padre policía
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Suministrada
16 Jun 2025 08:43 PM

Un policía tolimense ejemplifica la doble vocación de servir a la patria y a la familia

Tatty
Umaña G.
Patrullero Jhon Arbey Tique combina 17 años de servicio policial con la crianza ejemplar de sus tres hijos como padre soltero.

En el marco de la conmemoración del Día del Padre, la historia del Patrullero Jhon Arbey Tique Cuprita emerge como un testimonio inspirador de lo que significa ejercer una doble responsabilidad con igual dedicación y amor. Este uniformado del sur del Tolima ha logrado equilibrar durante más de 17 años su compromiso con la seguridad ciudadana y su rol como padre soltero de tres hijos.

La trayectoria de un servidor público comprometido

Originario del municipio de Dolores, en el departamento del Tolima, el Patrullero Tique ha dedicado casi dos décadas de su vida al servicio de la Policía Nacional. Su vocación de servicio se manifiesta diariamente en las calles del sur tolimense, donde su compromiso con la seguridad ciudadana y su amor profundo por la institución policial se traducen en acciones concretas para proteger a la comunidad.

La labor del uniformado trasciende las funciones básicas de patrullaje. Cada jornada laboral representa una oportunidad para atender las necesidades específicas de los ciudadanos, garantizar la convivencia pacífica y salvaguardar la integridad de quienes habitan en su zona de responsabilidad. Su desempeño profesional refleja los valores fundamentales que caracterizan al verdadero espíritu del policía colombiano.

El desafío de ser padre soltero y cabeza de hogar

La dimensión más admirable de la vida del Patrullero Tique se revela en su hogar, donde asume con total responsabilidad la crianza de sus tres hijos: Sebastián de 13 años, Santiago de 11 años y Samuel de 10 años. Como padre soltero y cabeza de hogar, ha demostrado que es posible cumplir simultáneamente con las exigencias profesionales y las responsabilidades familiares sin descuidar ninguna de ellas.

La rutina diaria de este policía ejemplar ilustra perfectamente el concepto de vocación integral. Después de completar sus labores de patrullaje y atender los requerimientos de seguridad ciudadana, regresa a casa para asumir su rol más importante: ser el pilar emocional, educativo y formativo de sus hijos.

La rutina de un superhéroe sin capa

El día típico del Patrullero Tique comienza con sus responsabilidades profesionales en las calles del sur tolimense. Sin importar el cansancio acumulado durante su jornada laboral, al llegar a casa retoma inmediatamente su función paterna con la misma energía y compromiso que dedica a su trabajo policial.

La supervisión de las tareas escolares, el cuidado del bienestar integral de sus hijos, la atención a sus inquietudes y sueños, y la provisión constante de amor y orientación constituyen las actividades que definen su rol como padre. Esta dedicación constante ha convertido al Patrullero Tique en un verdadero superhéroe para Sebastián, Santiago y Samuel, quienes encuentran en él tanto la figura paterna como materna que necesitan para su desarrollo.

El equilibrio entre deber profesional y amor familiar

La experiencia del Patrullero Tique demuestra que es posible mantener un equilibrio efectivo entre las demandas profesionales y las responsabilidades familiares. A pesar de las múltiples obligaciones y sacrificios inherentes a su profesión policial, nunca ha permitido que su hogar quede en segundo plano.

Su capacidad para desempeñar simultáneamente los roles de padre y madre, apoyo incondicional y guía firme, evidencia una fortaleza personal excepcional. Los tres niños representan su razón de ser, su motor motivacional y su mayor fuente de orgullo personal.

El reconocimiento institucional a la labor integral

La Policía Nacional en el departamento del Tolima ha identificado en la figura del Patrullero Jhon Arbey Tique un ejemplo paradigmático del servidor público integral. Su historia personal encarna el verdadero espíritu del policía colombiano: aquel que mantiene su compromiso con la comunidad sin descuidar sus responsabilidades familiares.

Este reconocimiento trasciende el ámbito personal para convertirse en un mensaje inspirador para todos los uniformados que enfrentan desafíos similares. La institución policial valora especialmente a aquellos miembros que, en medio de las adversidades, luchan con amor, responsabilidad y valor por sus seres queridos, su comunidad y su país.

 

Un mensaje de admiración y gratitud

La conmemoración del Día del Padre representa una oportunidad especial para reconocer públicamente la labor de quienes combinan el servicio a la patria con la dedicación familiar. El caso del Patrullero Tique ilustra perfectamente cómo es posible ser héroe en dos escenarios diferentes: en las calles protegiendo a la ciudadanía y en el hogar formando a las futuras generaciones.

Su ejemplo trasciende las fronteras del departamento del Tolima para convertirse en un referente nacional de lo que significa el compromiso integral con el servicio público y la responsabilidad familiar.

La importancia del reconocimiento social

Historias como la del Patrullero Jhon Arbey Tique merecen ser conocidas y valoradas por la sociedad colombiana. Estos testimonios demuestran que detrás del uniforme policial existe una dimensión humana profunda, caracterizada por el amor, el sacrificio y la dedicación incondicional.

El reconocimiento público de estos casos contribuye a fortalecer la imagen institucional de la Policía Nacional y a generar mayor confianza ciudadana en sus miembros. Cuando la comunidad conoce las historias personales de quienes la protegen, se fortalece el vínculo de respeto y colaboración mutua.

Un legado de valores y servicio

La trayectoria del Patrullero Tique representa más que una historia individual; constituye un legado de valores que trasciende su círculo familiar inmediato. Sus tres hijos están creciendo con el ejemplo diario de lo que significa el compromiso, la responsabilidad y el servicio desinteresado a los demás.

Este modelo formativo probablemente influirá en las decisiones futuras de Sebastián, Santiago y Samuel, quienes han aprendido desde temprana edad que es posible combinar el amor familiar con el servicio a la comunidad.

Héroes de uniforme y de corazón

La historia del Patrullero Jhon Arbey Tique Cuprita trasciende el marco de una simple celebración del Día del Padre para convertirse en un recordatorio permanente de los valores que deben caracterizar al servidor público colombiano. Su ejemplo demuestra que la verdadera grandeza se encuentra en la capacidad de cumplir simultáneamente con múltiples responsabilidades sin descuidar ninguna de ellas.

En un contexto social donde frecuentemente se cuestiona la labor policial, testimonios como este reafirman la importancia de reconocer y valorar a quienes dedican su vida al servicio de los demás. El Patrullero Tique representa a miles de uniformados que cada día salen de sus hogares con el firme propósito de construir un mejor futuro para sus familias y para el país.

Su historia es un recordatorio de que los verdaderos héroes no siempre llevan capa, pero sí llevan uniforme y, más importante aún, llevan en su corazón el amor por la familia y por la patria.

Fuente
Alerta Tolima