1 Jul 2017 07:35 AM

Poca asistencia y falta de civismo empañó noche de fantasía en el estadio Murillo Toro

Alerta
Tolima

En lo cultural, colorido, artístico y deslumbrante, tal vez la Noche de Fantasía de este viernes en el Estadio Murillo Toro tenga una calificación alta, entre 8 y 10 puntos.

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Pero en la participación ciudadana, tanto por la regular asistencia como por un caso de insolidaridad que se presentó, perdimos el examen.

Primero, destacar que el acto comenzó temprano, a las 7 de la noche. Las delegaciones folclóricas, comparsas y reinas se lucieron en un bonito despliegue por todo lo largo y ancho de la cancha del 'Coloso de la 37'.

 

El show del Checo Acosta estuvo impecable, con todos sus éxitos y emotivos momentos al realizar homenajes musicales a su padre Alci Acosta, al Grupo Niche y al desaparecido Joe Arroyo.

La tradicional 'quema de pólvora' que ahora es una controlada secuencia de juegos artificiales, estuvo a la altura. Una de las más largas y coloridas que se han visto, aunque hay que decir que algunos extrañaron los castillos del pasado.

Sin embargo, el evento tuvo dos lunares. El primero, la pobre asistencia para un evento de esa en envergadura.

Aunque no se entregó un informe oficial de asistencia, se calcula que solo asistieron 7 mil personas al Estadio.

Fueron evidentes los grandes vacíos de público en un escenario cuyo aforo ronda los 25 mil espectadores.

Tal vez el costo de la boleta y falta de una mayor difusión pasaron factura.

Observamos al final del evento, al salir del escenario, que unas 1.500 personas prefirieron ver el espectáculo pirotécnico desde afuera del Estadio, ubicándose en vehículos por la carreta Cuarta o sentados en las zonas verdes adyacentes al parque del barrio Departamental y otros puntos colindantes a Los Mártires, algo que habrá que revisar.

Porque una fiesta popular sin público no es fiesta.

Adicionalmente, no se puede dejar de registrar un hecho que fue grotesco e incómodo.

Por lo menos 200 personas que llegaron a última hora a la tribuna de Occidental hicieron retrasar el inicio de la quema de pólvora porque no respetaron una zona de aislamiento que por seguridad se demarcó con una cinta amarilla de "Peligro".

Era la franja de sillas rojas cercana a la gramilla. Ese grupo de personas no hizo caso del protocolo y ocupó las sillas que se prohibieron.

Aunque intervino la Policía no se quisieron quitar de allí en las primeras de cambio.

Tuvieron que venir largos minutos de reconvención del animador oficial del evento, las 'manoteadas' y bravuras del jefe de seguridad Robert Bernoske y los pitos de los demás espectadores, con el coro de "¡fuera, fuera, fuera!", para que por fin se pararan y se fueran a otra parte. Fueron instantes de pena y bochorno.

Algunos de ellos, en su defensa, aleganan que estaban pagando una boleta 'costosa' de 16.500 pesos, y que había ciertos abuelitos y personas en sillas de ruedas que merecían prioridad. Al final tuvieron que evacuar la zona.

El espectáculo terminó a las 11:15 de la noche con la esperanza de que los años venideros sean mejores y que los eventos que sigan este fin de semana, como el desfile en traje de baño y la Cabalgata Infantil con Caballitos de Palo de hoy, así como el Desfile y la Coronación del domingo sean mucho mejores, especialmente en el respeto y civismo de la gente.

 

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