
Le correspondió al Deportes Tolima enfrentar a la peor versión futbolística de La Equidad, e hizo lo que tenía que hacer: ganarle. Lo demás son añadiduras.
Que el partido fue muy flojo, poco dinámico, maluco, en otras palabras, sí. Y con esto no se le baja el perfil a la victoria de los pijaos; es que debería ser así. De lo contrario, era otro papelón y se alimentarían las dudas y el distanciamiento con los hinchas. Pero ganó.
Como indicamos, un rival pobrísimo; y si le expulsan un jugador, más debilitado quedó, y así se vio. Salvo un remate en el palo de Chaverra —descuido de los defensores tolimenses y mérito del jugador asegurador—, poco más mostró.
Que en los primeros minutos se arrimaron, cierto, pero tomaron pésimas decisiones en el área.
El primer tanto pijao fue una aparición sigilosa, rápida y contundente de Jersson González a los 25 minutos de la primera parte. En el complemento, otro remate de este jugador, a la hora de juego, le dio la victoria al Tolima.
Pudimos mirar, por diversas razones, varias situaciones: Cristiam Trujillo como defensor central —ni lo atacaron, sin comentario—; ingresó el joven Yoimar Moreno, que va teniendo minutos; “Tatay” Torres y Cristiam Arrieta terminaron haciendo una dupla de contención. El sistema, por momentos, fue 4-4-2, con Parra y Lencina en ataque; por cierto, los dos sin marcar, aunque el argentino estuvo más cerca.
Vuelta a la página: se vienen rivales que probarán la capacidad del Tolima. Pero, por ahora, a seguir cumpliendo con los deberes, como ganarles a estos equipos que oponen muy poca resistencia.
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