10 Ene 2021 10:20 AM

Una realidad fatal

Columnista
Invitado
El Gobernador Ricardo Orozco hace una reflexión sobre la situación que se ha desprendido luego del avance del Covid-19.

Durante todo el año pasado y éste, fuimos víctimas de los impresionantes cambios que nos trajo la pandemia, en lo público ya lo he mencionado, tuvimos que dar un cambio total al gobierno, donde sufrimos la afectación de las finanzas en más de un 60%, en nuestras vidas familiares nos distanciamos de nuestros seres queridos, los niños y jóvenes dejaron de ir a las escuelas y universidades, tal vez perdiéndose la mejor época de la vida de cualquier ser humano, vimos la economía derrumbarse como consecuencia el desempleo aumentar, han sido tantas y tantas cosas.

En mi caso, he sufrido la afectación de contagio de muchos compañeros, familiares, amigos y la tragedia de saber y ver a otros intubados, y en el peor de los casos: Fallecidos. Esa profunda tristeza y dolor que vivo como gobernante y ser humano permanentemente, la he sufrido y me ha impulsado para dedicarme a mejorar el servicio de salud en nuestro departamento, esfuerzo que hemos hecho priorizando este sector, poniéndolo en primera línea bajo los criterios de eficiencia y humanización en la atención.

Aun no concibo cómo algunos ciudadanos, no se dan cuenta o no quieren asumir la gravedad de la situación que vivimos, no tienen los mas mínimos cuidados, no son conscientes del daño que pueden ocasionarse, o a sus familias y grupo social, por la indisciplina en su comportamiento. La vida puede continuar si tenemos los cuidados que como autoridades hemos pedido, el lavado de manos, el uso del tapabocas, el distanciamiento social, en fin.

Esta es una realidad fatal, el Covid es un virus que puede ocasionar la muerte, hemos probado que muchas actividades pueden continuar, con todos los protocolos de bioseguridad, hemos podido recobrar en gran parte nuestra cotidianidad, lo que aun no hemos podido lograr es que muchos ciudadanos tomen esa conciencia que necesitamos asuman, con seriedad y solidaridad, por eso aún nos encontramos con estas medidas que el gobierno nacional ha tomado para contener una tragedia mayor.

Ruego a los ciudadanos un mayor compromiso con su vida y la de los demás, para que no suframos las consecuencias en la vida y la economía que estamos viviendo. Nuestra ciudad Ibagué y nuestro Tolima, no aguantan más indisciplina social que cobra vidas y decisiones que golpean la economía a razón de proteger esas vidas.

Adenda: Lamentable que, solo hasta que el COVID 19 toca nuestra familia o personas cercanas lo entendemos y dimensionamos. En días pasados en el Barrio  7 de agosto, comuna 2 de la ciudad de Ibagué, entregando ayudas humanitarias por la ola invernal, requerí un ciudadano para que se colocara el tapabocas, a lo que me respondió “se lo preste a mi suegra para que reclamara las ayudas”. Dios nos proteja.

Fuente
Alerta Tolima