
Madre del niño atacado por su mascota en Ibagué pide no aplicar eutanasia al perro
Una difícil situación vive la familia de Yoli Ibeth Anzola, una ciudadana ibaguereña que enfrenta la dolorosa realidad de haber visto a su hijo menor ser atacado por su propia mascota, un perro de raza pitbull que convivía con ellos desde hace más de un año. Tras el incidente, las autoridades evalúan la posibilidad de aplicar eutanasia al animal, lo que ha generado profunda preocupación en la familia, que lo considera un miembro más del hogar.
En entrevista exclusiva con el medio local Alerta Tolima, Anzola relató cómo ocurrieron los hechos y expresó su desconcierto ante el ataque, asegurando que el animal jamás había mostrado comportamientos violentos.
“El perrito lleva con nosotros año y medio, siempre fue muy juicioso, además sobreprotector con el niño. No sabemos cuál fue la razón del incidente, estábamos en el momento del ataque y lo único que hicimos fue separarlo”, explicó
Según la madre, su hijo resultó con heridas en el rostro, oído y cabeza, tras el inesperado ataque del canino. El menor recibió atención médica inmediata y actualmente se encuentra fuera de peligro, aunque permanece bajo observación por las lesiones ocasionadas.
Según explicó Anzola, se les ha informado que, si el animal no muestra mejoras en su comportamiento o si no se adapta a nuevas evaluaciones, podría ser sometido a eutanasia, como medida preventiva por tratarse de una raza catalogada como potencialmente peligrosa.
“Las autoridades nos han indicado que si el perro no se acopla, solicitan la eutanasia. Para nosotros es muy doloroso. Es un animal que ha sido parte de nuestra familia. No entendemos qué lo llevó a reaccionar así”, declaró la mujer.
Pese al incidente, la familia asegura no haber evidenciado señales previas de agresividad en el comportamiento del animal, y pide a las autoridades respeto, tolerancia y una evaluación justa del caso, considerando que pudo tratarse de una situación aislada y no representativa del temperamento habitual del perro.
“El perro le alcanzó a perforar a mi hijo parte de la cara, su oído y su cabeza. Jamás evidenciamos un comportamiento agresivo del pitbull. Él jugaba con nosotros, era noble, muy tranquilo”, agregó Anzola, visiblemente afectada.
Por ahora, el caso está siendo revisado por las autoridades competentes, quienes determinarán el destino del perro con base en evaluaciones de comportamiento, análisis médicos y testimonios.
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