La Corporación Ambiental del Tolima, Cortolima, a través de la resolución 1042 del 23 de julio de 2020, revocó la licencia ambiental del proyecto para generación de energía de la central hidroeléctrica Hidrototare con incidencia en los municipios de Anzoátegui y Venadillo, esto debido al impacto ambiental que tendría la hidroeléctrica en fuentes hídricas, flora y fauna de la región.
De acuerdo a lo anterior los alcances de la resolución que tumbo la licencia Ambiental presentada por la sociedad HIDROGENERADORA PIJAO S.A.S. son las siguientes:
1. Reponer en el sentido de revocar íntegramente la Resolución 3720 del 24 de octubre 2019 "Por la cual se resuelve una solicitud de Licencia Ambiental y se dictan otras disposiciones.".
2. Ordenar el archivo del trámite administrativo de solicitud de la Licencia Ambiental presentado por la sociedad HIDROGENERADORA PIJAO S.A.S. identificada con el NIT: 900.571.799-1, para el proyecto de generación de energía eléctrica denominado "HIDROTOTARE", localizado en jurisdicción de los municipios de Anzoátegui y Venadillo en el Departamento del Tolima, iniciado a través del Auto 1137 del 1 de febrero de 2017, de conformidad con las consideraciones expuestas en la parte motiva de este acto administrativo.
3. Ordenar la devolución de la totalidad de la documentación aportada dentro del trámite administrativo de solicitud de Licencia Ambiental, iniciado a través del Auto 1137 del 1 de febrero de 2017, que reposa en el expediente LAM-15194, de conformidad con las consideraciones expuestas en la parte motiva de este acto administrativo.
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Antecedentes
Katherine Arenas, vocera de las personas que se opusieron al proyecto de generación eléctrica más importante en el norte del departamento, afirmó que la construcción de la presa de Hidrototare, representaría un riesgo, no sólo en la cantidad de agua que dejaría de circular por el cauce del afluente, sino que además porque el proyecto se tenía planeado sobre un área que ha sido declarada en más de una ocasión de alto riesgo.
La mujer afirmó que el proyecto afectaría cerca de 7 kilómetros de recorrido del afluente, asegurando que a diferencia del proyecto de Hidroituango, este se ve como una estrategia a filo de agua, es decir, la captación del agua se realiza por medio de túneles captados en la roca, que defiende cerca de 480 metros y de allí recorren otro tres kilómetros hasta llegar a una casa de máquinas, donde su tránsito generará la energía eléctrica y de allí saldrá nuevamente para tomar su cauce aguas abajo del afluente que se constituye en una de las fuentes de agua más importantes para tres municipios del norte tolimense.
Arenas también señalo que se desconoció cuál iba ser el verdadero impacto ambiental del proyecto para las poblaciones que se surten de agua de esta corriente natural y que permite muchas de las labores agrícolas que se mueven en esta parte del departamento del Tolima y que mantuvo la preocupación de los campesinos, quienes expresaron en diversas ocasiones su preocupación por la implementación de este proyecto.
También afirmó que no se conoció a detalle cómo sería la implementación del proyecto en el norte del territorio tolimense.
Es de recordar que en una primera ocasión la audiencia de socialización solicitada por la propia comunidad sobre este proyecto, se vio postergada por varios desórdenes de orden público en el recinto que se estableció para este efecto en la primera ocasión, a finales de 2018.