A 40 años de la tragedia de Armero, veteranos del Ejército recuerdan su misión de salvar vidas
A 40 años de la tragedia de Armero, veteranos del Ejército recuerdan su misión de salvar vidas
Suministrada
14 Nov 2025 09:53 AM

A 40 años de la tragedia de Armero, veteranos del Ejército recuerdan su misión de salvar vidas

Iván Santiago
Rojas
Dos sargentos del Ejército recuerdan los momentos en que arriesgaron sus vidas para rescatar a las víctimas de Armero en 1985.

Los veteranos que reviven la historia desde el servicio y el dolor

Han pasado cuatro décadas desde la tragedia de Armero, pero los recuerdos de quienes participaron en las labores de rescate siguen tan vivos como el primer día. Los sargentos primeros de la reserva activa, Ramiro Antonio Campo y Luis Noé Ayala, rememoran desde el Tolima los momentos de angustia, desesperación y servicio que marcaron su vida y la de miles de colombianos.

La noche del 13 de noviembre de 1985 quedó grabada en la memoria nacional como una fecha de dolor y aprendizaje. Para estos veteranos, su misión fue rescatar a los habitantes que más pudieran y ponerlos a salvo, en medio del caos y la devastación que dejó la erupción del volcán Nevado del Ruiz.

La tragedia sorprendió a los militares listos para otra misión

El sargento primero de la reserva Ramiro Antonio Campo, orgánico en ese entonces del Batallón de Infantería N.º 16 Patriotas y comandante de pelotón, recordó el momento en que su vida cambió repentinamente por la emergencia. “Estuve en el Batallón en el año de la avalancha, en el 85, y el comandante era nuestro coronel Sierra. Ese día estábamos listos para ir a una misión en Trujillo, Valle, por asuntos de orden público; debíamos salir el 13 de noviembre por la noche y ya estábamos listos para arrancar cuando sucedió la avalancha de Armero”, relató.

El militar contó que el cambio de órdenes fue inmediato: debían desplazarse al norte del Tolima para prestar apoyo a las víctimas. “Ahí mismo nos cambiaron la orden; debíamos ir a auxiliar a las personas de Armero. Fue horrible esa imagen del pueblo. Debíamos salvar niños, salvar a quien lo necesitara, y salían totalmente enlodados. Fue muy espantoso y horroroso lo que sucedió en esa época”, recordó con emoción.

Los primeros días estuvieron marcados por el caos y la desolación

Por su parte, el sargento primero de la reserva Luis Noé Ayala, orgánico del Batallón de Mantenimiento N.º 1, llegó a apoyar al Batallón Patriotas con abastecimiento y ayudas humanitarias. Su relato describe la magnitud del desastre y la tristeza que embargó al país.

“Llegamos como a la medianoche y nos acantonamos en Mariquita. Allí estuvimos y pasamos a las bodegas del tren a ayudar a organizar, a recibir el material que llegaba en apoyo para la emergencia. Allí duramos una semana organizando todo para poder prestar los apoyos. Luego fuimos al sitio del desastre, pero ya no había sino soledad y tristeza”, contó.

El militar recordó que el silencio en el lugar era abrumador: “No había ninguna persona, solo los animales domésticos y las casas vacías.” Tras su regreso a Mariquita, continuaron apoyando con medicina, ropa y alimentos a las poblaciones más afectadas.

El heroísmo anónimo de quienes salvaron vidas entre el lodo

Las imágenes que aún viven en la memoria de estos hombres dan cuenta del sacrificio y el valor de quienes enfrentaron una tragedia sin precedentes. Los testimonios de Campo y Ayala reflejan no solo la desolación del momento, sino también la determinación de los soldados por cumplir su deber en condiciones extremas.

En medio del dolor, su prioridad fue salvar vidas. La labor de rescate se extendió durante semanas, entre la falta de recursos, el riesgo constante y la magnitud del desastre. El compromiso con la población civil fue su guía, incluso cuando el panorama parecía completamente adverso.

La memoria y el servicio siguen vivos 40 años después

Cuarenta años más tarde, los veteranos destacan la importancia de mantener viva la memoria y aprender de los errores del pasado. “Necesitamos seguir trabajando y fortaleciéndonos como sociedad para evitar que más tragedias como la de Armero se repitan”, reflexionan quienes fueron testigos directos del dolor y la esperanza.

Desde la Sexta Brigada se exaltó la labor de estos dos sargentos, quienes fueron condecorados por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo por su destacada participación en las labores de rescate. El reconocimiento simboliza la gratitud del país hacia los hombres y mujeres que, con entrega y disciplina, enfrentaron el horror de la tragedia para salvar vidas.

Un legado de servicio y compromiso con los colombianos

Los veteranos Ramiro Campo y Luis Ayala representan el espíritu de servicio de quienes, desde el uniforme, asumieron la misión de proteger a su pueblo sin medir consecuencias. Su historia es un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, la solidaridad y el compromiso pueden marcar la diferencia.

Desde entonces, el Ejército Nacional ha mantenido su presencia activa en el norte del Tolima, preparado para brindar apoyo en cualquier eventualidad. A través de su ejemplo, estos hombres reafirman el legado de servir sin límites a los colombianos, manteniendo vivo el recuerdo de Armero como un llamado permanente a la prevención, la unidad y la esperanza.

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Fuente
Alerta Tolima