Más cosas extrañas siguen ocurriendo en el ámbito político administrativo del departamento del Tolima, propias de caprichos de caciques, virreyes o emperadores.El último episodio tiene que ver con
la sorpresiva renuncia del concejal conservador de Ibagué Carlos Andrés Portela protocolizada el pasado viernes ante la presidencia de la Corporación y su posterior nombramiento récord, en menos de 72 horas, como secretario de Inclusión Social de la Gobernación.Era uno de los dirigentes del Concejo más combativos y con mayor futuro.
Portela encabezaba en el Concejo de Ibagué
el valiente tridente de la oposición al alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo al lado de los cabildantes Humberto Quintero de Cambio Radical y Jorge Bolívar del conservatismo.Extrañamente, un mes y medio después de que el gobernador Óscar Barreto Quiroga decidiera ‘fumar la pipa de la paz’ con el alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, coincidencialmente
tras la derrota de ambos mandatarios en las Presidenciales (con Vargas Lleras y Petro) Portela fue prácticamente obligado a renunciar.
Duraron un mes convenciéndolo.
En el ‘sí’ fue clave la mediación del senador Miguel Ángel Barreto, primo del gobernador del Tolima, quién le prometió que si daba ese paso no lo dejaría ‘desamparado’ en el futuro. Portela cerró los ojos, se persignó y se echó al agua…Y aunque en la posesión en el piso 10 de la Gobernación, Carlos Portela, de saco y corbata,
se deshizo en elogios ante Barreto, llamándolo ‘jefe’ y ‘amigo’, muchos integrantes del barretismo coinciden en afirmar que lo hizo de dientes para afuera y que la procesión va por dentro.Hasta en varias
fotos publicadas asumiendo el nuevo cargo, el ex concejal puso cara de aburrido y resignado. Los gestos no mienten.
Todo arrancó por un ‘ME GUSTA’
Fuentes del entorno cercano al movimiento barretista revelaron que
Portela cayó en desgracia con Óscar Barreto desde el día en que le dio ‘me gusta’ en Facebook a una foto de una correría política del precandidato a la gobernación Mauricio Pinto Rondón. A lo anterior ayudaron asesores del mandatario quienes le echaron leña al fuego los días posteriores.A propósito de Pinto, uno de los prometedores cuadros barretistas, es otro de los damnificados que ha dejado
la estela de envidias, vanidades, egos e intrigas al interior de los anillos cercanos a Óscar Barreto Quiroga en el último cuatrienio.Después vino la elección al Congreso de la República donde Portela no estuvo de lleno con la hoy representante a la Cámara Adriana Magaly Martiz, candidata del barretismo,
hecho que también fue utilizado por el sanedrín de Barreto para azuzar la indisposición.Como consecuencia de lo anterior, el barretismo le notificó a Carlos Portela que no sería el candidato de esta colectividad a la Asamblea Departamental del Tolima en el 2019 como le habían prometido hace cuatro años y para lo cual venía haciendo no solamente cola sino méritos.En cambio, fue notificado que ‘Oscar’ – el gobernador- había decidido postular a Geovani Molina – ex secretario General de la Gobernación- y a Gerardo Yepes –ex gerente de Indeportes-, quienes renunciaron arrancando el mes de julio.Adicionalmente se enteró que tampoco podría volver a postularse al Concejo
porque el líder del movimiento político también había decidido que el colectivo apoyaría al joven y aplicado contratista de la Lotería del Tolima Brayan Castellanos Escandón.Es decir, a Carlos Portela se le cerraron los espacios políticos a futuro para crecer en la organización política. Solo le dejaron abierta la posibilidad burocrática.Y es allí donde no se entiende por qué no lo dejaron terminar el periodo, para lo cual lo habían elegido los ciudadanos y donde lo estaba haciendo con lujo de detalles, sino que fue conducido a renunciar. Otras fuentes cercanas a Portela filtraron que el hoy ex concejal manifestó que no le quedaba alternativa.
“Políticamente lo quemaron”
Carlos Portela es consciente de que
una vez firmó el acto administrativo este lunes para volver a la nómina de Barretro, no solo está inhabilitado para volverse a postular a una elección en el 2019, sino que ante los ciudadanos que lo eligieron quedó muy mal parado, porque ante la opinión tradujo que abandonó los intereses de la ciudadanía, que juró defender, por alinearse de manera borrega y conveniente con los intereses de un grupo político.Amén que ya le comienzan a enrostrar en las redes sociales que con su decisión
le hizo el quite a una posible confirmación de la segunda instancia que ya camina en la Procuraduría de una sanción de 9 meses, que incluye a otros 15 concejales de Ibagué, y prefirió asegurar sus ingresos personales en la bucocracia antes de dar la pelea en su escenario natural, el Cabildo.
Guillermo Alfonso el gran ganador
En este trance, coinciden analistas, el gran ganador con la salida del Concejo de Ibagué de Carlos Portela es el alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo,
porque se libra de uno de sus mayores críticos.No son pocos los que se atreven a apostar que
la cabeza de Portela hace parte del paquete de acuerdos que están aflorando entre Oscar y Guillermo Alfonso.Y es que a la luna de miel que arrancó en junio con la realización en conjunto del Festival Folclórico,
se han sumado otros episodios como un almuerzo en el Círculo Social de los mandatarios, una reunión 24 horas después en el café OMA entre el candidato a la gobernación del barretismo Ricardo Orozco y el asesor de la Alcaldía Nayib Salazar, la realización de agendas conjuntas y otros favores mutuos que revelaremos en próximos informes.Tres pájaros de un solo tiro
Por ahora, en el caso de Porteja, Barreto mató tres pájaros de un solo tiro. Primero,
le cortó las alas a Portela, lo silenció, mandando un claro mensaje a su equipo político que el que se sale de su molde no solo le cierra los espacios de crecimiento sino que tiene que amoldarse, a fuerza del poder, a sus designios.Segundo, quedó bien con su nuevo mejor amigo Guillermo Alfonso Jaramillo
sirviéndole en bandeja de plata a uno de sus mayores críticos que le podría amargar la campaña política del año entrante.Y tercero,
le podrá cumplir al sector del representante a la Cámara José Elberth Hernández ‘Choco’ con el ingreso a una curul del concejo de Ibagué del dirigente local Juan Pablo Salazar, quien quedó de tercero en las elecciones de 2015 en la lista conservadora.
El discurso que Barreto está echando al interior de las toldas azules para todas estas movidas
es que busca la unión total del Partido Conservador para las elecciones regionales del año entrante.Lo que no calcula es que en varios sectores al interior del barretismo, y los conservadores aliados por conveniencia,
ingresaron en la etapa del resentimiento por la humillación, de la desconfianza, de ‘comerse los dulces’ de la burocracia, agachar la cabeza ante los particulares antojos del monarca, esperando el momento indicado, tal vez en el primer semestre del 2019, en que se cumpla la máxima que
‘no hay mal que dure cien años ni movimiento político que lo resista’.