El alcaloide lo llevaba en las partes íntimas y fue detectado por caninos de la guardia.
Foto archivo
21 Nov 2021 01:06 PM

Luego de ser encarcelada por 12 años se comprobó que era inocente

Juan Camilo
Franco Perdomo
La mujer demanda una suma millonaria para poder rehacer su vida, luego del error que se cometió con ella.

Luego de haber pasado 12 años condenada a prisión perpetua por un crimen que no cometió, la docente María Antonia Gauna ha pedido ser indemnizada por el estado.

“Nunca escucharon que fue su cuñado quien lo mató, perdí muchos años de vida, ahora no puedo ser mamá”, comentó la mujer.

En el 2008 Gauna fue condenada a pena de prisión perpetua por el homicidio que ocurrió el 6 de febrero de 2005, en la casa que compartía con su esposo en Arequito, Argentina.

Sin embargo, ella nunca dejó de asegurar que era inocente, hasta que la Corte Suprema de justicia de la provincia hizo revisar el caso, lo que termino en que el 20 de diciembre de 2016 se ordenara su liberación.

Esta semana se supo que, luego de hacerle un juicio al Estado, Maria Antonia Gauna recibirá una suma de 7 millones de pesos argentinos, aproximadamente unos 272 millones de pesos colombianos; todo por concepto de reparación, teniendo en cuenta la pérdida de su fuente de ingreso en la docencia.

“Ningún dinero alcanza para retribuir mi proyecto de vida. Me casé para tener una familia, perdí muchos años de mi vida en la cárcel, ahora no puedo ser mamá”, dijo Gauna al medio local ‘El Litoral’.

Además, aseguró que tiene “fe de que se va a hacer justicia y de que el asesino va a ir preso” y expresó el deseo de luego poder recuperar su casa. Ella afirma que la vivienda y el campo de su marido actualmente están siendo ocupados por el cuñado de la víctima, al que ella llama ‘Pirulo’, y quien ha señalado desde un principio como la persona responsable del asesinato de su esposo.

 

Los hechos del asesinato

Gauna llevaba casada poco tiempo con el productor agropecuario Omar Carlos Bartorelli, cuando sucedieron los hechos que marcaron su vida el 6 de febrero de 2005.

Según relato ella, ese sábado había ido a cenar, junto con su marido, a la casa de su hermana Olga, para luego volver a su hogar.

“Al llegar, mi marido me deja en la casa y luego se dirige a guardar el Ford Falcon en la cochera de mis suegros. Cuando ingreso a mi casa, veo algo extraño: estaba la puerta que daba al pasillo de los dormitorios entrecerrada y nosotros siempre la dejábamos abierta”, explicó al citado medio.

Una vez se acerco a inspeccionar la situación, se encontró con una persona ‘encapuchada’ que tenía un arma en su mano, según comentó Gauna.

En ese momento el hombre le dijo que no le iba a pasar nada, sin embargo, “Al escuchar su voz, reconocí que era ‘Pirulo’, el cuñado de mi marido. Me pedía plata, fui hasta el cajón y le dí 1.000 pesos. Me hizo tirarme en la cama boca abajo y me ató de manos”, relató.

Una vez llegó su marido, la mujer dijo que fue a abrirle con las manos atadas y que le dijo que estaba su cuñado, quien les apuntó con un arma y los hizo arrodillar.

“El dinero que él quería eran 25 mil pesos que mi esposo había retirado del banco Bisel días atrás. En ese ínterin, hace unos pasos y se va hasta el baño. Yo lloraba desesperadamente y le pedía que no nos hiciera daño”, agregó al periódico local ‘El Litoral’.

El sujeto después fue hasta la cocina, revolvió una sustancia en dos vasos y los obligó a tomarla.

“Yo tomé todo y mi marido no. Finalmente nos hizo levantarnos y nos llevó al dormitorio. Automáticamente me quedé dormida y me desperté en un sanatorio”, indicó Gauna.

 

La condena

Esa noche Gauna fue encontrada en gravísimo estado, junto al cadáver de su esposo, quien habría fallecido luego de recibir ocho puñaladas.

Luego de estar en como por casi una semana, fue apresada como sospechosa del crimen, y en 2008 fue condenada a prisión perpetua como autora del delito de homicidio calificado por el vínculo.

Al respecto comento Gauna que “me procesaron por hipótesis, porque no había ningún elemento de prueba que diga que yo lo maté. La jueza que tomó mi declaración dijo que yo fabulaba. Desde el momento en que me encontraron tirada en el jardín de mi casa junto a mi marido yo estaba peleando por mi vida, pero el juez decía que era un crimen pasional. Aún tengo cortadas las muñecas, tendones y flexores”.

Después de 10 años de haber sido condena, su inocencia se pudo demostrar cuando estudios médicos dieron cuenta que las heridas que tenía no pudieron haber sido autoinfligidas, algo que declaró un médico especialista ante la Justicia.

“Yo declaré quién era el asesino y lo único que hicieron fue buscar pruebas para incriminarme. Jamás llamaron al cuñado de mi marido, a pesar de que siempre lo mencioné”, remarcó la mujer que ahora intentará recuperar su hogar.

Fuente
Alerta Tolima