
En una grúa fue trasladado el cuerpo de menor de 12 años asesinado en un hecho sicarial en Neiva
En una desgarradora escena que conmovió a toda la ciudad de Neiva, el cuerpo de Juan Esteban Valderrama, el menor de apenas 12 años que fue asesinado en un ataque sicarial, fue trasladado al Cementerio Central sobre una grúa, acompañado por una multitudinaria caravana.
Globos blancos, lágrimas y oraciones llenaron las calles del norte de la ciudad mientras decenas de motociclistas y vehículos escoltaban el féretro del pequeño, quien se convirtió en símbolo de la tragedia que deja la violencia urbana.
El crimen ocurrió en el sector del Alto Mirador, una zona popular del norte de Neiva el fin de semana. Según la Policía Metropolitana, Juan Esteban se desplazaba en una motocicleta junto a su mamá, Maryuri García, cuando fueron sorprendidos por hombres armados que, sin mediar palabra, abrieron fuego contra ellos a la altura de la gruta de la Virgen.
El menor recibió cinco impactos de bala que comprometieron gravemente su vida; aunque fue trasladado de inmediato al centro de salud CAIMI de la ESE Carmen Emilia Ospina, llegó sin signos vitales. Su madre también resultó herida con dos disparos, pero logró sobrevivir y fue atendida con atención médica especializada.
La noticia del crimen sacudió no solo a la comunidad del Alto Mirador, sino a todo el departamento del Huila. En redes sociales se multiplicaron los mensajes de solidaridad, indignación y dolor. Las autoridades locales, incluida la Alcaldía de Neiva y la Gobernación del Huila, lamentaron profundamente lo ocurrido, expresaron sus condolencias a la familia y reiteraron su compromiso con la investigación de este hecho que ha generado repudio generalizado.
"Es un crimen atroz que nos duele a todos. No podemos permitir que nuestros niños sean víctimas de estos hechos violentos que no han elegido. La justicia debe actuar con contundencia", señaló uno de los voceros de la Alcaldía.
Mientras tanto, la Policía Metropolitana de Neiva intensificó los operativos en la zona y aseguró que ya se adelantan labores de inteligencia para dar con el paradero de los responsables. Aunque aún no se ha confirmado el móvil del crimen, se manejan hipótesis diferentes hipótesis.
Durante el sepelio, familiares, amigos, vecinos y ciudadanos en general acompañaron a la familia de Juan Esteban en una sentida manifestación de duelo. La caravana fúnebre recorrió varias calles desde el norte de la ciudad antes de llegar al Cementerio Central, donde el cuerpo del menor fue sepultado en medio de cantos, aplausos y sollozos.
“Juan Esteban era un niño alegre, soñador, con ganas de vivir. Amaba jugar y estar con su familia. Su partida deja un vacío imposible de llenar”, comentó unas de las asistentes.
Este crimen ha reavivado el debate sobre la seguridad en Neiva, especialmente en sectores vulnerables donde la presencia de la delincuencia ha incrementado los niveles de riesgo para los ciudadanos. Organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos han pedido mayor presencia institucional en estos territorios y medidas urgentes para prevenir hechos similares.
Juan Esteban Valderrama no debió morir así. Su historia ahora se suma a las miles de voces que claman justicia en un país donde los niños siguen siendo víctimas del conflicto y la criminalidad. Su recuerdo permanecerá como una llamada de atención para que ningún menor vuelva a ser blanco de la violencia.
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