“Conducir borracho no es un error, es un crimen: Ibagué clama responsabilidad”

¿Por qué sigue ocurriendo?

Varios factores explican la persistencia de esta conducta:

• Normalización del consumo de alcohol en celebraciones sin medidas preventivas.
• Falta de controles efectivos en algunas zonas de la ciudad, especialmente durante fines de semana y ferias.
• Percepción errada de invulnerabilidad, especialmente en conductores jóvenes.
• Débil educación vial desde la escuela y en espacios comunitarios.

¿Cómo prevenir y generar conciencia vial?

Educación desde la infancia: Las instituciones educativas deben incluir programas permanentes de cultura vial, no solo como contenido académico, sino como formación ciudadana.

Campañas impactantes y constantes: Utilizar medios locales, redes sociales y espacios públicos para transmitir mensajes claros y emotivos sobre las consecuencias de conducir ebrio.

Sanciones ejemplares: Aplicar la Ley 1696 de 2013, que endurece las penas por conducir bajo efectos del alcohol, y garantizar su cumplimiento sin excepciones.

Alternativas seguras de transporte: Fomentar el uso de taxis, plataformas digitales o “conductor elegido” en eventos sociales.

Participación comunitaria: Juntas de acción comunal, bares, restaurantes y discotecas deben comprometerse con campañas de autocontrol y consumo responsable.

¿Qué están haciendo las autoridades?

La Alcaldía de Ibagué, junto con la Policía de Tránsito, ha intensificado los operativos de control, especialmente en horas nocturnas y fines de semana. Además, la Secretaría de Salud promueve charlas en universidades y empresas para alertar sobre el impacto del licor al volante. Sin embargo, los esfuerzos institucionales no bastan si la ciudadanía no se compromete.

La seguridad vial no puede ser solo una responsabilidad del Estado. En Ibagué, cada habitante tiene un papel clave: el conductor, el amigo que acompaña, el empresario que vende licor, el padre que educa. Bajar las cifras de muertes por embriaguez al volante no es una utopía, pero sí requiere voluntad colectiva.

Conducir sobrio es un acto de respeto, de amor por la vida propia y la ajena. La próxima vez que alguien te diga “yo manejo, no pasa nada”, recuérdale que sí pasa. Pasa todo.

¿Sabías que...?
Conducir en estado de embriaguez en Colombia puede conllevar multas de hasta $39 millones, suspensión de la licencia hasta por 25 años y penas de cárcel, dependiendo de la gravedad del hecho.

En las calles de Ibagué, el sonido de las sirenas se ha vuelto un eco doloroso de una realidad que se repite con demasiada frecuencia: personas que pierden la vida por culpa de conductores ebrios. Lejos de ser un simple descuido, conducir bajo los efectos del alcohol es una decisión consciente que pone en riesgo no solo la vida del conductor, sino la de peatones, pasajeros y otros actores viales. Es un acto de irresponsabilidad que debe dejar de verse como un "error humano" y empezar a ser tratado como lo que realmente es: un crimen evitable. La ciudad clama por conciencia, respeto y un cambio urgente en la cultura vial que hoy enluta a decenas de familias cada año.

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