Luis Álvaro Jiménez
Luis Álvaro Jiménez
Alerta Tolima
17 Feb 2023 04:04 PM

Un tolimense por adopción que dejó huella

Columnista
Invitado
Despedir a un hombre grande de corazón noble y visión amplia, siempre causará tristeza en el alma. Por: Tatty Umaña

Luís Álvaro Jiménez Prada, qepd, fue un boyacense muy tolimense; a su nivel quizá, Gabriel Camargo Salamanca,  a quién también despedimos hace algunos meses.

El arquitecto Jiménez, llegó un día a la Musical, lugar dónde ya tenía algunos amigos, a hacer, de ceros, una oficina bancaria para una entidad nacional, en la carrera Tercera arriba de la calle 13. Y es que hacer bancos, remodelar bancos, no es algo que muchas empresas desarrollen en Colombia, no se lo otorgan a cualquier empresa.

Luis Álvaro siempre tuvo esa visión para encontrar los mejores lotes y hacer en ellos cosas grandiosas,  cambiando,  siempre para mejorar, el entorno, y el gran potencial que Ibagué tenía en ese momento para el desarrollo constructivo lo llevó a ir y venir por algún pequeño tiempo, pero este terruño lo enamoró y se trasladó con su familia para esta capital.
Aquí empezaron algo nuevo, continuaron, siguieron y se quedaron, crecieron y ayudando a crecer a muchos.  Somos muchos los que sentimos gratitud y hoy un gran vacío.  Haber conocido de primera mano a un hombre con el arquitecto Jiménez, fue un gran privilegio, compartir con él y con su familia aumentaba la admiración por él y por su esposa. Ellos empezaron de cero hace más de 50 años, cimentaron no solo una familia,  también todo un grupo empresarial.

Cuando junto con Pilar fundamos Tapitón y tuve la oportunidad de contarle ese sueño que habíamos creado,  que queríamos lograr, como lo haríamos, el impacto, que necesitábamos para lograrlo, entre otras cosas más,  todo el tiempo estuvo atento y serio,  pero cuando terminé, esbozó una gran sonrisa, de esas que iluminan, cuenten conmigo pero que no se sepa. Era de esos buenos hombres, de esos a los que no les gusta que la mano derecha se entere de lo de la izquierda. 

 

Con Tapitón, Pilar y yo vivimos experiencias increíbles y siempre el apoyo de Luís Álvaro estuvo presente.  Hay un recuerdo que solo puedo describir con las palabras que un niño Tapitón lo describió así:

Gratitud es la primera palabra en la que pienso al recordar al arquitecto Luis Álvaro Jiménez él siempre tan grande y tan serio tenía un corazón lleno de bondad, porque él era grande y serio con los grandes, pero con los niños los niños de la fundación Tapitón siempre fue dulce, amable, generoso, tierno y preocupado.

Creo que hablo en nombre todos los que hemos sido cobijados por la Fundación Tapitón que para mí es lo mejor que llegó a mi vida y aunque pocas veces tuve la oportunidad de compartir con él, sabíamos de todo lo que él hacía y contribuía para lograr nuestro bienestar.

Lo sabíamos porque ese hombre que estaba detrás de ese nombre Torreón y que construía cosas tan bonitas, tenía que tener el alma buena, para así no solo crear esas cosas tan bonitas, sino aportarnos y permitir que su esposa, la doctora Pilar, estuviera apoyándonos de manera incansable durante todos estos años con la fundación Tapitón.

Hoy seguro que está en el cielo y escuchará mis palabras y quiero pedirle que desde allá nos siga ayudando e impulsando y abrigando a la señora Pilar, para que nosotros los niños que hemos sufrido y sufrimos de cáncer y que estamos cobijados por la fundación Tapitón nunca nos falte nada así como en todos estos años nunca nos ha faltado gracias a ese noble corazón que tenía en ese cuerpo tan grande, arquitecto que allá en el cielo haga muchas cosas bonitas y nunca dejes de mirarnos.

El día que me entrevistó para entrar a trabajar como Jefe de Comunicaciones de Torreón,  me hizo cuatro preguntas muy concretas, hizo un corto silencio,  que a mí me pareció eterno, luego sonrió y me dijo, bienvenida.  Si bien yo era la socia de su esposa en la Fundación,  eso solo ayudó para que estuviera en su radar,  porque con él las palancas no funcionaban, sé que si no le hubiese contestado bien las preguntas no hubiese trabajado con él por más que fuera amiga y socia de su esposa, con él no funcionaban las recomendaciones, con él  o sabías hacer las cosas o no sabías, era riguroso. 

En las últimas dos décadas Luís Álvaro Jiménez influyó en el desarrollo de Ibagué y el multitudinario homenaje que recibió ayer en la Catedral Metropolitana de Ibagué estuvo a su altura,  faltan muchos reconocimientos  por hacerle,  una lástima que no le alcanzó la vida para estar presente en ellos.

Gracias Luís Álvaro Jiménez por tanto, tu legado es inmenso y tu maravillosa familia continuará haciendo cosas maravillosas pensando más en el cliente que en la ganancia. Su partida fue demasiado repentina, no sé Dios que será lo que hermoso querrá construir en el cielo que se lo llevó para que lo diseñe, pero le faltaban tantas cosas disfrutar, sus nietos, Álvaro Andrés,  irse a recorrer el mundo con Pilar, en fin, creo que se fue con mil proyectos en su cabeza, seguramente algunos los habrá dejado escritos o dibujados con ese orden y ese rigor que tenía para hacer sus diseños.

Deja un inmenso vacío, así de grande como él mismo era, deja un corazón roto de una mujer que lo amará por siempre, como lo hizo desde el día mismo que lo vio por primera vez. Cuánta falta vas a hacer en las reuniones de obra, en las reuniones de Ciudad a tus compañeros de golf, en Camacol, a Véliz Mejía le harás mucha falta,  pero a nadie como a Pilar, a tus hijos, a tu nuera, a tus yernos,  a tus nietos,  a tus sobrinos,  a Tapitón,  a Ibagué. 

Gracias por tanto.
 

Fuente
Alerta Tolima