La meta de contar con un número considerable de salas de lactancia activa y funcional aún se ve lejana.
Neiva sigue en deuda con la implementación plena de la Ley 1823. El reto va más allá de una obligación legal, se trata de construir una ciudad más humana, más equitativa y más consciente del valor de la lactancia materna como derecho fundamental y como base del desarrollo social y económico.
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