Muchas mujeres heterosexuales y solteras, quizás se hayan preguntado recurrentemente por qué tendrán tantos fracasos en el amor, y tal vez no es culpa de las mujeres, puede deberse al ‘Síndrome de Pene Dorado’
El término ‘Síndrome del Pene Dorado’, al parecer fue acuñado entre los estudiantes del Sarah Lawrence College, lugar en donde hay muchas más mujeres que hombres (75% mujeres y 25% de hombres), lo que sugiere que puede presentarse este síndrome en ambientes donde el numero de mujeres heterosexuales supera el numero de hombres heterosexuales.
Quienes padecen de este síndrome desarrollan egos inflados. Al no tener mayor competencia en términos de citas, el hombre recibe bastante atención, lo que genera que aumente su ego.
Siendo así, el hombre con ‘Síndrome de Pene Dorado’ tendrá su autoestima por las nubes, creyendo que es todo un trofeo para las mujeres, pensando, además, que el interés que despierta en las chicas es producto de su ‘sexapil' y se convierte en todo un ‘Don Juan’ con malos hábitos como engañar a sus parejas o hacer ‘ghosting’.
¿En qué afecta esto a las mujeres?
Aunque algunas mujeres estén de acuerdo con llevar una relación abierta o poliamorosa, aquellas que estén buscando una relación monógama se verán afectadas por este ‘Síndrome del Pene Dorado’.
Por un lado, es probable que el hombre desarrolle escasas habilidades sociales y sexuales, ya que por la poca competencia varonil siente que no necesita mejorar en ninguno de estos aspectos.
El ‘ghosting’, practica en la que la otra persona desaparece de tu vida de manera inesperada y sin razón aparente, es otra forma de salir afectada al involucrarse con un hombre con este síndrome.
Cómo a veces resulta inevitable estar en ambientes donde sean pocos los hombres solteros, como mujer es mejor dejar de lado el pensamiento de qué se puede hacer para atraer un hombre, y centrarse en qué hace el hombre para atraer a su chica.
No olvidar el valor propio y poner siempre límites y acuerdos a las relaciones interpersonales; a demás, no afanarse por conseguir pareja, porque como dicen por ahí, a veces es mejor estar sola que mal acompañada.