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Abogado Iván Ramírez Suárez
20 Feb 2019 06:25 AM

La ‘Cosa Nuestra’

Alerta
Tolima

Por: Iván Ramírez Suárez / @jiramirezsuarez

A mediados del siglo XIX en Italia y a principios del siglo Veinte en Estados Unidos, se hizo notorio un fenómeno delincuencial cimentado en una dirección colegiada y heredada por integrantes de una misma familia, quienes infiltraron y cooptaron instituciones públicas para poder construir o acrecentar sus fortunas mediante el ejercicio de actividades ilícitas.

Surgida en Sicilia y Palermo (Italia), fue conocida inicialmente como la ‘Mafia Siciliana’, pero posteriormente adquirió notoriedad mundial bajo el rótulo de la ‘Cosa Nostra’, que en español traduce la Cosa Nuestra.

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El ejercicio de la actividad política en una gran parte de Estados del mundo, incluido Colombia, es ejercida por carteles y sectores políticos con prácticas muy similares a las empleadas por la ‘Cosa Nostra’, siendo la principal la cooptación que se ha hecho del Estado a nivel nacional, departamental y municipal, mediante el soborno, el clientelismo en todos sus niveles, la manipulación de la contratación estatal y la infiltración a los servicios de inteligencia, la Fuerza Pública, la Fiscalía General de la Nación y la Rama Jurisdiccional, entre otras.

Estudiosos del tema como Luis Jorge Garay y Salcedo - Albarán, hablan de un proceso que consta de diferentes estadios, “que van en su orden de complejidad y profundidad, desde la corrupción simple/básica, casuística/esporádica, a la corrupción sistémica, la captura y cooptación institucional y a la macro-corrupción. Con la salvedad de que, en una sociedad dada y en un momento determinado, suelen coexistir funcionalmente distintos estadios.” (La Corrupción en Colombia, editorial Planeta, 2018).

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Es muy común en Colombia este fenómeno de corrupción y criminalidad, el cual a raíz de la elección popular de alcaldes y gobernadores contribuyó a la creación de mafias territoriales, que incluso, compiten con sus pares nacionales.

En el Tolima, el tema ha sido tratado desde la academia por algunas universidades, Organizaciones No Gubernamentales y muy contados medios de comunicación, y constituye una palpable realidad que para nada se debe ocultar. Por eso se quedó corto el representante a la Cámara Ricardo Ferro en su columna semanal del diario EL NUEVO DÍA (enero 7 de 2019), al expresar que el proceso político - administrativo que vive nuestra ciudad es semejante en sus prácticas al de la mafia siciliana.

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Se quedó corto, porque desde los inicios del presente siglo, cuatro o cinco familias en un soterrado contubernio se han alternado el poder político departamental y municipal bajo falsas banderas ideológicas e incumplidas promesas, comprando y engañando al elector para usufructuarlo ilegalmente en beneficio de sus carteles políticos, dentro del que es parte importante, el cartel de la contratación.

La corrupción en Ibagué y el Tolima - como en otros territorios colombianos - se ha acrecentado porque la impunidad ha sido su combustible y la indiferencia ciudadana arropa socialmente al infractor, viéndolo más como un ejemplo de astucia, viveza e inteligencia (?) y hasta digno de imitar.

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Se quedó corto señor Ferro, la mafia no solo está en Ibagué, sino que hace años la ‘Cosa Nuestra’ reina en el Tolima.

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