El mundo recuerda hoy a las 71 víctimas mortales que dejó el accidente de Chapecoense, ocurrido el 28 de noviembre de 2016.
El equipo de fútbol viajaba a Medellín para jugar la final de la Copa Sudamericana con Atlético Nacional, cuando el avión se estrelló en el Cerro Gordo en La Unión, muy cerca del aeropuerto José María Córdova de Rionegro.
Fueron horas de tristeza y angustia. Los organismos de socorro lograron rescatar con vida a seis pasajeros: los jugadores Alan Ruschel, Hélio Neto y Jackson Follmann, quien perdió un pie, así como a los miembros de la tripulación Erwin Tumirí y Ximena Suárez, y el periodista Rafael Henzel, quien murió en marzo de este año de un infarto.
Aunque oficialmente no hay ningún acto conmemorativo, en La Unión conservan una placa con los nombres de las víctimas y el Museo Chapecó, donde hay objetos representativos. Su propietario, Sebastián Gómez, dijo que los turistas son muy curiosos por saber qué ocurrió esa noche.
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"Tenemos algunos bolsos de los pasajeros, una lata del avión y un cuadro con las fotos de los jugadores, entre otros. Uno le va cogiendo cariño a este Museo porque sabe que fue un hecho que nos marcó bastante", señaló.
Luego de un año y medio de investigaciones, la Aeronáutica Civil concluyó que la causa de la tragedia del avión 2933 fue la falta de combustible, reseñando que existieron fallas humanas por parte de la tripulación de Lamia que no reportó la emergencia como era lo exigido.
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En Chapecó, Brasil, hay una cápsula del tiempo que fue enviada en 2017 desde Medellín con decenas de tarjetas que tienen cortos mensajes relacionados con el accidente y que fueron escritos por hinchas colombianos. El cofre solo podrá ser abierto a los 40 años, plazo que se cumple en noviembre de 2057.