Tatty Umaña RCN
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Alerta Tolima
28 Sep 2022 04:24 PM

Algodón, renace la ilusión en el sector, la cosecha 2022 renueva la esperanza

Columnista
Invitado
Tatty Umaña, escribe sobre el algodón, producción que estaba de capa caída, pero que con esta cosecha se genera esperanza en el sector.

Quizá mis recuerdos más cercanos del algodón se remontan al siglo pasado y las historias que me contaba 'Piti', una compañera de internado en Cajamarca a mediados de los 80's. Ella se había criado en la Hacienda Pajonales en Ambalema, la hacienda misma era una pequeña ciudad y allí el algodón era uno de los productos que se procesaban.

Hasta ayer, gracias a una invitación de Conalgodón a Remolino, en El Espinal, tuve la oportunidad de conocer sobre el proceso del 'oro blanco' que en las últimas dos décadas ha estado de capa caída en el país, como consecuencia de muchos factores, entre ellos, el uso del suelo, los aranceles, la falta de mano de obra, el costo de la importación de las maquinarias, los fenómenos naturales, el cambio climático,  la paulatina desaparición de las empresas textiles,  la entrada al país de textiles y ropa de Asia a precios ridículos, incluso el desconocimiento de los beneficios de la transgenia en favor de plántulas más resistentes a los factores climáticos y las plagas, entre muchas otras cosas.

El algodón estuvo incluso en segundo lugar, después del café en alguna época de la economía colombiana, es uno de los mejores del mundo, tiene cualidades que otros son deficientes y la pasión del algodonero tradicional es increíble: Escuchar a una mujer algodonera sentirse orgullosa de decir: "casi todos mis hijos nacieron en cosecha", ello es entre junio y agosto. 

Este año ha sido especialmente favorable para este noble producto, la cosecha nacional ha sido fabulosa. En el Tolima se terminó de recoger hace unas semanas y el algodón que vi procesar ayer venía de Cali, las bodegas están llenas y siguen produciendo.

El proceso es hermoso, los camiones llegan apretujados, llenos de mota de algodón, alguna más limpia, otras más blancas, y los operarios abren las compuertas con alguna dificultad y llegan tan comprimidos que luego se van a lo alto de los camiones y, con los pies, lo empujan. Y así van cayendo en este gran patio en Remolinos en El Espinal; cada carga corresponde a un lote y así mismo se identifica y se le procesa. Luego van pasando los lotes a una zona donde es aspirada por un gran tubo, allí un hombre con un tridente lo va acercando a la boca de la tubería y, durante este proceso, el algodón va dejando poco a poco por el camino, las impurezas. De allí pasa a unas grandes máquinas que van separando la semilla, la mota y  la cacota. Nada se desperdicia, todo en este proceso es aprovechable y cada cosa va por sendas tuberías a la zona específica destinada para su finalidad.

La semilla, es empacada en bultos de 30 kilos y su destino es la industria ganadera, es alimento ideal para el ganado, pero nos especificaron que solamente es para animales de cuatro estómagos, en caso distinto puede llegar a ser dañino. La semilla no se utiliza para resiembra.

La cacota, es el conjunto de todas las impurezas que trae el algodón y que van saliendo de todo el proceso de limpieza. Casi todo es material orgánico y se utiliza para la tierra, como abono.

En cuanto a la mota como tal, solo aquella que pasa todas las cribas es la que llega a convertirse en producto idóneo para la producción de hilazas para el sector textil. el proceso de compactado lo hace una máquina que hace pacas de aproximadamente 230 kilos, y tiene un centro que saca una muestra. Tanto la paca como la muestra van identificadas con códigos, la paca se fija con cinchos, para luego empacarlas en bolsas plásticas gruesas y transparentes, que se sellan al calor.  La muestra va a los laboratorios dónde se analiza  el color, la cantidad de impurezas, la finura de la fibra, la longitud, la resistencia, la uniformidad, la elasticidad y aglomeración de fibras enredadas, todo ello da una calificación y así sale el valor de cada paca.

Pero hay otras pacas que no son cinchadas con máquina, ni empacadas en cristalinas envolturas, estas son mas oscuras,  tienen aún residuos. Sus fibras no son tan largas ni resistentes y lógicamente su valor en el mercado es muy inferior, pero tiene usos interesantes, por ejemplo la elaboración de traperos.

El olor del algodón ya listo para ser vendido es tan particular, que no logro compararlo con nada; la sensación al tacto de ese algodón sin procesar es agradable, pero nunca tanto como la de ese algodón prensado. 

La industria algodonera empieza a repuntar y necesita de voluntad política urgente para que continúe en este camino, que Colombia vuelva a producir como antes, por ende temas arancelarios, de apoyo al agro, de no satanización de las semillas trans, entre muchas cosas, son vitales para que vuelvan los tiempo del 'oro blanco'. 

Fuente
Alerta Tolima