El recordado ciclista sobresaliente en los años 80’s dejó un legado con sus hazañas, las cuales resalta su familia, quienes cuentan que desde muy joven se inclinó por el ciclismo mostrando gran fascinación por le ‘caballito de acero’, aquel que le permitió alcanzar grande sueños.
El pasado fin de semana a los 63 años, Fabio Quimbaya dijo adiós a sus seres queridos tras padecer un cáncer que cobró su vida. Hoy su familia y quienes lo vieron correr, se conforman con recordar cada competencia que ahora les permite observar, los trofeos que demuestran su tiempo de gloria deportiva y las veces que estuvo en el podio portando orgullosamente los colores del Huila.
Leer también: Así finalizó la fecha 3 de la eLiga
Lugares representativos del departamento como Los Altares, Pericongo, entre otros, cercanos al municipio de Garzón, fueron testigos del inicio de Quimbaya y del futuro prometedor que luego daría fruto en competencias como la Vuelta de la Juventud, distintas clásicas nacionales e internacionales y Vuelta Colombia vinculado a la Liga Huilense de Ciclismo.
A pesar de sus quebrantos de salud jamás se desvinculó del deporte, siempre buscó la manera de trabajar con el gremio ciclístico por medio del arreglo y comercialización de ‘caballitos de acero’, aquellos que por varios años fueron sus coequiperos y aliados por las carreteras del país.
Le puede interesar: Gavy Santos compartió su rutina de brazos en medio del confinamiento
A parte de su familia, muchos lo recuerdan por sus grandes habilidades, calidad humana, compromiso, disciplina y perseverancia, cualidades que lo llevaron a competir de la mano de Alberto Ramírez, Óscar Iván Carvajal, entre otros que hacían parte de la élite del ciclismo en dicha época.
Hoy sus hijos lo recuerdan como uno de los grandes del deporte que conquistó las montañas del sur del departamento del Huila.