Perrita Pastor Alemán
Alejandra Guzmán, propietaria del animal, denunció el caso en Alerta Tolima
Una profunda tristeza y un fuerte sentimiento de indignación embargan a una familia ibaguereña tras la inesperada muerte de su perrita Noah, una cachorra de raza pastor alemán de apenas 8 meses de edad, que fue ingresada de urgencia a una clínica veterinaria de la ciudad y falleció menos de 24 horas después en circunstancias que su dueña considera extrañas y derivadas de presunta negligencia médica.
Los hechos ocurrieron el 1 de agosto en horas de la noche, cuando Alejandra Guzmán, propietaria del animal, acudió a la Central de Urgencias Veterinarias de Cádiz luego de notar un sangrado nasal abundante en la mascota. De manera inmediata, Noah fue hospitalizada con la promesa de que recibiría la atención necesaria para estabilizarla.
“La dejé hospitalizada confiando en que iban a hacer todo lo posible por salvarla. Pero al día siguiente noté que no había avances. Más que una preocupación médica, lo que vi fue un afán por retenerla allí y generar más cobros”, afirmó Guzmán.
Según el testimonio, al consultar al día siguiente sobre el estado de salud de Noah, se le indicó que la situación era delicada y que debía permanecer varios días en observación. Sin embargo, no se reportó ninguna acción efectiva para detener el sangrado, lo que encendió las alarmas de la familia.
En su preocupación, Alejandra buscó asesoría en otras clínicas veterinarias, donde le informaron que en casos como el de Noah, es prioritario intervenir rápidamente para controlar la hemorragia, pues un sangrado nasal prolongado puede comprometer órganos vitales.
“Lo mínimo era intentar controlar el sangrado, y no lo hicieron. Estaban dilatando todo para prolongar la hospitalización sin ningún tratamiento eficaz. Por eso decidí trasladarla a otro lugar, pero no me dieron tiempo”, lamentó.
Cuando la propietaria comunicó su decisión de llevar a Noah a otro centro médico, recibió una respuesta desgarradora: su mascota había fallecido minutos antes, supuestamente tras un intento de reanimación. El hecho dejó más preguntas que respuestas.
A la indignación por la pérdida se sumó el reclamo por la manera en la que fue entregado el cuerpo de Noah: aún con las mangueras de canalización puestas, envuelta en cobijas deterioradas y con visibles rastros de sangre.
“Ni siquiera tuvieron el respeto de limpiarla. La trataron como si fuera un objeto. Fue muy doloroso recibirla así. Era parte de nuestra familia”, aseguró entre lágrimas.
La familia ahora pide que se investigue lo ocurrido y que las autoridades de control, como la Secretaría de Salud y el Colegio Colombiano de Médicos Veterinarios, ejerzan mayor vigilancia sobre las prácticas en clínicas veterinarias privadas, en especial en casos de emergencia.
“Mi perrita ya no regresa, pero no quiero que otra familia viva este dolor. Hay sitios donde están jugando con la vida de los animales y con el sufrimiento de las personas, solo por interés económico”, denunció la propietaria.
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Fuente
alerta tolima
