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Jhon Ferley Amaya - imagen suministrada
9 Jun 2017 09:54 AM

Un gobierno lleno de mentiras

Alerta
Tolima

Las mentiras del gobierno Santos han sido el pan de cada día durante sus dos periodos como primer mandatario de los colombianos. De la memoria colectiva es difícil no recordar las promesas rotas o falsos discursos como las de no subir los impuestos, de seguir adelante con la bandera de la seguridad democrática, de desconocer un paro nacional agrario, de querer privatizar la educación superior, de prometerles a los ibaguereños los escenarios de “los mejores juegos nacionales de la historia”, entre otras tantas.

Sin embargo, no ha habido mayor proliferación de falacias desde que comenzó proceso de paz con las FARC; de allí en adelante, pululan sus mentiras, con las cuales hizo una campaña bastante cuestionada para poder obtener el respaldo de las mayorías democráticas de los colombianos, con las que ganó su segundo mandato, y con las que casi gana el plebiscito del 2 de octubre.

Esta semana se paseó por todos los titulares de prensa a nivel nacional, la noticia que 1.200 guerrilleros incorporarán las filas de la UNP (Unidad Nacional de Protección) con asignaciones mensuales superiores a un millón ochocientos mil pesos, como lo confirman los Decretos Presidenciales 301 y 302 de 2017. Lo que significa que cerca del 18% del total de los 6.900 guerrilleros que se encuentran concentrados en las ZVTN (Zonas Veredales Transitorias de Normalización) volverán a las armas, pero ahora, ya no lo harán surcando los caminos de la ilegalidad, sino por el contrario, recibirán el beneplácito del gobierno para el uso de las armas del Estado.

¿Pero esta noticia, qué relación tiene con las tantas mentiras del Nobel de Paz Colombiano? Sí lo recuerdan muy bien, fue el mismo Juan Manuel Santos, quien negó lo que hoy vemos como una realidad, con las siguientes palabras en un encuentro nacional de diputados en mayo del 2016: “es mentira, es absolutamente falso que les vayamos a dar un sueldo a los guerrilleros de un millón 800 mil pesos. Por supuesto todos los colombianos que ganan menos, dijeron: ‘uy, ¿y nosotros qué?, ser bandidos entonces paga’. Mentira. Esas son mentiras que han venido sembrando”.

Hoy, luego que el paso del tiempo nos muestra quien en realidad nos mintió, podemos agregarle una más, a la larga lista de engaños usados por Santos.

Tenemos entonces, a un Mitómano como jefe de Estado, que ha manejado las riendas del país, a través de mentiras y engaños, y por otro lado, a un pueblo que acepta su pragmatismo fundamentado en la artimaña; pareciera que buena parte de los colombianos, hubieran renunciado a su capacidad de indignación, a que los hubieran acostumbrado al “todo vale por la paz”, a aceptar el engaño como mecanismo para imponer los intereses de la agenda de las FARC; ya no les sorprende haber sido timados de la manera más burda y descarada, cuando se pregonaba en campaña del plebiscito que era falso lo que hoy vemos como un hecho real, guerrilleros recibiendo un millón ochocientos mil pesos como sueldo.

Pero no toda Colombia ha renunciado a indignarse, y por eso desde ya se escuchan voces de protesta, que invitan a la manifestación en las calles, a despertar del sueño de sumisión con el que este gobierno ha acostumbrado a buena parte del país, voces que se cansaron de mentiras y engaños, voces que sueñan con una Colombia Distinta.

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