
Siguen los cierres en Venadillo: corredores bloqueados hasta que haya soluciones de energía
La tensión sigue creciendo en el norte del Tolima. Habitantes del municipio de Venadillo decidieron salir a las calles y bloquear las vías principales en señal de protesta contra Celsia, empresa prestadora del servicio de energía en la región. Los manifestantes aseguran estar cansados de los constantes apagones, fallas eléctricas y la falta de soluciones pese a los reiterados llamados que desde hace meses han hecho a la compañía.
Los cierres se ubican en dos puntos estratégicos: el primero, en la entrada principal de la vía Ibagué-Venadillo y viceversa; el segundo, en el sector de Molino-Boluga, una carretera destapada que funciona como ruta alterna hacia Palma Rosa, Ambalema y nuevamente hacia la capital tolimense. La dinámica de los bloqueos consiste en mantener la vía cerrada durante tres horas y habilitarla por lapsos de 30 a 40 minutos, con el fin de permitir el paso controlado de vehículos.
Sin embargo, los manifestantes han sido claros: el objetivo es impedir el paso de buses y carros que intenten usar las rutas alternas para evadir el cierre principal. Para casos excepcionales, los líderes del paro han dejado un corredor humanitario, lo que permite la movilidad de ambulancias, carros medicalizados y personas con citas médicas en Ibagué u Honda.
Una protesta que se calienta
La jornada ha transcurrido en medio de tensiones. Según reportes de nuestro corresponsal en Venadillo, se han registrado choques verbales y discusiones entre conductores y manifestantes, lo que ha obligado a la intervención constante de la Policía de vigilancia y funcionarios de la administración municipal.
El malestar de la comunidad radica en la ausencia de Celsia en el territorio, pues afirman que solo han recibido promesas y comunicados sin acciones concretas. "No levantaremos el paro hasta que llegue un delegado de Celsia que dé soluciones reales", aseguran los voceros de la protesta.
Además, los manifestantes exigen la presencia de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), pues consideran que la situación ha llegado a un punto en que se requiere de la intervención nacional.
Alcaldía entra en escena
Ante la gravedad de la situación, el alcalde de Venadillo, Rolando Gómez Reyes, emitió un comunicado oficial en el que convoca a una mesa de trabajo este miércoles en la Casa de la Cultura del municipio. La invitación fue extendida tanto a Celsia como a los líderes de la protesta, con el objetivo de encontrar una salida concertada que ponga fin al bloqueo.
El mandatario local recordó que ha insistido de manera reiterada a la empresa prestadora de energía para que realice mantenimientos urgentes en la red eléctrica, pero hasta ahora no ha obtenido respuestas concretas. “Malo si llueve, malo si hace verano, malo si hace viento; lo cierto es que la red eléctrica necesita mantenimiento y la comunidad se cansó de esperar”, declaró.
Un paro para largo
Lo cierto es que la protesta en Venadillo no parece tener un final cercano. Los habitantes advierten que están dispuestos a mantener los bloqueos los días que sea necesario hasta obtener un compromiso firme.
El paro ya comienza a tener efectos en la movilidad y el comercio regional. Transportadores intermunicipales y de carga han expresado preocupación por las pérdidas económicas y el represamiento de productos perecederos que necesitan llegar a plazas de mercado en Ibagué y Bogotá.
En medio de este panorama, la comunidad insiste en que no busca afectar a terceros, sino llamar la atención de las autoridades y de Celsia sobre una problemática que se volvió insostenible. “Queremos que nos escuchen y que nos den soluciones de verdad. No más excusas”, manifestó una de las líderes comunitarias en medio de la jornada de protesta.
Contexto regional
El inconformismo en Venadillo no es un hecho aislado. Otros municipios del norte del Tolima han reportado dificultades con la prestación del servicio de energía, especialmente en temporadas de lluvias o fuertes vientos, cuando los cortes se vuelven más frecuentes. La falta de inversión en infraestructura eléctrica ha sido una queja recurrente en el departamento, donde las comunidades denuncian que pagan tarifas altas por un servicio inestable y poco confiable.
Por ahora, el futuro del paro depende de lo que ocurra en la mesa de diálogo convocada para esta semana. Mientras tanto, la comunidad permanece firme en sus bloqueos, con la certeza de que solo la presión social les garantizará ser escuchados.
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