El Cañón del Combeima en los últimos 15 años ha tomado un insospechado valor turístico para la ciudad, por cuenta de la imponencia de sus paisajes, el oxígeno que se respira y el estupendo clima. Por el Cañón desciende el río Combeima surtido por 17 quebradas que son sus afluentes y las que ayudan a su caudal y por supuesto al abastecimiento del agua para la ciudad de Ibagué, como quien dice es nuestro tesoro más preciado.
En el 2015 el diario El Espectador en su edición del 1 de junio, hizo mención a un convenio firmado entre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Gobernación del Tolima, la Alcaldía de Ibagué y Cortolima por $10.400. Millones de pesos, para ejecutarse en cinco años y propiciar la reconversión productiva, mitigación del riesgo con la implementación del sistema de alarmas tempranas, sensibilización de la zona y contratación de profesionales que permanecerán en la zona. Han transcurrido dos años de la firma del convenio, interesante saber cómo se avanza en el propósito de: conservar el recurso hídrico, apartar de los terrenos altos a los cultivadores que causan deforestación y la sensibilización del riesgo.
En ese mismo año se hablaba de la reubicación de 176 familias de los centros poblados del Cañón del Combeima, las cuales debían ser reubicadas por estar en zona de riesgo. ¿Se hizo finalmente?
La historia registra que en los años 1959, 1987 y 2006 se presentaron por cuenta de desbordamientos, crecientes torrenciales de grandes magnitudes en el río Combeima eventos catastróficos con víctimas mortales, damnificados y gran afectación ambiental.
Es una lástima que la proliferación de comederos sin la estricta y debida regulación de la Secretaria de Salud de Ibagué y el serio apoyo del SENA, lo hayan vuelto tan atractivo para propios y visitantes, convirtiéndose en el almorzadero preferido del fin de semana, y por ello recibe miles de visitantes que de alguna manera están impactando negativamente su ecosistema.
En tiempos actuales con el fenómeno del cambio climático, cualquier pronóstico de sequía o de lluvias no logra acertar, porque estamos en los extremos de mucho o nada. En el 2010 se leían titulares en prensa del peligro de sequía del río Combeima y del inminente riesgo de que la ciudad se quedara sin el preciado líquido. Transcurridos siete años nos encontramos frente a un agresivo invierno que altera y modifica los niveles de turbiedad del mismo y entonces padecemos los permanentes cortes de agua, por cuenta de esa situación.
En Colombia por desgracia la PREVENCION no está cimentada, ni es la cultura en los organismos estatales, por eso las tragedias de situaciones, fenómenos y/o acontecimientos naturales, que en muchas ocasiones han sido anunciadas, reclamaron y demandaron atención y habían podido evitarse, terminaron dejando al país sumido en la tristeza y la desolación, como estamos hoy, frente a lo ocurrido en Mocoa-Putumayo. Amén de lo que sucedió en Armero. En estos casos, bien podrían todos sobrevivientes demandar al Estado, por omisión al conocer que sus poblaciones eran vulnerables y estaban en riesgo de afrontar una tragedia.
La prevención no es alarmismo, ni pesimismo, y de alguna manera le doy la razón a la Secretaría del GEPD Guiomar Troncoso cuando dijo que no es época para el Turismo por el Cañón. Si señora, se corren riesgos en el sector porque acá se debe acatar y entender las recomendaciones de la Facultad de Ingeniería Forestal de la Universidad del Tolima –una de las más afamadas en el país- cuando dice que “el Cañón del Combeima es un sector de alta vulnerabilidad por su formación geológica y topográfica y zonas de altas pendientes”. A ello se suma el mal estado de la vía en algunos tramos de su recorrido.
Como están las cosas, Cortolima acompañado de la Gobernación y la Alcaldía, no pueden despegarle los ojos al Cañón del Combeima, porque este exótico lugar le conviene por beneficio ambiental mantener regulada su actividad turística, al POT definir el uso del suelo, fomentar la prevención en todo sentido, como una garantía para las generaciones venideras.
Punto Final.- ¿Qué Ricardo Ferro no asistió a la marcha que convocó el centro-cristiano democrático? Interesante conocer sus razones.