Prototipo Palacio
Prototipo Palacio
Walter Plazas
12 Nov 2025 01:12 PM

Estudiantes de escuela rural de Vegalarga (Neiva) finalistas en concurso nacional de innovación

Paula Andrea
García Cerón
El prototipo climático automatizado monitorea el agua de su territorio.

Durante una década, la sede Palacio de la Institución Educativa San Antonio de Anacona, en el corregimiento de Vegalarga, fue símbolo del olvido. Sus paredes estaban deterioradas, los techos en mal estado y el entorno no ofrecía condiciones dignas para el aprendizaje; sin embargo, lo que parecía una historia de abandono se transformó en un ejemplo de esperanza y cooperación comunitaria.

Con el esfuerzo conjunto entre docentes, padres de familia y habitantes del corregimiento, la escuela fue reconstruida con recursos propios y donaciones, devolviéndole la vida a un espacio donde hoy 74 estudiantes vuelven a soñar con un futuro lleno de oportunidades.

“Heredamos una escuela con una infraestructura en mal estado, espacios que estaban cerrados por riesgos, en muy malas condiciones y que incluso iba a ser cerrada. Nosotros empezamos a gestionar con empresas privadas donaciones, recursos, materiales, y con la comunidad, con nuestras familias, con las juntas de acción comunal, empezamos a reunirnos para recuperar esta infraestructura”, indicó el docente Walter Plazas.

De esta manera, junto a la comunidad, emprendieron una labor que fue mucho más allá del mantenimiento físico. Con jornadas de limpieza, pintura y restauración, los pobladores lograron recuperar salones, adecuar mobiliario y crear espacios más agradables y funcionales para los niños y niñas.

Pero la transformación de la sede Palacio no se limitó a lo estructural. A partir de esta renovación surgió un proyecto educativo que ha puesto a la escuela en el radar nacional. Los estudiantes, acompañados por su docente, desarrollaron un prototipo de estación climatológica automatizada, un sistema innovador capaz de medir temperatura, precipitación y balance hídrico de la microcuenca local.

“Nosotros dejamos de lado las metodologías tradicionales y empezamos a buscar metodologías activas que estén acordes al contexto de nuestros estudiantes, que puedan de una u otra manera aportarle al territorio a ellos, a solucionar una pregunta. Cuando el niño sale de su casa y cruza una quebrada, ve un problema, él lleva esa pregunta a la escuela y tratamos de abordarlo”, agregó.

Este dispositivo recopila información en tiempo real y la transmite a una plataforma web, generando además alertas automáticas a través de Telegram, lo que permite a la comunidad conocer las variaciones del clima y tomar decisiones más acertadas sobre el uso del agua.

“Empezamos con un Kit Maker que fue prestado de la sede principal de la institución educativa,  de allí nace un centro de interés en robótica, y teniendo en cuenta la problemática, el contexto de nuestros estudiantes, los niños empezaron a realizar un prototipo que hace las veces de una estación climatológica, totalmente automatizada, electrónica, que genera alertas tempranas”, puntualizó.

Con esta propuesta, los estudiantes no solo fortalecieron sus competencias en ciencias naturales y tecnología, sino que también comprendieron la importancia de proteger los recursos hídricos que abastecen su territorio.

“Esos datos le permiten a los niños llevar esto a una ecuación matemática, junto a un monitoreo participativo comunitario, donde las familias, las juntas de acción, van a la quebrada, van a los drenajes,  van al río y hacen mediciones para saber qué cantidad de agua hay en estos drenajes”, agregó.

Los padres de familia, que antes veían con resignación el deterioro del plantel, hoy participan activamente en sus actividades. Las aulas, antes silenciosas, ahora se llenan de risas, experimentos y proyectos que fortalecen el sentido de pertenencia y la esperanza en la educación como motor de cambio.

Además, el enfoque ambiental adoptado por la institución ha despertado el interés de otras escuelas rurales del municipio, que buscan replicar esta experiencia de integración entre la comunidad y el aprendizaje científico. La sede Palacio se ha convertido así en un referente de resiliencia y creatividad.

“Estamos como finalistas nacionales de las Olimpiadas STEM del Ministerio de Educación Nacional. Se va a desarrollar del 26 al 28 de noviembre”, indicó el docentes Plazas.

En un rincón rural del Huila, donde por años reinó el abandono, hoy florece una comunidad educativa que combina saberes tradicionales con tecnología, y que ha hecho de la ciencia un camino para cuidar su entorno y construir un futuro mejor.

Fuente
Sistema Integrado de Información