“Sentí que no salía vivo”: el relato del policía ibaguereño que sobrevivió al brutal ataque en Cajibío
Entre detonaciones, fuego cruzado y dolorosas pérdidas, narró cómo logró resistir dos explosiones que lo dejaron herido y que acabaron con la vida de su compañero David Fabián Rodríguez Navarro.
El inicio del terror
La madrugada en la subestación parecía rutinaria hasta que comenzaron las primeras detonaciones. Piña creyó en un inicio que se trataba de un hostigamiento menor, de los que han sido frecuentes en el Cauca, pero la realidad lo sacudió en cuestión de segundos.
“Me alcancé a colocar el chaleco antibalas, el casco y a tomar el fusil para salir hacia la garita. Allá fue donde recibimos el primer bombazo, que me mandó lejos. Quedé aturdido, pero me levanté y seguí”, recordó el patrullero, aún bajo los efectos del trauma.
La segunda explosión y la pérdida de un hermano de armas
Mientras intentaba reorganizarse, una segunda carga explosiva impactó de lleno en la estación. El uniformado salió disparado y cayó encima de su compañero, el patrullero David Fabián Rodríguez Navarro, quien lamentablemente no sobrevivió al ataque.
“Cuando abrí los ojos lo tenía debajo, pero ya no reaccionaba. Fue un momento muy duro porque en medio de la balacera entendí que lo había perdido”, relató Piña conmovido.
En esa misma onda expansiva también murió un perro que permanecía con los uniformados en la subestación, símbolo del desamparo que dejó el ataque.
Rescate en medio del fuego cruzado
A pesar de las heridas y del aturdimiento, Piña se mantuvo firme. Logró ingresar a otro compañero herido a una de las piezas de resguardo, pero mientras lo hacía fue alcanzado por esquirlas y un proyectil en el pie.
“El dolor era intenso, pero lo único que pensaba era en poner a salvo a mis compañeros”, contó. Otro policía lo cargó hasta una zona protegida donde permaneció junto a los demás lesionados mientras afuera continuaba la ofensiva armada.
La comunidad bajo el miedo
El ataque no solo dejó destruida la subestación, sino que sembró pánico entre los habitantes de El Carmelo y zonas cercanas. Varias familias huyeron de sus casas ante el estruendo de las explosiones y las ráfagas de fusil que se prolongaron por más de media hora.
Autoridades refuerzan la seguridad
Tras la arremetida, las autoridades enviaron refuerzos para proteger a los sobrevivientes y evitar nuevos ataques. Piña permanece bajo atención médica, recuperándose de las heridas en su pie y de los efectos de la onda explosiva.
Mientras tanto, el recuerdo de Rodríguez, su compañero caído, y el impacto de la violencia siguen marcando al patrullero ibaguereño, que hoy se aferra a la vida tras haber resistido dos explosiones que pudieron acabar con él.
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