Las autoridades realizan controles e incitaciones con el fin de evitar el uso de este material
El caso más reciente se presentó en el municipio de Dosquebradas donde un hombre de 27 años cuya labor es domiciliario, resultó impactado por la manipulación de pólvora de personas que estaban en la calle al momento de este pasar por ese sitio.
RCN Radio
10 Dic 2025 05:15 PM

A nueve aumentan los quemados en el Tolima: dos menores entre los casos recientes

Laura Daniela
Reyes Martínez
En el Tolima, diciembre sigue encendiendo luces… pero también quemaduras que cada año se repiten como un ritual no deseado.

Las autoridades de salud del Tolima encendieron nuevamente las alarmas ante el incremento de personas lesionadas por pólvora en plena temporada decembrina. Aunque cada año se intensifican las campañas pedagógicas y se repite el llamado a la prevención, el departamento ya suma nueve casos en los primeros días del mes, un balance que preocupa tanto por su tendencia como por la participación de menores de edad entre los afectados.

Según los reportes oficiales de la Gobernación del Tolima y el Hospital Federico Lleras Acosta, uno de los lesionados proviene de Herveo, otro de Fresno y siete casos se concentran en Ibagué, la capital, que históricamente ha registrado los mayores incidentes durante esta época. Aunque la cifra aún no supera otros años críticos, el patrón de riesgo sigue siendo el mismo: manipulación directa de artefactos explosivos y acceso libre a elementos pirotécnicos.

La alerta se intensificó durante la más reciente visita de las autoridades al Hospital Federico Lleras, donde se analizó la situación actual. Allí, la secretaria de Salud del Tolima, Katherine Rengifo, expresó su profunda preocupación por los dos casos que involucran a menores de 13 y 12 años, quienes habrían resultado lesionados manipulando pólvora de manera directa. “Estas son situaciones que nos duelen. Cuando la pólvora llega a las manos de nuestros niños, las consecuencias pueden ser irreparables”, declaró.

El panorama no solo revela una problemática sanitaria, sino también una falla social persistente: la permisividad y la normalización de la pólvora dentro de los entornos familiares. Muchos de los accidentes ocurren en espacios domésticos, donde los menores acceden sin supervisión a artefactos pirotécnicos o participan en actividades que, aunque tradicionales, conllevan un alto riesgo. En este contexto, las autoridades recalcan que las quemaduras no son “accidentes” inevitables, sino consecuencias prevenibles.

Precisamente por la participación de adolescentes en los casos recientes, la Secretaría de Salud recordó que la vigilancia se realiza de manera articulada con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entidad encargada de verificar las responsabilidades de los cuidadores y activar rutas de protección. Esta coordinación se ha vuelto crucial en temporadas como diciembre, cuando las emergencias por pólvora pueden escalar en cuestión de horas.

En paralelo, el equipo directivo del Hospital Federico Lleras Acosta, principal centro asistencial del departamento, reiteró que cuentan con personal y equipos para atender emergencias, pero insistieron en que la mejor atención es la que nunca tiene que prestarse. “Estamos preparados para atender emergencias, pero insistimos en un mensaje claro a toda la comunidad: cero pólvora. Que en esta Navidad no tengamos que lamentar un solo caso más. La vida y la integridad de nuestros niños no pueden correr riesgos”, enfatizó el subgerente científico, Diego Padilla.

El llamado no es menor: las lesiones por pólvora pueden dejar secuelas físicas permanentes, afectar la movilidad de manos y extremidades, comprometer la visión e incluso poner en riesgo la vida. Cada año, médicos y especialistas repiten la misma advertencia: una chispa basta para cambiar una vida entera.

En un esfuerzo por desacelerar la tendencia, las autoridades invitan a las familias tolenses a conservar sus tradiciones sin recurrir a elementos pirotécnicos. “Ilumina la vida. Más tradición, menos pólvora”, es el mensaje principal que acompaña la campaña actual. Un lema que busca recordar que la celebración no está en el estallido de un volador, sino en disfrutar la temporada sin tragedias que lamentar.

El reto permanece abierto: lograr que diciembre sea un mes de luces, pero no de quemaduras. En las manos —literalmente— de cada familia está evitar que el departamento siga sumando víctimas a una estadística que, año tras año, se ha negado a apagarse.

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Fuente
Alerta Tolima