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24 Mar 2020 12:34 PM

Ventajas y desventajas de las hamburguesas de laboratorio

Redacción
comercial
El desarrollo de la carne artificial genera múltiples interrogantes entre expertos y potenciales consumidores.

¿Qué es exactamente la carne artificial?
La carne artificial surge de un meticuloso proceso de laboratorio, a través del cual se extraen por medio de biopsia, células madre procedentes de músculos de animales. De este modo, las células se van reproduciendo de forma controlada hasta que se obtienen tejidos musculares completos.

Hace unos meses surgió una polémica muy debatida a nivel mundial, el desarrollo de carne artificial, una alternativa que prometía revolucionar la industria alimentaria. Aunque se especulaba la posibilidad de que fuese lanzada al mercado a lo largo de este año, en principio, continúa estando en proceso de prototipado, generando múltiples interrogantes entre expertos y potenciales consumidores.

 ¿De dónde surge esta idea?
Este proyecto procede de la investigación espacial. Aunque la carne artificial es una polémica relativamente reciente, lo cierto es que las tentativas de desarrollar carne in vitro llevan en marcha desde hace 30 años, puesto que la NASA buscaba el modo más eficaz de proveer a los astronautas de comida en el espacio en los casos de estancias muy duraderas o incluso previendo la posibilidad de colonizar el espacio.
 
No obstante, dado que la tecnología disponible en los años 90 no estaba tan avanzada como la de hoy en día, se abandonó el proyecto hasta estos momentos en los que la ciencia tiene la capacidad de manipular células madre de manera lo suficientemente adecuada como para obtener resultados concluyentes.
 
¿Qué esperar de este proyecto?
Ya en 2013 se desarrolló la primera hamburguesa artificial en los Países Bajos, la cual fue bautizada como Frankenburger (en honor al emblemático Frankestein). Si bien sus componentes eran inofensivos, se concluyó que el proceso de obtención de la carne in vitro es excesivamente complejo, al deber alimentar los tejidos en crecimiento con suero bovino y supervisarlo para evitar la contaminación de los cultivos.
 
Por este motivo, aunque se hipotetizó la posibilidad de que este sucedáneo cárnico saliese a la venta en 2020, esto supuso una sentencia demasiado ambiciosa, dado que países de todo el mundo continúan a fecha de hoy investigando las complejidades de este proceso y corroborando su inocuidad.

¿Qué es mejor la carne real o la carne sintética?
 
De momento la respuesta es sencilla, la carne animal es mucho mejor a nivel organoléptico que la carne de laboratorio, ya que mientras que la carne natural está compuesta por distintos elementos que la dotan de su sabor y textura característicos, la carne artificial está exclusivamente formada por músculo, por lo que es insípida.
 
En caso de comparar una hamburguesa de carne tradicional con una hamburguesa sintética, se notaría que mientras que la primera tiene una consistencia y un sabor tal y como se espera que sean, la segunda no contaría con el sabor característico que otorga la grasa de la carne, además de que la textura sería demasiado fibrosa.
 
Aunque se está trabajando para desarrollar un sabor parecido a la carne de verdad, lo cierto es que al carecer de elementos implícitos de todo ser vivo, como huesos, sangre, grasa, o incluso la propia alimentación natural, esta carne a día de hoy no cuenta con un aporte de nutrientes adecuado a las necesidades alimenticias de un adulto promedio, lo cual supone una clara desventaja.
 
Como añadidura, su elevado coste es también un motivo de peso para elegir un menú de hamburguesa convencional con papas y refresco que oscila los $20. La Frankerburger fue valorada en aproximadamente $280000, un lujo en el que pocos estarían dispuestos a invertir, ya que hay quienes admiten sentir incomodidad hacia el rol creador que está adquiriendo la ciencia.

¿La carne cultivada podría tener algún beneficio?

Dado el gran crecimiento demográfico, la realidad global es que necesitamos suministros para abastecer la demanda de alimentos de todo el planeta, por lo que no es descabellado intentar desarrollar alternativas a la cría intensiva de ganado el cual aparte de limitado es una de las principales fuentes de emisión de CO2.

Esta última idea conduciría hacia la posibilidad de combatir el cambio climático a través de la alimentación, además de atender a las necesidades médicas de personas que por conciencia antiespecista reniegan de la industria cárnica tal y como está planteada a día de hoy. No solo se reducirían las emisiones y se cesaría el sufrimiento animal, sino que se ahorraría agua y se detendría la sobreexplotación de la tierra y la deforestación para convertir los terrenos en lugares de pasto, por no decir que se reduciría en gran medida el uso de fertilizantes y pesticidas, cuyos vapores contaminan la atmósfera.

A nivel sanitario es presumible un menor impacto bacteriano, ya que tal y como están planteadas las medidas sanitarias de animales, al esterilizar al ganado no se hace discriminación entre animales sanos y enfermos, sino que se tratan a todos por igual para evitar proliferación de gérmenes y contagios. Esta medida aumenta la probabilidad de que se desarrollen bacterias resistentes a los antibióticos de uso común, pasando a los humanos al consumir productos de origen animal.

Como la obtención de carne artificial sería en condiciones controladas de laboratorio, no habría peligro de cultivos contaminados o cancerígenos, de modo que la incidencia de enfermedades inducidas por alimentos se vería reducidas drásticamente.

Fuente
Alerta Tolima