Lo que para muchos ha sido una unión que solo debería beneficiar a la ciudad de Ibagué, para otros es un hecho que se debió dar desde un principio por el beneficio de la misma y no de forma tan tardía como ocurrió entre ambos mandatarios luego de dos años de discusiones y enfrentamientos mediáticos que sólo perjudicaron el desarrollo de la capital del Tolima.El diputado Edwin Berrío señaló que con tristeza se tiene que observar, cómo después de dos años y medio de mandato de la ciudad de Ibagué no tiene entre sus prioridades un proyecto de importancia y de alto impacto en materia vial y de infraestructura, que aunque existe una voluntad de ambos mandatrios para trabajar juntos, esto no va ser posible debido al poco tiempo con el que se cuenta para desarrollar obras que por su complejidad deberán quedar en el tintero.
El diputado Conservador indicó que la ciudad carece de lineamientos que determinen una adecuación y un ordenamiento territorial que direccione el desarrollo y crecimiento de la capital del Tolima, así como se ha venido aumentando su índice de población en los últimos años.
Por otra parte el diputado Alexander Tovar, aunque se mostró a favor del acercamiento que existe entre ambos mandatarios, manifestó que se perdió tiempo valioso tratando de solucionar sus diferencias en gran parte de sus mandatos, a nivel local y departamental.
El diputado Liberal afirmó que el trabajo que se viene desarrollando por ambos mandatarios no se debe limitar sólo a la entrega de unas cámaras de seguridad, se debe avanzar en este corto tiempo en la posibilidad de generar obras para la ciudad y que se puedan ejecutar en el otro período de mandato que les queda tanto a Jaramillo, como a Barreto.
La fraterna relación de ambos mandatarios se dio a conocer a pocas semanas de iniciarse el Festival Folclórico Colombiano, en medio de la controversia por su organización y aparente demora en los procesos de contratación para la logística de las fiestas.