San Chárbel
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Suministrada
12 Jun 2025 03:30 PM

San Chárbel: el santo libanés al que está encomendado Miguel Uribe Turbay

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Umaña G.
Sus milagros en Colombia son múltiples, las familias de origen libanés le tienen una fe inquebrantable.

"Oh, glorioso San Chárbel, fiel siervo de Jesús, te invoco en este momento de necesidad. Con confianza, te pido que intercedas por mí ante Dios y que obtenga la gracia de la que tengo tanta necesidad. San Chárbel, ruega por mí y por todos los que invocan tu nombre. Amén." 

En medio del ruido cotidiano, de las pantallas encendidas y las carreras sin pausa, hay una figura que, en el silencio, se ha convertido en refugio espiritual para millones: San Chárbel Makhlouf. A pesar de su vida retirada y solitaria en las montañas del Líbano, este monje maronita ha cruzado fronteras físicas y espirituales, obrando milagros que tocan corazones en lugares tan lejanos como Colombia. Su historia, profunda y sencilla a la vez, es un testimonio del poder de la fe, la oración y el misterio que aún hoy conmueve al mundo entero.

¿Por qué Miguel Uribe Turbay está encomendado a San Chárbel?

Es de recordar que el apellido Turbay tiene origen libanés, los Turbay son una familia colombiana de origen libanés. El tronco común de sus miembros proviene del pueblo de Tannurin, en Líbano, a raíz de la persecución religiosa y problemas económicos, sumándose a otras familias de origen árabe como los Char, los Khouri, los Malik y los Haddad. Estos desplazamientos formaron parte de la migración masiva de libaneses a Colombia. Tanto los bisabuelos, como los abuelos y la madre de Miguel y Carolina desde siempre han sido devotos de este milagroso Santo.

El origen de un santo del Líbano

San Chárbel nació el 8 de mayo de 1828, en un pequeño pueblo llamado Bekaa Kafra, enclavado en las montañas del norte del Líbano. Su nombre de nacimiento fue Youssef Antoun Makhlouf. Hijo de campesinos humildes, desde muy joven mostró una inclinación profunda hacia la espiritualidad. De niño, se escapaba para orar en una cueva cerca de su casa, improvisando un pequeño altar. A los 23 años ingresó al monasterio maronita de Nuestra Señora de Mayfouq, y poco tiempo después fue transferido al monasterio de San Marón, en Annaya.

Allí tomó el nombre religioso de “Chárbel”, en honor a un mártir del siglo II llamado San Chárbel de Edesa, venerado en la tradición cristiana oriental. El nombre, de raíces siríacas, puede traducirse como “el que cuenta la historia de Dios” o “el relato divino”. Era un nombre cargado de profundidad y misticismo, como la vida que estaba a punto de emprender el joven monje libanés.

Fue ordenado sacerdote en 1859 y, en 1875, pidió permiso para retirarse como ermitaño, aislándose casi completamente del mundo durante los últimos 23 años de su vida. En una pequeña ermita cerca del monasterio de Annaya, vivió en ayuno, oración y trabajo manual, sin contacto con la vida pública. Murió el 24 de diciembre de 1898, mientras celebraba misa, a causa de un derrame cerebral.
 

Un cuerpo incorrupto y la fama de los milagros

Después de su muerte, comenzaron los acontecimientos que darían inicio a su fama mundial. Su cuerpo fue exhumado varias veces y se encontró sin signos de descomposición. Incluso, por muchos años, exudó un líquido similar a la sangre y agua, fenómeno que atrajo a médicos y científicos. Miles de peregrinos comenzaron a visitar su tumba, y se multiplicaron los testimonios de curaciones milagrosas, muchos de ellos documentados por la Iglesia.

En 1965 fue beatificado por el papa Pablo VI, y en 1977 canonizado. Desde entonces, San Chárbel se ha convertido en uno de los santos más populares no solo en el Líbano, sino en Europa, América Latina y especialmente en países como México, Venezuela, Argentina y Colombia.

San Chárbel en Colombia: un santo que escucha desde la montaña

En Colombia, la devoción a San Chárbel ha crecido de forma extraordinaria durante las últimas dos décadas. Aunque su figura era poco conocida en el país, el boca a boca, los testimonios de milagros y las redes sociales lo han convertido en un símbolo de esperanza. Hoy se pueden encontrar capillas, imágenes y grupos de oración dedicados a él en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Pereira.

Uno de los casos más impactantes ocurrió en Medellín, donde una mujer diagnosticada con un tumor cerebral agresivo acudió a San Chárbel como última esperanza. Su familia colocó una estampa del santo debajo de su almohada, mientras pedían con fervor por su vida. Semanas después, durante un nuevo examen médico, el tumor había desaparecido sin explicación científica. El caso fue reportado por el equipo médico al arzobispado local y aún está siendo evaluado como posible milagro formal.

En Bogotá, una joven que sufrió un grave accidente de tránsito quedó en estado de coma. Su madre, de origen libanés, organizó una cadena de oración a San Chárbel, y días después la joven despertó sin secuelas neurológicas. Hoy, ella camina, habla y da testimonio de su recuperación inexplicable.

Una familia de origen libanés asentada en Huila le contó a Alerta Tolima que tres años después de haber llegado a Colombia el más pequeño de sus hijos sufrió una caída que le causó una lesión craneoencefálica severa, al llegar a urgencia le dijeron que se prepararan para lo peor, que si quedaba con vida sería en estado vegetal,  padre y madre muy católicos y devotos de San Chárbel, de inmediato se pusieron a orar, al menor lo operaron los mejores médicos disponibles, cuando pasaron al bebé a la habitación, el padre puso la estampa que siempre llevaba consigo bajo la almohada del menor, este empezó a evolucionar milagrosamente,  hoy en día tiene 24, es médico y se especializa en neurocirugía.
 

Oración para peticiones urgentes
Bendito San Charbel, santo de todos y para todos, mártir de la vida religiosa entregado a servir a Dios y a la Virgen, glorioso santo que colmas a los hombres con tus bendiciones y no dejas de darnos tu auxilio cuando nos ves en apuros, tu que fuiste un alma elegida que sentiste la llamada del Señor y llevaste una vida ejemplar de monje y ermitaño, entregado a la oración, al ayuno y a la penitencia acude a nuestra llamada y danos tu ayuda en la necesidad.
Adorador de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía y por siempre devoto de María Santísima, tú que alimentaste tu corazón y el de los demás con las santas Palabras y fuiste ejemplo de humildad, fe y paciencia, de piedad y sacrificio, tanto para tus compañeros como para los hombres, ayúdame a ser digno de las gracias de Dios, y merecer, así, tu asistencia y protección.
Glorioso san Chárbel, dador generoso, siempre deseando servir al Señor y al prójimo que nunca dejaste de asistir a los pobres y enfermos y a los más necesitados que, sabiendo de tus milagros, acudían a ti en busca de consejo, consuelo, alivio y socorro.
Hoy con toda mi fe acudo a ti en mi desesperación y angustia quiero pedirte, rogarte, con el corazón en la mano, que me prestes tu siempre milagrosa ayuda, san Chárbel, tú que nos das tu apoyo y comprensión, atiéndeme.

Amén

Los testimonios no cesan: sanaciones de cáncer, problemas de infertilidad resueltos, conflictos familiares superados, liberación de adicciones… todos ellos atribuidos a la intercesión silenciosa de este monje que nunca salió de su ermita.

Milagros en el mundo: el poder de la fe sin fronteras

A nivel internacional, San Chárbel ha sido protagonista de milagros reconocidos por la Iglesia Católica. Uno de los más emblemáticos ocurrió en 1992 en Estados Unidos, cuando una mujer llamada Nohad El Shami, de origen libanés, sufrió una parálisis total del cuerpo. Asegura que soñó con San Chárbel, quien la operó espiritualmente durante el sueño, y al despertar estaba completamente curada. Lo más sorprendente es que su cuerpo mostraba dos cicatrices en el cuello, como si realmente hubiera sido intervenida. Este caso fue investigado en el Líbano y se considera uno de los milagros más notorios del santo.

En México, se han registrado decenas de testimonios, sobre todo de personas con enfermedades crónicas que afirman haber sanado tras acudir en oración a San Chárbel. Incluso, en muchos hogares católicos mexicanos ya es común tener una veladora con su imagen, especialmente en los días 22 de cada mes, cuando se le dedican oraciones especiales.

¿Por qué genera tanta empatía?

A diferencia de otros santos más conocidos por su vida activa o por haber fundado congregaciones, San Chárbel representa la espiritualidad silenciosa. No predicó a multitudes, no escribió libros, no protagonizó revoluciones eclesiásticas. Su poder está en la entrega humilde y total a Dios, en el valor de la oración y el sacrificio en soledad.

En un mundo lleno de ruido, de inmediatez, de ansiedad y desconexión espiritual, la figura de un hombre que vivió alejado de todo, orando por la humanidad, resulta profundamente conmovedora. Su vida recuerda que no siempre hace falta hacer mucho para hacer el bien; a veces basta con orar con amor y confiar.

Además, su imagen —un rostro sereno, barbado, con túnica negra y mirada compasiva— transmite una ternura especial. Muchos fieles dicen que sienten que “él sí escucha”, que su silencio no es distancia, sino presencia plena. Y es esa cercanía espiritual la que ha hecho que su devoción crezca exponencialmente entre personas de todas las edades, especialmente entre quienes atraviesan momentos difíciles.

Una fe que sigue creciendo

Hoy, el santuario de San Chárbel en Annaya recibe a más de cuatro millones de peregrinos al año. En Colombia, la capilla más conocida en su honor está en Bogotá, pero en Antioquia, Cundinamarca, Norte de Santander y el Eje Cafetero ya se organizan procesiones y eucaristías especiales cada 22 del mes. En redes sociales, los grupos de oración con su nombre superan los cientos de miles de seguidores.

Su oración más conocida, la novena de San Chárbel, se ha traducido a múltiples idiomas y es recitada diariamente por miles de personas alrededor del mundo. Los devotos aseguran que, más allá del milagro físico, orar a San Chárbel calma la mente y alivia el alma.

Un mensaje desde el silencio

San Chárbel no fue un hombre de palabras, pero su vida entera fue un mensaje. En tiempos de incertidumbre, su figura nos recuerda el valor del recogimiento, de la fe auténtica, del amor profundo y silencioso. Y aunque nunca pisó tierras americanas, su espíritu parece haber encontrado eco en miles de corazones que, en medio del dolor, buscan una voz serena que les diga: “No estás solo”.

Porque tal vez, en el fondo, todos anhelamos lo mismo: que alguien escuche nuestras súplicas, aunque sea desde el silencio de una ermita en las montañas del Líbano.

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Fuente
Alerta Tolima