Erika Palma y Roberto Santofimio
Santofimio, ya había ejercido este cargo en el pasado y desde hace varios meses venía asesorando técnicamente a la empresa
La administración de la alcaldesa Johana Aranda dio este lunes un golpe político decisivo al oficializar la salida de la ingeniera Erika Palma de la gerencia del IBAL, una de las entidades más estratégicas y apetecidas dentro del aparato administrativo municipal. En su reemplazo fue designado el ingeniero Roberto Santofimio, quien ya había ejercido este cargo en el pasado y desde hace varios meses venía asesorando técnicamente a la empresa.
La decisión, que se venía gestando de forma discreta en el transcurso de la última semana, marca un punto de inflexión en la consolidación del gobierno de Aranda, al poner fin a uno de los últimos eslabones visibles que aún la conectaban con la administración de su antecesor, el exalcalde Andrés Hurtado.
Erika Palma ocupó la gerencia del IBAL durante más de tres años y medio, y fue considerada una funcionaria de confianza cercana al círculo más íntimo del exmandatario. Durante su gestión, enfrentó varios retos relacionados con la infraestructura del servicio de acueducto, el manejo de obras como el proyecto de la Fase II del Acueducto Complementario y diversos cuestionamientos por el manejo presupuestal del IBAL, una entidad que históricamente ha representado un eje de poder técnico, financiero y político en la ciudad.
La salida de Palma no solo significa un relevo en lo administrativo, sino un reacomodamiento en el mapa político del gobierno local. Su desvinculación se produce en un contexto en el que Johana Aranda busca afianzar una gestión con sello propio, separada de las sombras del anterior mandato que la impulsó inicialmente.
El nombramiento de Roberto Santofimio al frente del IBAL no es casual. El ingeniero ya había dirigido la empresa en 1995, y su experiencia en el sector público y su conocimiento técnico de la entidad lo convierten en una figura de peso para liderar los nuevos retos del sistema de acueducto y alcantarillado de Ibagué. Además, Santofimio cuenta con la entera confianza de la actual alcaldesa, con quien comparte una relación laboral desde los tiempos en que Aranda ejercía como bacterióloga en la misma empresa.
El empalme entre Palma y Santofimio se hizo de manera reservada, lejos de los reflectores, y la oficialización del cambio de mando se realizó este lunes en horas de la mañana. Como parte del acto de cierre de su gestión, Erika Palma solicitó la realización de una misa en la sede La Pola, donde se llevó a cabo su despedida formal ante trabajadores y colaboradores del IBAL.
Más allá del gesto simbólico, el cambio representa un fuerte mensaje político: la alcaldesa Aranda está reorganizando su equipo de confianza y asegurando el control sobre los principales órganos ejecutores del municipio. Con la llegada de Santofimio se espera que el IBAL tenga ahora una interlocución directa con el despacho de la mandataria y una mayor agilidad en la toma de decisiones estratégicas para la ciudad.
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alerta tolima
