Artesanos del Tolima
Artesanos del Tolima
Gobernación del Tolima
25 Jun 2025 07:06 AM

Entre hilos y palma real: artesanas del Tolima celebraron su día exaltando la herencia cultural

Laura Daniela
Reyes Martínez
Con sombreros tejidos a mano, mujeres del Tolima mostraron su arte, historia y orgullo en el centro de Ibagué.

En el corazón de Ibagué, la Plaza Murillo Toro fue el escenario donde las artesanas del Tolima tejieron mucho más que sombreros: hilvanaron memoria, cultura, lucha y resistencia. El Día del Sombrero no fue solo una celebración folclórica o una fecha más en el calendario regional; fue una manifestación viva del legado femenino que, generación tras generación, ha moldeado la identidad artesanal de los pueblos tolimenses.

Provenientes de distintos municipios del departamento, mujeres tejedoras se tomaron el espacio público con sus creaciones hechas a mano, elaboradas con palma real, caña flecha y otras fibras naturales típicas del país. Cada sombrero exhibido contaba una historia: la de quien lo teje, la de su familia, la de sus ancestros, la de un pueblo que ha hecho del oficio artesanal una bandera de orgullo, resistencia cultural y medio de sustento económico.

Entre las protagonistas de esta jornada estuvo Arcelía Hernández, una mujer que desde niña aprendió a entretejer hilos y sueños. “Soy artesana hace 37 años. Empecé a tejer a la edad de siete años, aprendí a tejer y hace 30 años empecé a coser las artesanías. Lo que más me gusta de mi arte es que soy independiente, este es mi emprendimiento, mi pasión”, dijo con firmeza frente a quienes se detenían a escuchar su historia y admirar su trabajo. Su testimonio, como el de muchas otras, es reflejo de una vida dedicada a mantener viva una tradición que ha sido históricamente subvalorada, pero que hoy empieza a recibir el reconocimiento merecido.

El evento también contó con la participación de Luz Dary Betancourt Perdomo, una reconocida artesana del municipio de El Guamo, considerado la cuna del sombrero tradicional en palma real. En sus palabras se tejieron siglos de historia: “Hago parte de la familia más grande artesanal del Guamo, Tolima, donde nació esta hermosa tradición del sombrero tradicional en palma real. Esto viene desde nuestros ancestros, desde mi bisabuela. Tengo el honor de compartir con ustedes en este momento; hay conmigo más de siete familiares, incluyendo a mi madre, que tiene 79 años y lleva siendo artesana 71. Yo llevo más de 40 años con esta hermosa profesión que amo con el alma”.

En medio de los puestos artesanales, el ambiente se llenó de identidad tolimense. Los colores cálidos de los sombreros, las texturas naturales, las sonrisas de las mujeres y los relatos que compartían, hicieron del Día del Sombrero algo más que una vitrina comercial. Fue, ante todo, una afirmación de pertenencia y una jornada donde las protagonistas reclamaron, con dignidad, su lugar en la historia y en la economía regional.

Lo que ocurrió en la Plaza Murillo Toro fue también una reivindicación. Muchas de estas mujeres no cuentan con apoyos constantes, venden sus productos en ferias o de forma informal, enfrentan barreras para acceder a mercados justos y aún luchan contra la invisibilización de su trabajo. Sin embargo, cada sombrero exhibido fue una prueba de que su oficio no solo está vivo, sino que se niega a desaparecer.

Además del componente cultural, el evento puso sobre la mesa la urgencia de seguir respaldando estos saberes ancestrales como motores de desarrollo económico y social. Para muchas mujeres rurales y urbanas, el tejido artesanal representa su principal fuente de ingresos, una forma de independencia económica, y al mismo tiempo, un vehículo para transmitir valores comunitarios y fortalecer los vínculos entre generaciones.

El Día del Sombrero, más allá de una efeméride, se convirtió en una plataforma para visibilizar a esas manos que, entre trenzas de palma y horas de dedicación silenciosa, levantan una economía creativa que merece más espacios, más inversión, más políticas públicas y más reconocimiento institucional y ciudadano.

Al finalizar la jornada, los visitantes no solo se llevaron un sombrero artesanal. Muchos también se llevaron el relato de una mujer, el testimonio de una madre, el esfuerzo de una familia. Se llevaron un pedazo del alma tolimense: esa que se teje con paciencia, orgullo y la esperanza de que las nuevas generaciones no solo conserven este arte, sino que lo reinventen, lo valoren y lo vivan como parte de su identidad.

El sombrero tolimense no es solo una prenda. Es una herencia viva, una voz tejida con palma, una forma de resistir y decir: aquí estamos, seguimos creando, seguimos contando nuestra historia con las manos.

Para Alerta Tolima tu opinión cuenta, comenta las noticias de nuestro Portal, envíanos tus denuncias, conviértete en nuestros ojos donde la noticia se esté desarrollando, escríbenos al WhatsApp a través de este link 

Haz parte de alertatolima en WhatsApp: encuentra información actualizada, videos,  imágenes de lo que sucede en Ibagué, el Tolima y el centro del país.

Fuente
Alerta Tolima