Abraham Fernando de Szyszlo Valdelomar, pintor y escultor nacido en Lima, Perú, el 5 de julio del año 1925 y quien falleció a los 92 años, el 9 de octubre del año 2017, en San Isidro, Perú.
Hijo de un geógrafo y diplomático polaco radicado en Perú. Vitold de Szyszlo y de María Valdelomar Pinto, hermana del escritor Abraham Valdelomar.
En la decada de los 40 realizó estudios de arquitectura en la Universidad de Ingeniería en Lima y Bellas Artes, en la Escuela de Artes de la Pontificia Universidad católica del Perú.
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Tuve la fortuna de conocer y compartir con el maestro de Szyszlo y su esposa Liliana Yávar en su última exposición en la ciudad de Miami, en la galería DURBAN SEGNINI GALLERY, en la celebración de su 25 aniversario, quien presentó una antología de su última obra.
Eso fué un viernes, 19 de mayo del año 2017, cinco meses más tarde el maestro de Szyszlo, fallecía en su casa de San Isidro, Perú, junto a su esposa Liliana.
El maestro de Szyszlo, Pintaba diariamente desde los 19 años, tenía al menos dos exposiciones de obra nueva cada año, en 1989 llegó a presentar doce muestras en diferentes países.
Considerado uno de los artistas plásticos latinoamericanos más importantes del siglo XX, se consolida como el pintor de la abstracción más importante del Perú.
Amigo de intelectuales, escritores, poetas y pintores de renombre, junto a su primera esposa, la poeta Blanca Varela, en los años 40 visitan la peña Pancho Fierro, a la que asistían escritores de la talla de José María Arguedas y lugar de visita obligado de los intelectuales del exilio español como León Felipe, Pedro Salinas, María Casares o Rafael Alberti.
En el año 1948 parten a la meca del arte: París. Allí frecuentaban el Café de Flore, conocen a Octavio Paz, amistad que perduró hasta su muerte. Y en ese París de la posguerra y efervescencia artística pinta y se nutre de las obras maestras de los museos de Europa.
Van haciendo amigos entre los jóvenes intelectuales y artistas, era el “Boom de las artes y la literatura latinoamericana”, entre ellos Carlos Fuentes y Julio Cortázar, Wifredo Lam y Roberto Matta.
Conocen a André Breton, escritor, poeta y fundador del surrealismo y Varela hace amistad con Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir.
En el año 1951, de Szyszlo presenta en Lima una exposición de pintura abstracta, que causa controversia. Regresa a Europa hasta el año 1955 y decide regresar al Perú.
En el año 1960 pinta una de sus mejores obras. Se trata de Auki V, que se encuentra en la actualidad en el Museo Blanton en la ciudad de Austin, Texas.
Su estilo pictórico, se va definiendo, con gran influencia del mexicano Rufino Tamayo, con una fusión de la abstracción, con razgos de las culturas autóctonas aborígenes americanas, con fuerte colorido. La modernidad entretejida con la herencia precolombina.
Se aparta del muralismo mexicano, para dar a sus pinturas una evocación de quietud monumental y poderosa de las formas prehispánicas, así como la sugerencia de las energías dinámicas y a menudo violentas de sus núcleos poéticos y espirituales y de los rituales de la muerte y lo erótico.
Las energías más obscuras del arte de Szyszlo, se contrabalancean por su pasión a la textura, al color y al diseño. La tendencia hacia la decoración en su obra tiene su raíz en la apreciación de Szyszlo hacia los textiles pre-hispánicos.
Durante dos años expone en México y a partir de ese momento su obra empieza a tener un reconocimiento internacional.
Regresa a Lima, conoce a Mario Vargas Llosa, quien se convierte en su gran amigo y fundan el movimiento político Libertad, que lanza al escritor a la candidatura a la presidencia del Perú, en el año 1990.
Fue un crítico de las dictaduras, desde la del General Velasco Ibarra hasta la de Fujimori.
Su sentimiento poético en sus obras, lo guía en sus series pictóricas Apu Inca Atawallpaman, de 1963, inspirada en el poema quechua colonial del mismo título y la serie El innombrable, inspirada en el poema en prosa de Samuel Beckett, de 1980. También sus obras “Mar de Lurín”, Intihuatana, Inkarri, Orrantia, Waman Wasi, Cámara ritual, Sol Negro y visitante.
Su estilo se cataloga dentro del Expresionismo Abstracto, que bebe de la filosofía, la ciencia y la literatura, lleno de colores que transportan al paisaje de América Latina y de símbolos que recuerdan a las culturas precolombinas.
Sus obras se pueden apreciar en las colecciones permanentes de importantes museos como: El Guggenheim de la ciudad de Nueva York, el Museo de Arte de Lima, el Museo de Bellas Artes de Caracas, el Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro, el Museo de Arte Moderno de México, el Museo de las Américas en Washington D.C, el Museo de Arte Contemporáneo en Seúl Corea y su obra ha sido expuesta en importantes espacios expositivos como: La Bienal de Venecia, La Bienal de Sao Paulo, el Instituto de Arte de Chicago y el Palacio de Bellas Artes de Buenos Aires, la galería Duque Arango de Medellín, Colombia y en Durban Segnini Gallery de la ciudad de Miami.
En una entrevista que le hizo BBC News Mundo para el hay Festival Arequipa, manifestó: “La obra que se hace hoy en día es muy banal desde el punto de vista artístico, no comunica nada”.
“El arte se ha banalizado, como todo, el amor, el sexo”, reflexiona. “Y eso es un reflejo de la sociedad. Es un arte contemplativo, en una sociedad contemplativa”.
Pero a pesar de su reflexión, no es pesimista, “Como decía Gustavo Adolfo Bécquer, podrá no haber poetas pero habrá poesía. Así que puede que no haya artistas, pero habrá arte”.
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