Fabian Zarta
Fabian Zarta
Fabian Zarta
23 Oct 2019 01:07 PM

Escupir la crítica

Alerta
Tolima
Las críticas no serán agradables, pero son necesarias.

Las sociedades parecen estar estancadas en un sin sentido que les coarta su pensar, lo que de alguna manera termina convirtiéndose en una muralla que detiene la acción misma;esto ocurre en la población ibaguereña. Ese pensar y accionar que se está obviando, y que por cierto varios pensadores han dejado claro en sus escritos, es el pensamiento crítico que deberían tenerlas sociedades.Intentaré explicar el sentido de la crítica, pero también laidea que parecen tener los ibaguereños frente al pensamiento crítico y si se trata de una población que no ha tenido contacto con este tipo de prácticas.

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El pensar crítico de los ibaguereños no se ha manifestado hasta hoy día, y aunque en algún momento estuvo en manos de las universidades de la región, éstas han dejado de lado esta forma de controvertir los hechos coyunturales de la región; este hecho se ha extendido por las calles y avenidas de la ciudad hasta llegar a la lógica de los ciudadanos.

Ahora bien, el movimiento de esa lógica es el punto que configura prácticas que terminan por desintegrar el pensar crítico como forma de expresión del pueblo. Sin embargo, existen hechos más determinantesen quienes se mueven cotidianamente por las calles de la ciudad ibaguereña; estos hechosson la indiferencia frente a los acontecimientos, las posturas concretas frente a la corrupción, y el deterioro de la identidad ciudadana frente alas propuestas irreverentes y a las posturas políticas sólidas y organizadas.

Siguiendo esa idea, la indiferencia por los hechos sociopolíticos, ambientales y territoriales esta matando lentamente a la población ibaguereña; esto se evidencia cuando se deja a la deriva las cuestiones políticas (para que “se manejen solas”). Lo que realmente generala indiferencia ante estos asuntos, es la implementación de una super-burocracia. Lo trágico de esto, que se genera a partir de la indiferencia colectiva, es que unos cuantos decidan la dirección en la que debe caminar la ciudad, cuando debería ser un tema de todos y no de unospolíticos con un cerebro poroso.

A lo anterior le podemos agregar un factor que se concentra al interior de las universidades, y es que siempre que un docente, académico o investigador propone pensamientos que vayan en contra de lo establecido, de la norma, como algo irreverente, ocurren ciertos hechos de los cuales he sido testigo en varias universidades del departamento.Por una parte, en los comités directivos deciden restarle horas a su contrato y dejarlo únicamente dictando clase; otra decisión más estricta es retirarlo de la universidad por un tiempo hasta que su pensamiento revolucionario se calme y desaparezca;y,por último, el pensar crítico del docente termina en algo bastante desagradable: invisibilizado por la burguesía, quienes son los que determinan que es y no lo correcto en el pensar de los demás ¿vamos a seguir permitiendo esto?

Las repercusiones que tiene este hecho son bastante grandes y determinantes para el presente y futuro de la ciudad. Explicaré porqué: sí un docente que tiene una capacidad crítica que le permita ver más allá de lo que se le presenta en la cotidianidad, su misión estransferir dicho pensara sus estudiantes sin que se le coarte; de otra forma, estos futuros profesionales se graduaran de la manera mas simplista posible, sin tener ningún tinte crítico frente a lo que pasa ante sus ojos.

Pero el otro lado de la moneda muestra un panorama desagradable, puesto que la misma elite académica y política es la que esta ganando la partida mediante la imposición del sentido común,invisibilizando y silenciando a aquellos docentes que tratan de formar en sus estudiantes una lógica que favorezcael no “tragarse entero” lo que dice cualquiera al que le llamen “Doctor/a”; exactamente esto ocurre con las organizaciones sociales, las instituciones políticas y oficiales que lo ocultan a todo precio porque pueden verse afectadas y dejar en evidencia su desfachatez.

Entonces, las consecuencias de la ausencia de una capacidad crítica en los pobladores de un territorioterminan por asimilarlos al sentido común generado por las elites.Justo por eso, la ciudad estará destinada a que sucedan hechos de cualquier calibre pensando siempre en que no se puede hacer nada para solucionarlo, cuando la respuesta esta en el pensamiento crítico, que no es exclusivo de las universidades, sino que puede gestarse desde otros espacios, como por ejemplo pequeños grupos de personas, estudiantes, académicos independientes, etc.

Es en este punto es donde hay que explicar que la crítica no es sinónimo de destrucción, como tampoco se relaciona con una negación de la realidad; todo lo contrario, la deconstrucciónrequerida para entenderadecuadamente los hechos acontecidos es el principio fundamental sobre el cual se constituye la real capacidad de pensamiento crítico frente a las acciones políticas en una ciudad. De manera que la crítica pretende reconstruir nuevas realidades y formas de entendimiento que no existen en el sentido común vendido en un contexto determinado.

Bajo todas estas consideraciones, los ibaguereños debemos quitarnos las vendas de los ojos, dejar la indiferencia; pero esto sólo será posible si se cumplenalgunas condiciones esenciales. Por una parte, la organización de las comunidades críticasen la ciudad; segundo, incomodar con las acciones crítico-políticas a las elites del departamento; así mismo, nunca dar nada por sentado o terminado;y, por último, sumergirse en el agua buscando comprender los hechos desde la raíz para argumentar dichas prácticas críticas que remuevana lasélites ibaguereñas.

Una vez entendido este sentido de la crítica, consideremos las potencialidades que tiene Ibagué para ir más allá de lo que la agenda política nos propone en el día a día; y lo que desde las elites se quiere imponer.Vayamos en contravía de ese sentido común. Por otra parte, no es necesario traer personas, desde el exterior u otras partes del país, para que nos digan como se hace una revolución mediante el pensamiento crítico; ni tampoco se requiere un académico con títulos, lo que realmente se necesita es conciencia y agudeza de los sentidos para la compresión de lo que ocurre ante nosotros, y lo que, en ultimas, termina configurando nuestra realidad. Lo que importa es no ver dicha realidad como laúnica verdadera; la capacidad crítica debe romper dichos esquemas y permitirnos cuestionar todo, absolutamente todo lo que acontece.Sin embargo, este cuestionar siempre debe estar acompañado de argumentos que lo soporten.

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Para finalizar, todo lo que he tratado de plantear hasta el momento ha sido el sentido común de la crítica en los ibaguereños; pero esto debe materializarse, y dichas condiciones materiales, deben expresarse en textos, marchas, columnas, manifiestos, etc. Con todo esto, pienso en las palabras de Braudel quien fue un gran historiador francés y advirtió en alguno de sus discursos: “Así como un país no tiene un solo pasado, tampoco tiene un solo futuro” con lo cual quiero decir que Ibagué, aún esta a tiempo de no ser indiferente frente a sus problemáticas y ejercer la crítica para lograr construir otro futuro, y ese futuro es el ahora.

Fuente: Fabian Zarta