Biodigestores transforman residuos en energía protegiendo Serranía de Peñas Blancas al sur del Huila
En el corazón del sur del Huila, en la Serranía de Peñas Blancas, familias campesinas dedicadas a la caficultura y la porcicultura están protagonizando una transformación silenciosa pero profunda en la manera de producir y convivir con la naturaleza.
A través de la implementación de biodigestores, una tecnología limpia impulsada por la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM), productores de los municipios de Palestina y Acevedo han encontrado una alternativa sostenible que reduce la tala de bosques, disminuye la contaminación de las fuentes hídricas y mejora de manera significativa la calidad de vida en el campo.
En esta área protegida, declarada Distrito Regional de Manejo Integrado, el manejo inadecuado de residuos provenientes del beneficio del café, las aguas residuales de las fincas y el estiércol de los cerdos representaba un riesgo constante para los ecosistemas.
Durante años, estos desechos terminaban en el suelo o en quebradas y ríos, afectando la calidad del agua y generando impactos ambientales negativos. Hoy, gracias a los biodigestores entregados por la CAM, esos residuos se convierten en biogás, una fuente de energía limpia que las familias utilizan en sus cocinas.
Julián Arturo Rodríguez, profesional de la CAM y líder del proceso de conservación en la Serranía de Peñas Blancas indicó que “tenemos tres proyectos de biodigestores, uno en Palestina y dos en Acevedo. Con estos sistemas estamos haciendo economía circular, transformando los residuos que se producen en las fincas en biogás que vuelve a ser aprovechado por las familias”.
El objetivo principal, según Rodríguez, era ofrecer una solución ambientalmente responsable a los productores, evitando que los residuos continuaran cayendo directamente a las fuentes hídricas o contaminando los suelos.
La caficultura, la ganadería y la porcicultura hacen parte de las actividades tradicionales del territorio, por lo que el reto consistía en encontrar alternativas que permitieran mantener estas prácticas sin generar afectaciones a los ecosistemas estratégicos de la serranía.
Cuatro años después de su implementación, los resultados han sido contundentes. Los proyectos piloto han demostrado que es posible producir de manera sostenible, mejorar las condiciones de vida de las familias rurales y, al mismo tiempo, conservar un área de alto valor ambiental.
“Desde el 2021 hasta el 2025, estos biodigestores han tenido una gran relevancia, no solo para el ecosistema, sino también para las familias que ahora cuentan con una fuente de energía limpia y constante”, afirmó el profesional de la CAM.
En la finca de Aristóbulo Alarcón, en el municipio de Acevedo, el impacto de esta tecnología es evidente. Productor de café desde hace más de 15 años, reconoce que antes las aguas mieles del beneficio del grano eran vertidas directamente a las fuentes hídricas.
“Gracias al biodigestor se ha mejorado el sistema y ahora no se está contaminando el medio ambiente. Estamos muy agradecidos con la CAM porque nos dieron la posibilidad de cambiar”, expresó.
Además de reducir la contaminación, los biodigestores han contribuido de manera directa a la conservación del bosque. Antes de su implementación, era común encontrar en las fincas grandes cantidades de leña e incluso troncos de roble negro, una especie forestal protegida en la Serranía de Peñas Blancas.
Con el uso del biogás, las familias ya no necesitan talar árboles para cocinar, lo que ha permitido que especies como el roble negro continúen creciendo libremente.
Esta combinación de tecnología, educación ambiental y trabajo comunitario se ha convertido en una apuesta sólida por la conservación de la Serranía de Peñas Blancas, demostrando que el desarrollo rural y la protección del medio ambiente pueden avanzar de la mano en el Huila.